Las recetas con mejillones dan mucho juego, porque tanto si son frescos como en conserva, son muy versátiles y permiten muchísimos platos llenos de sabor. Así, se pueden comer al vapor, en salsa, fritos, en cremas, empanadas y en mil preparaciones más, y en España además contamos con zonas donde este producto tiene una altísima calidad, como en Galicia, donde cuenta con un alto contenido en vitaminas, aminoácidos y minerales, por lo que son muy beneficiosos para la salud. Aquí vamos a intentar mostrar algunas de estas recetas con este molusco, pero solo en su versión enlatada.
Paté de mejillones

El primer ejemplo puede ser este paté de mejillones, un aperitivo perfecto para cualquier ocasión que es muy sencillo de preparar, tan sólo hay que mezclar una lata de atún al natural, mejillones en escabeche y unos quesitos: queda muy suave. Se puede servir acompañado de unas tostas de pan, pero en esta receta va a rellenar unos cornetes de hojaldre que son muy fáciles de elaborar. Para hacer el paté se pone en el vaso de la batidora el contenido de las dos latas, a las que escurrimos el caldo, y los quesitos, se tritura muy bien y ya lo tenemos listo. Para hacer el hojaldre lo extendemos, cortamos tiras que enrollamos en un cono metálico, lo pincelamos con huevo batido y espolvoreamos con unas semillas de sésamo, y a hornear.
Aperitivos con mejillones

Con abrir unas latas de mejillones en unos minutos se puede estar disfrutando de unas fantásticas tapas. Además los mejillones son un alimento muy sano, ya que tienen un elevado valor nutritivo, mucho hierro y con sólo abrir unas latas se pueden preparar aperitivos como sobre patatas chips; los famosos «tigres«, que se hacen con bechamel y se empanan con pan rallado; fritos en tempura es acompañados con brandada de bacalao; con un ceviche, especial para verano; o la Gilda, una típica banderilla para la que bastaría con pinchar en una brocheta una guindilla, una aceituna y unos mejillones.
Una crema con hojaldre

La crema de mejillones con hojaldre es un plato que sirve como entrante o primer plato para una cena o comida especial, ya que luce tan bien presentada y seguro que triunfa entre los comensales al ser ligera y con mucho sabor. Para hacerla se ponen en una cazuela dos cucharadas de aceite de oliva virgen extra y se rehogan los puerros y la zanahoria, picados. Cuando comiencen a dorarse se añade la harina, se mezcla y rehoga y se añaden los mejillones y el caldo. Se incorpora el tomate frito, una pizca de sal y de pimienta negra molida, se mezcla y se añade el caldo, y se deja cocinar unos 15 minutos. Se tritura muy bien hasta obtener una crema. Para el hojaldre se cortan círculos de hojaldre un poco más grandes que el tamaño del recipiente, se ponen sobre éste, se pincela con huevo batido y se hornean a 180º C, 15 minutos.
Un típico ceviche

Con mejillones también se puede hacer un ceviche. Para hacerlos prepara previamente la guarnición, lavando bien el boniato y cociendo 20 minutos a fuego medio, desde que empiece a hervir el agua y luego se reserva. En un cazo aparte, se cuece la mazorca de maíz choclo 10 minutos y se reserva. Se corta la cebolla morada en juliana, y se pasa por agua fría para quitarle el amargor. Picamos también el ají (si no se encuentra valdrían guindillas rojas). Finalmente se pica el cilantro, se limpia bien el pescado y se corta en dados medianos de aproximadamente 1-2 cm y se le pone sal. Se colocan los ingredientes en un bol que habremos frotado previamente con el ají, se revuelve y se deja 3 minutos para que se impregne el pescado de los sabores, y se rocía con el zumo de lima y de limón.
Un buen arroz

Con un par de latas de mejillones se puede preparar hasta un rico y sabroso arroz. Para hacerlo se pica primero la cebolla, el pimiento verde y el pimiento rojo, se sofríe con un par de cucharadas de aceite de oliva virgen extra y un poco de sal a fuego suave. Cuando comiencen a dorarse se añade el tomate rallado y se rehoga todo hasta que el tomate se haya frito. Luego se añade el arroz que se rehoga un par de minutos con la cúrcuma, se añaden cinco tazas de agua, parte de la cual sustituimos por el caldo de los mejillones. Se cocina todo unos 18 minutos, disponemos los mejillones por toda la superficie y se deja un par de minutos más.