La madre de la reina Letizia y abuela de la heredera al trono tiene una vida muy distinta de la su majestuosa hija. Paloma Rocasolano es una enfermera que se ha jubilado recientemente, después de todo una vida dedicada al cuidado de las personas.
Una mujer que ha sido una influencia positiva en la vida de su hija, aunque parece que nada queda de ella, en una reina cada vez menos natural.
Un piso de 37 m2
Lejos de Palacio y de los lujos que envuelven a la reina, su madre disfruta de su piso de soltera. Letizia, antes de conocer al príncipe, vivía en un pequeño piso de 37 metros cuadrados. Después de su entrada en Casa Real, la hipoteca que pagaba fue amortizada de forma milagrosa.
Ahora Paloma vive en este casa, que no tiene nada de especial. Se podría alquilar por un precio de unos 800 euros al mes. Cerca del Palacio de Oriente tiene los espacios justos para vivir cómodamente, una alcoba, comedor, sala, cocina, buhardilla y comedor. Una de esas minicasas de ensueño.
Jubilada sindical
Paloma Rocasolano ha pasado los últimos años de su carrera profesional defendiendo los derechos de sus compañeros de profesión. Fue escogida delegada sindical, hecho que la liberaba de la dura tarea de cuidar a los enfermos. Después de una vida repleta de sacrificios y esfuerzos.
La madre de Letizia inculcó a sus hijas la voluntad de que fueran autosuficiente, disfrutaran de su carrera y se labraran un porvenir. Todas ellas tienen carreras universitarias y han disfrutado de una educación privilegiada gracias al esfuerzo de sus padres. Quienes lo conocen hablan de Paloma como una mujer adelantada a su tiempo.
Transporte público
La madre de la reina de España viaja de forma regular en transporte público. No es difícil verla esperando en la parada del metro cerca de su casa. Como el resto de los mortales prefiere viajar en metro y evitar de esta forma los colapsos de la hora punta en la centro de la capital de este país.
Su sueldo de apenas mil euros no le da para demasiados lujos. Si quiere vivir de forma autosuficiente necesita servirse de este tipo de transporte. Con un bono mensual puede hacer los viajes que necesite. Disfruta de su vida como cualquier otra pensionista de su edad, la vida social de Madrid la espera.
Estudiante modelo
Paloma Rocasolano estudia en una de las universidades a distancia de este país. La UNED tiene en ella una estudiante modelo que disfruta de cada nueva asignatura. Con la llegada de su jubilación decidió mantener su mente activa y estudiar una de las carreras que más le gustaba en su juventud.
Geografía e historia es la titulación que desde siempre la había cautivado pero por motivos de tiempo y de reconocimiento laboral, decidió decantarse por la enfermería. Nunca es tarde y en este caso Paloma aprovecha sus ratos libres para coger los libros y marcharse a la biblioteca de la facultad a estudiar.
Come de todo
A diferencia de su hija, los amigos de Paloma Rocasolano afirman que es una mujer a la que le encanta el buen comer. No tiene reparos en probar cualquier cosa y disfruta de una jornada completa de tapas. La carne le encanta y la come casi que a diario, a diferencia que su hija y nietas.
Paloma Rocasolano tiene formación como sanitaria y conoce mejor que nadie los beneficios de una dieta equilibrada. A simple vista, es una mujer de su edad con una figura y rostro envidiable. Lejos de las múltiples operaciones estéticas a las que se ha sometido la reina de España.
Amante de los descuentos
Se podría pensar viendo a Paloma Rocasolano que es una abuela más del panorama español. A pesar de ser la madre de la reina de España, sigue viviendo una vida totalmente al margen de los lujos. Una de las aficiones de la abuela real es ir al cine. Paloma intenta ir una vez por semana.
Allí en lugar de pagar el importe integro, saca su carnet de estudiante de la UNED, para conseguir un descuento de poco más de un euro. Puede parecer poco, pero al final del año le debe servir una algún que otro capricho. Una persona ahorradora que nada tiene que ver con el derroche en el que vive Letizia.
Niñera real
Cuando los reyes de España están de viaje recurren a la abuela materna para que cuide de sus hijas. Es entonces cuando un coche oficial sale de palacio, en él viajan los guardaespaldas y el chófer que llamarán al timbre de un pequeño piso de 37 metros cuadrados. Paloma se dispondrá a emprender el viaje a Palacio.
En la residencia oficial de los monarcas dispone de una habitación propia que es dos veces más grande que todo su piso. Hay una cocinera que tiene bien aprendida la lección de su hija y la deleitará con platos muy saludables. Es entonces cuando todo cambia y Paloma se convierte en la madre de una reina.