Los nacidos en los años 80 somos la primera generación que ha convivido con más de una cadena y ha podido disfrutar de la expansión digital, seguro que ahora mismo vienen a tu mente grandes momentos épicos. La infancia en los 90 nos permitió empezar a ver grandes novedades como las primeras series japonesas que nada tienen que ver con el manga actual. Por las noches disfrutábamos de concursos inolvidables que con toda la familia reunida eran perfectos para intentar culturizarnos y reírnos un rato.
Nos emocionábamos y esperábamos ser mayores para poder participar y llevarnos el premio grande. Además fue el momento en que se gestaron las primeras series de inspiración americana, en las que se trataban grandes temas personales. Por otro lado, recibimos el bombardeo de la acción made in Usa con doblajes más que cuestionables. Aquí te presentamos los 10 momentos épicos más importantes de la televisión de esta generación.
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A jugarrrrr en el Precio Justo
Al oír estás palabras a más de uno se nos salta el corazón. El grandísimo Joaquín Prats, todo un referente de la televisión de este país era el conductor del concurso El precio Justo. Un programa de los más longevos y amados de la pequeña pantalla. En él se ponían en juego más de 40 millones de pesetas en premios. Los concursantes tenían que adivinar el precio justo o aproximado de los productos que se presentaban.
Los recuerdos de los gritos desde el sofá: Son 50.000, no 60.000. De repente la frase del presentador A jugarrrr y ese gesto con la mano como si una ola llegase a la televisión. Lo imitábamos y nos deleitábamos con aquellos premios que solo podíamos soñar. Coches, casas, electrodomésticos, todo lo último de lo último.
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Chanquete ha muerto
Verano Azul es una de las series míticas de este país. La historia de este grupo de veraneantes que se encuentra con una serie de amigos en un pequeño pueblo costero nos logró emocionar. Grandes problemáticas como la primera regla o las malas compañías se nos planteaban por primera vez. Hasta aquel entonces existían temas tabús de los que no podíamos hablan en voz alta.
El final de la serie estuvo marcado por un trágico desenlace que significaba el fin de toda una época, la muerte de Chanquete. Ese filosofo que acogía a toda la pandilla y les brindaba grandes consejos, termino sucumbiendo. La emoción que esta frase generó, está muy viva en toda una generación, que aún recuerda con lágrimas en los ojos aquella sensación extraña de pérdida emocional.
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Clara se pone en pie
Las primeras series japonesas que llegaron a nuestro país tenían un formato similar, Marco y Heidi eran dos personajes cortados por el mismo patrón. Una serie de dramas personales hacían que nos implicáramos en sus historias. En este caso Heidi era una niña que vivía con su abuelo y tenía como amiga a una niña en silla de ruedas llamada Clara. Las personas discapacitadas no eran tan visibles como actualmente.
El hecho de ser una niña y no poder jugar con los demás, nos hacía caer alguna lágrima de vez en cuando. La recuperación de Clara fue algo realmente milagroso que pone los pelos de punta a quien todavía lo recordamos. La primera vez que se pone en pie y puede caminar fue realmente emocionante.
[nextpage title=»Sabrina y su boys boys boys»]
Sabrina y su boys boys boys
Sabrina fue una vedette y artista de los años 90. Todo un símbolo que levantaba pasiones en las habitaciones de toda una generación. En aquellos tiempos ver a una mujer de estás característica y con poca ropa era todo un acontecimiento. En uno de sus directos la cantante logró emocionarse demasiado y en el énfasis de su baile tuvo un pequeño descuido, se le salió una teta.
Millones de personas se quedaron anonadados mirando la televisión. Entonces el VHS de unos pocos era la única manera de volver a ver la tan aclamada actuación. La sociedad del momento se hizo eco de esta interesante noticia, mientras que la cantante se hacía famosa a golpe de teta literalmente.
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Humor amarillo
Humor amarillo era un programa que emitía Telecinco, estaba inspirado en los concursos de obstáculos japoneses. Con un doblaje muy especial que tenía como protagonista al Chino Cudeiro y a su séquito, nos hacía reír a carcajadas y olvidarnos de la realidad por unos instantes.
