Son muchos los que presagiaron en aquel pequeño gesto en el que la actual Reina Letizia, le pedía a su entonces prometido Felipe que le dejase terminar, un acto de irreverencia hacia su futuro esposo, y lo que es peor, a la institución a la que iba a sumarse. Ha llovido mucho desde entonces, y si bien – a pesar de los rumores – los reyes continúan con su matrimonio, es cierto que ha habido una serie de desplantes que han dado mucho de que hablar.
El famoso rifirrafe en la catedral de Palma

El famoso rifirrafe entre la Reina Letizia y la Reina Sofía a la salida de la misa de Pascua en la catedral de Palma dio la vuelta al mundo. Literal. Numerosos medios internacionales – además de los nacionales, por su puesto – se hicieron eco del desencuentro de ambas reinas y su incapacidad para disimularlo. Lo que peor le pareció a la opinión pública fue que las niñas fuesen el motivo de la disputa. Según fuentes cercanas a los monarcas, Letizia se pone especialmente nerviosa en la gestión de la exposición mediática de sus hijas.
No suele acudir a las fiesta familiares

Aunque se trate de celebraciones personales e íntimas, a nadie le gustan esos desplantes. Parece que los Borbón están absolutamente acostumbrados a que la Reina Letizia no acuda a cumpleaños, comuniones o celebraciones de este estilo de la familia de su marido. Felipe VI acude solo a estos actos (siempre que su agenda se lo permite). Muchas personas cercanas al entorno de los monarcas dicen que Letizia no quiere ser fotografiada en esos eventos; otros apuestan a que no tiene buena relación con la familia de su marido. De hecho, si suele acudir a los cumpleaños y celebraciones de su familia Ortiz Rocasolano.
Esa fea costumbre de evidenciar los fallos

Si bien es un defecto que tienen muchas personas, resulta más imperdonable en una persona que está sometida al escrutinio público constante y debería esforzarse en corregir sus errores. Sabemos que la Reina Letizia es exigente, pero resulta «feo» que su exigencia evidencie los errores o lapsus de su marido cada vez que se confunde en público. Le ha pasado más de una vez cuando su marido habla en público o se confunde de posición en un acto público, etc.
Enfrentada con el protocolo

Son varias las ocasiones en las que las revistas especializadas en moda o en prensa rosa, analizan los looks de la Reina Letizia en los eventos oficiales. No es la primera vez que subrayan algún error de protocolo en el largo del vestido, en el color, etc. No pasaría nada si efectivamente se tratase de un error o fallo – aunque resulta increíble de pensar pues la reina tiene a su disposición personal con gran formación al respecto. El problema radica en que la monarca no desconoce el protocolo, sino que lo desafía.
No le gustan las reglas

A pesar de que la Reina Letizia es una persona muy estricta y exigente, y así lo demuestra en lo que atañe por ejemplo a la educación de sus hijas, lo cierto es que luego resulta muy flexible en cuestiones que para ella no son importantes. Lo hemos hablado antes respecto al dress code, que no siempre sigue, y también lo hace con los usos y maneras de los distintos actos a los que acude. Todos sabemos que Letizia no bebe alcohol, pero ¿tan difícil es llevarse la copa a los labios después de un brindis?


















































































































