Son ya varias semanas las que María José Campanario se encuentra involuntariamente en el centro de la polémica por una cuestión u otra. Primero fueron sus redes sociales, en las que fácilmente entraba por el aro de los comentarios negativos que sus detractores le lanzaban sin piedad. Finalmente, y tras un alegato de defensa en favor de la primera hija de su marido, Andrea, Campanario terminó cerrando su cuenta de Instagram. Apenas días después vino su victoria judicial contra María Patiño, a la que ha ganado 50.000 euros en primera instancia por intromisión al derecho al honor y a la intimidad familiar.

En esta montaña rusa de acontecimientos, la esposa de Jesulín volvía a ser noticia por una información de Kiko Hernández, que lanzaba la ‘bomba’ definitiva el pasado miércoles: María José Campanario habría sido ingresada de urgencia en el centro psiquiátrico ‘El Seranil’, en Málaga.
El jueves, desde el programa de las tardes de Telecinco, hablaban de una supuesta depresión derivada de la fibromialgia que María José padece hace más de doce años. En declaraciones exclusivas para Saúl Ortiz en ‘EsDiario‘, la esposa de Jesulín ha desmentido las informaciones vertidas por Kiko Hernández en ‘Sálvame Diario’ y añade que «no sé de dónde sale esa información pero no es cierta. Estoy bien y en casa, en mitad del campo«.
No solo no está o ha estado ingresada sino que tampoco es cierta la información de que María José esté atravesando una grave depresión. Campanario decidió dar un paso atrás en sus redes sociales y, aparentemente, también de su teléfono móvil. Tal y como publica Saúl Ortiz en palabras de María José Campanario: «Estoy desconectada del teléfono por prescripción facultativa, solo eso. El médico que viene a mi casa me dijo que lo tenia que hacer y ha sido radical. Hay vida después del móvil».
Los famosos, por mucho que pensemos que viven en una pecera de irrealidad, opulencia y excentricidad, son personas igual que el resto. Algunas mentes son más fuertes que otras y soportan, gestionan y encajan mejor cualquier tipo de presión o crítica.
Sin embargo, también las hay débiles y en ocasiones, deben ser corregidas y tratadas por manos expertas. Hoy repasamos todos aquellos famosos que en algún momento de su vida han tenido que pasar por el diván del psiquiatra.
Raquel Mosquera
Raquel Mosquera ha admitido varias veces en un plató sus problemas psicológicos: «Padezco una bipolaridad que está controlada por mi psicólogo y mi psiquiatra y con el tratamiento adecuado puedo llevar una vida normal. Antes de incorporarme al programa de televisión, tuve unos meses con mucho estrés y dejé de medicarme un par de días». En la López Ibor fotografiaron a la peluquera más famosa de España, y su hermana Silvia explicó el caso de Raquel Mosquera.
Así lo contó: «Tiene una enfermedad que viene desde hace ya bastantes años, un trastorno bipolar con episodios psicóticos esporádicos. Eso tiene un tratamiento que ella algunas veces – por su personalidad fuerte o porque es presumida y orgullosa- ha dejado de tomar». Y añadió: «En un principio, el tratamiento es algo más fuerte, pero luego se baja la dosis. Al dejar ese tratamiento ella se piensa que nunca va a recaer porque se encuentra bien, sin embargo, la recaída puede llegar al mes siguiente o dos años después. Lo que le ha sucedido ahora es más una depresión. Se ha encontrado que ha salido de la clínica y el negocio va un poco mal, económicamente también le va un poco mal». Raquel Mosquera en estos momentos parece recuperada de su mal momento.
Rosa Benito
Al igual que Raquel Mosquera, en 2013 Rosa Benito, colaboradora de Sálvame, tampoco se libraba de pasar por el psiquiátrico. La psicóloga Irene López advertía que el retorno de la tertuliana podía ser contraproducente: «Rosa Benito tiene un riesgo muy elevado, puede que ella no aguante la presión cuando vuelva y tenga que separarse otra vez de las cámaras». Diez Minutos explicaba el caso: «Si el pasado viernes la colaboradora de Sálvame fundía en directo los anillos de su enlace matrimonial con Amador Mohedano, éste, el lunes, vía telefónica, participaba en el programa para mostrarse arrepentido, ahora, del comportamiento que tuvo en el pasado con la que ya es su exmujer.
Esto es algo que, debido a los últimos acontecimientos, no esperaba Rosa, y que ha hecho que vuelva a verse superada por la situación (…) hace un mes, sufría otro ataque de ansiedad que la llevó a ser ingresada durante varios días, ya que tomó numerosos tranquilizantes que pudieron haber tenido un fatal desenlace, pues Benito pretendía quitarse de en medio».
Andrés Pajares
El actor Andrés Pajares también ha sufrido numerosos problemas. El mítico protagonista de Los Bingueros acaparaba varios titulares por asaltar en 2008 un despacho de abogados: «El actor Andrés Pajares, de 68 años, fue detenido ayer en Madrid después de asaltar un despacho de abogados del centro de la capital. Pajares iba provisto de una pistola de juguete y un spray antiviolador, informaron fuentes policiales.
El ganador de un Goya por ¡Ay Carmela! intentó ocultar su identidad disfrazado con una gorra y un bigote. Según fuentes policiales, el actor había consumido «alcohol o droga». La pistola de mentira era negra, del calibre 22 y se puede adquirir en jugueterías». Varios medios señalaban que vivía una semana negra al haber visitado cuatro hospitales y dos comisarías de policía.