Las pruebas y las presentaciones de cada concursante que emprendía la tarea de pasar por una serie de obstáculos físicos, como grandes rodillos gigantes o golpearse en puertas que no se abrían. Era la risa fácil que nos hacía tener un concepto distinto de los chinos o japoneses menos serios que de costumbre.
[nextpage title=»La muerte de David el gnomo»]
La muerte de David el gnomo
David el gnomo era un dibujo animado de esos que dejan huella. Un personaje que vivía en plena armonía con la naturaleza, viajaba a lomos de un zorro y vivía en una seta junto a un árbol. Era médico y se dedicaba a curar con sus artes a todos los seres que venían en busca de su ayuda. Un gran corazón que se nos ganó a todos y nos hizo creer que había vida más allá de la ciudad.
Esta gran serie tendría uno de los finales más trágicos de los 90. La muerte del personaje principal cuando su ciclo termina. Es ley de vida, tiene que dejar paso a otros, pero nadie entendió porque tenía que morir. Dicen que los gnomos se convierten en árbol y más de uno ha abrazado uno esperando encontrar la voz de David.
[nextpage title=»Marco se reencuentra con su madre»]
Marco se reencuentra con su madre
Marco era un niño que buscaba a su madre desesperadamente, de los Apeninos a los Andes, en compañía de su mono Amelio. Cada episodio seguía la misma trama, casi estaba a punto de encontrar a su madre, hasta que algo sucedía y terminaba igual de desengañado que al principio. A muchos niños nos enseño a luchar hasta conseguir nuestros sueños y a no desistir nunca.
Finalmente, Marco encontraba a su madre y el mundo literalmente se paralizó. Toda la serie esperando este momento que emocionó a más de uno. No en vano, el nombre de Marco en niño es el más puesto en una generación entera. Eso significa que logró llegar a los corazones de media España.
[nextpage title=»Ratas con fundamento»]
Ratas con fundamento
La serie V se creó en Estados Unidos con la idea de criticar el totalitarismo comunista. Muchos símbolos recordaban a los primeros dictadores, el color naranja de los uniformes, el fanatismo por el gran líder y la estructura de los visitantes, unos seres que venían de otro planeta. La llegada de los extraterrestres escondía un secreto a voces, no todo era tan bonito como pensaban.
La secuencia de la reina de los recién llegados comiendo una rata, despertó más de un grito inesperado. No es que fuesen unos grandes efectos especiales, pero en aquel momento nos parecían espectaculares.
[nextpage title=»Un dos tres responda otra vez»]
Un dos tres responda otra vez
El programa un, dos tres con su calabaza Ruperta de mascota y su larga trayectoria en televisión, permitió implicar a más de una generación en el mundo de los concursos. Cada noche nos sentábamos a intentar responder las preguntas que se formulaban, las azafatas que eran las encargadas de traer los sobres con los temas y realizar el recuento nos aceleraban el corazón.
Cada pregunta tenía una introducción, como por ejemplo: Estados de Estados Unidos, como por ejemplo, Texas y a continuación venia él: Un dos tres responda otra vez que tenía que empezar por la misma palabra, es decir, Texas, Oregón… una forma de controlar los nervios y empezar el juego con buen pie.
[nextpage title=»No te rías que es peor»]
No te rías que es peor
Durante los años 1990 al 1995 es el momento en que un programa nos hizo reír a carcajadas. Al mando estaba Jordi Estadella una persona de apariencia muy seria que ponía frente a las cuerdas a los concursantes. El modus operandi era muy sencillo, no podían reír. Aunque les contasen chistes o los humoristas lo diesen todo, tenían que aguantar a toda costa. La concentración era un factor clave.
Por otro lado, el concursante tenía que hacer reír a sus rivales para poder ganar. Era una forma de lograr vencer de forma limpia. Gestos y palabras, todo valía para conseguir la risa. Desde casa el público solo podía intentar parar de reír y admirarse de que los concursantes pudiesen ser tan fuertes.