Con la bajada de temperaturas propia de la llegada del otoño ya se empieza a pensar en platos de cuchara o pucheros tradicionales, y seguro que a más de uno ya le apetece probar suerte con nuevas recetas de platos calientes. Una de las más populares es la de la fabada asturiana, pero, ¿sabes cómo preparar una fabada asturiana auténtica? Para que puedas servir el mejor manjar en esta temporada de lluvias hoy te mostramos cómo prepararla paso a paso.
Historia de la fabada

El consumo de fabes en Asturias es muy tradicional y con gran arraigo en la cultura de la comunidad, se dice que se remonta al al siglo XVI en el que ya se plantaban en el territorio y algunas de ellas se consumían. No es de extrañar que los asturianos cuenten con una gran maestría a la hora de trabajarlas.
La variedad que se emplea en la fabada es la que se denomina «de la Granja», se trata de una variedad suave y con textura mantecosa muy apropiada para este plato. El cultivo de esta variedad ocupa en Asturias cerca de 2500 hectáreas. La receta de la fabada revela un origen humilde y todos los ingredientes que la componen lo son.
Ingredientes de la fabada asturiana

La fabada es el plato tradicional de la cocina asturiana, aunque su gran difusión lo ha llevado a convertirse en parte de la gastronomía de todo el territorio nacional. Es por ello que se cocina en muchos hogares de todo el país cuando bajan las temperaturas, y sus ingredientes se pueden encontrar en todas partes.
Para elaborar una verdadera fabada vas a necesitar 500 g de fabes, 250 g de panceta curada asturiana, 2 chorizos asturianos, 2 morcillas asturianas, agua, 200 g de hueso de jamón, sal al gusto y 3 hebras de azafrán.
Preparativos antes de cocinar

Uno de los preparativos más importantes es la elección de los tipos de ingredientes adecuados, y lo ideal para ello es encontrar las alubias «de la Granja» que son las auténticas para preparar la fabada asturiana. Es posible que las encuentres en supermercados de gran superficie o en tiendas de barrio especializadas en verduras y especias.
Para dejar las fabes a punto las debes extender sobre una superficie plana y desechar aquellas que estén dañadas. Se lavan para quitar las impurezas y se dejan en un bol con agua fría en remojo durante la noche, normalmente 12 horas. Al día siguiente se escurren y apartan hasta el momento de prepararlas. También se pone a remojo, en agua templada en un bol u olla, la panceta curada y el hueso de jamón desde la noche anterior.
Receta de la fabada asturiana

Para preparar la auténtica receta de la fabada asturiana primero se añaden las alubias en una cazuela, a ser posible baja y ancha, mucho mejor si se trata de un utensilio de barro. Se cubre con agua hasta que quede un par de dedos por encima de las fabes. Se remueve todo bien para que se junte. Después, se calienta a fuego alto hasta que rompa a hervir. Cuando empiece a hervir se añade la panceta, los chorizos, el hueso de jamón y las morcillas previamente pinchadas para evitar que revienten y arruinen el plato.
Se debe procurar que las morcillas y los chorizos permanezcan siempre en la parte superior pare evitar posibles roturas que pueden estropear fabada. Cuando ya está todo en la cazuela hirviendo se espumea durante unos minutos. Es decir, se retira la espuma que normalmente contiene impurezas y que proporciona exceso de grasa al caldo. Cuando lleve 30 minutos cociendo a fuego alto se le añaden las hebras de azafrán diluidas en un poco de caldo caliente de la cazuela.
Proceso de cocción

La parte de la cocción es importante en la fabada asturiana, y en este punto lo que se debe hacer es bajar la temperatura de cocción. Después, se añade sal al gusto, es importante probar el caldo ya que al añadir el hueso de jamón pueden quedar un plato demasiado salado. Se deja que se cocinen lentamente a temperatura baja durante 2 horas. Siempre de debe remover de vez en cuando con una cuchara de madera y sin romper las fabes.
Durante estas dos horas, se va añadiendo agua fría en dos ocasiones para “asustarlas”: se rompe el hervor y se ayuda a una cocción perfecta. En este punto se debe probar la fabada para ver si ya están tiernas las alubias y rectificar de sal si es necesario. Una vez probadas y tiernas se apartan del fuego y se dejan reposar una hora aproximadamente. A continuación, se retiran los chorizos, la morcilla, la panceta y los huesos de jamón. Se prepara la carne, cortando los embutidos en rodajas generosas. Se trocea la panceta y se aprovecha la carne del hueso.
Servir la fabada asturiana

Para emplatar lo mejor es un plato hondo con la fabada y la carne encima, así de sencillo. Según la sabiduría popular este plato siempre sabe mucho mejor al día siguiente a su preparación, y si puedes consumirlo también en cuencos o platos hondos de barro será perfecto.
Cuando se trata del acompañamiento existen varias teorías, algunos dicen que lo ideal es comer la fabada asturiana con sidra porque es más tradicional. Otras personas la prefieren con cerveza o con vino, así que en este punto lo mejor será guiarse por la bebida que más encaje con el gusto personal.