Julián Contreras Jr.
Julián Contreras Jr. también confesó en 2014 sus problemas:
«Se me pasó por la cabeza quitarme de en medio. Sí. Además, creo que fue el 10 de agosto, el cumpleaños de mi padre. Fue muy duro. El 11 de agosto falleció, se suicidó, Robin Williams. Y yo pensaba en este señor que había invertido su vida en hacer reír a los demás, cómo podía sufrir tanto por dentro. Yo ese día me rendí. Lo reconozco. Ese día no quise seguir. Esa noche, si no es por mi madre y aunque sorprenda, si no es por mi sobrina, a quien, como he dicho muchas veces, quiero como a una hija… En ese momento lo vi claro. Ya no podía más. Cuando me recetan las mismas pastillas que a mi madre, me derrumbo. No puedes dormir porque no sabes lo que viene mañana. Te acuerdas de los que ya no están. Te acuerdas de tantas cosas que no pudiste decir y que no pudiste hacer. Mi madre se murió sin que yo pudiera cogerle la mano una última vez. Eso me persigue y me perseguirá toda la vida. Esa noche no quise seguir, pero aquí estoy».
José Fernando Ortega
José Fernando, hijo adoptivo de Ortega Cano, ha protagonizado varios escándalos en los últimos años, provocados la mayoría por sus problemas psicológicos. El joven fue internado en la López Ibor tal y como señaló LOC: «López-Ibor es popular por su prestigio médico, por eso los famosos más mediáticos confían en ella, aunque hoy esta al alcance de todos aquellos que disponen de un seguro privado. Desde hace 17 semanas, su nuevo reto, lleva el nombre de José Fernando Ortega Mohedano (22).
El hijo de Ortega Cano y la desaparecida Rocío Jurado estuvo varios meses en prisión preventiva, y posteriormente dejó la clínica barcelonesa y la de Sevilla, donde fue ingresado para una cura de desintoxicación. Según ha podido saber LOC, en la decisión de ingresarle en López-Ibor ha tenido que ver mucho la relación de amistad de su padre con el eminente psiquiatra fallecido».
Belén Esteban
Belén Esteban ha reconocido que su curación de la fuerte adicción que tenía a las drogas tuvo un componente esencial: la atención psicológica que recibió por parte de un doctor especializado en la materia. En este caso, se combinó la medicación para lograr la desintoxicación con la terapia psicológica.
Ahora Belén se encuentra en un estado de tranquilidad y equilibrio que le permite hacer una vida normal. Ha aprendido a canalizar su ira y a priorizar y valorar qué es lo verdaderamente importante en la vida. Sus problemas económicos le quiebran la cabeza y le quitan el sueño, sin embargo, hay algo a lo que todavía Belén teme aún más que a la ruina. Si lo quieres saber, pincha en este enlace.
Mar Flores
Mar Flores intentó acabar con todo cuando se publicaron sus fotografías en la cama junto a Alessandro Lequio. Una trampa que el conde urdió en venganza hacia la modelo porque no finiquitaba la relación que mantenía con el millonario Fernández Tapias. Mar necesitó tratamiento psicológico para superar el fin de la época más convulsa de su vida.
En estos días, Mar vive su vida con su recién reconciliado novio, el magnate mexicano Elías Sacal. Hoteles de cinco estrellas, restaurantes con más estrellas que una galaxia, viajes en jets privados y algún que otro evento top como la última gala de los Oscars, a la que Mar acudió como invitada oficial.
Ruth Lorenzo
Ruth Lorenzo fue muy valiente al confesar durante una entrevista los problemas psicológicos que arrastraba por un desagradable hecho sucedido en su niñez.
El mismo es el responsable de la bulimia y anorexia que la acompaña de forma perpetua y de otros trastornos emocionales que hacen que reciba atención psicológica y psiquiátrica. Una terapia dirigida por su cuñado, a quien está muy unida. En estos días, Ruth Lorenzo se siente absolutamente plena y desarrollada artísticamente. Tras pasar por la edición británica de ‘Factor X’ y representar a España en Eurovisión, la de Murcia tiene un ingente equipo de seguidores.
Carmina Ordóñez
La recordada Carmen Ordóñez también fue carne de psiquiatra en el ocaso de su vida. Fue la época en que apareció desorientada y alterada en los platós.
En sus ingresos, además del tratamiento preceptivo para superar la adicción a las benziodazepinas, estuvo tumbada en el diván del psiquiatra intentando encontrar el origen del problema.
El problema de la reina del papel couché iba mucho más allá. Tal y como contó su hijo, Francisco Rivera, en una entrevista con Risto Mejide, su madre tenía una gran adicción a la cocaína.
Matilde Solís
Matilde Solís fue la elegida para convertirse en duquesa de Alba por quien hoy ostenta el ducado, Carlos Fitz-James-Stuart. A su suegra, la inolvidable Cayetana, Mati le parecía la mujer ideal para acompañar a su hijo mayor.
Sin embargo, tras un intento de suicidio que Matilde protagonizó en su domicilio, se disparó con una escopeta que apuntaba a su pecho, la relación, ya muy tocada de por sí, acabó deteriorándose del todo y llegó el divorcio.