Los Ortiz Rocasolano fueron un matrimonio ejemplar. Su unión dio seguridad a sus hijas ya aquello las convirtió en mujeres autosuficientes.
Pero más allá de las apariencias que mostraban al mundo, se escondía una relación de pareja un tanto especial. Desde su divorcio han mostrado ambos su verdadera cara y nos han enseñado quiénes son en realidad. ¿Cuáles son los aspectos desconocidos de Jesús y Paloma, los plebeyos que trajeron al mundo a la reina de España?
El divorcio fue un problema
No es ningún secreto que Casa Real no ve con buenos ojos el acto de divorciarse. Todas las monarquías europeas se han adaptado bastante bien a los tiempos modernos excepto la española. En el caso de Letizia hubo muchos problemas que frenaron al príncipe, entre ellos el divorcio de sus padres y el de la propia periodista.
Sus padres se divorciaron en 1999 oficialmente, por problemas irreconciliables. La familia había esperado que sus hijas fueran ya mayores para emprender caminos separados. Ambos eran profesionales con una buena seguridad económica y no necesitaban a nadie más. El amor se acabó y con él la voluntad de arreglar cualquier incidente.
Cinco años sin hablarse
Jesús Ortiz y Paloma Rocasolano estuvieron cinco años sin hablarse. Fue el amor de su hija Letizia el que les volvió a unir. Cuando se separaron lo hicieron de la forma más dolorosa posible. Siempre que existe la presencia de terceras personas hay un miembro de la pareja que sufre más de la cuenta.
Por aquel entonces Jesús rehízo su vida con su actual pareja, Ana Togores. Una mujer más joven que él fue la encargada de substituir a una Paloma que pensaba que lo suyo era temporal. La boda de Letizia fue la manera de limar asperezas y empezar de cero una relación que había quedado totalmente rota.
Sin posibilidad de ir a la boda
La reina Letizia fue la encargada de vetar a su madrastra Ana Togores. El matrimonio Ortiz Rocasolano tenía que volver a brillar con luz propia. Frente a la realeza de toda Europa, nadie podía sospechar el mal rollo que entre ellos había. Fue una estrategia meditada que no sentó demasiado bien a Jesús Ortiz.
El papel que desempeñó con su ex mujer mereció un Oscar. Parecía que nada hubiera pasado en estos años. Eran una pareja de divorciados que bien podría retomar su relación en cualquier momento. Letizia veía con orgullo como sus padres volvían a estar juntos, aunque solo fuera por unos instantes.
Un hombre discreto
Jesús Ortiz se mantiene en un segundo plano de la actualidad. Mantiene su antigua vida y no piensa cambiarla. Trabaja en un Estudio de Comunicación al que va cada mañana después de abandonar el piso que comparte con Ana Togores. Prefiere desplazarse en transporte público, no es un amante de conducir en la ciudad.
No asiste a actos oficiales. Únicamente va a aquellos que afectan a su familia. El último la comunión de sus nietas. A aquel acto, sin cámaras también fue su pareja Ana. Ha sido una manera de perdonar su veto en la boda. Letizia y ella se llevan bien, aunque no, delante de su madre.
Unos gustos reales
Jesús a diferencia de su hija, mantiene una alimentación de lo más variada. De lunes a jueves él y su mujer si disponen a realizar un poco de tapeo después de un día de trabajo. un bar cerca de su estudio es el lugar escogido para charlar de los nuevos clientes y planificar estrategias de comunicación.
Disfrutan como una pareja más, sin contar calorías o exponerse como padre y madrastra de la reina de España. Jesús siempre ha querido mantener su vida, más allá de los gustos de su hija. No visita palacio de forma asidua, ni es invitado a comidas familiares. Es un hombre de gustos sencillos.
Del gimnasio al Carrefour
Jesús Ortiz va cada día al gimnasio. Es una de sus rutinas necesarias. En el centro que se sitúa cerca de su casa, el padre de la reina, opta por varias disciplinas en función del día de la semana. Le gusta hacer un poco de cardio y emprender una clase dirigida, yoga o body combat son sus favoritas.
Después del gimnasio se le ve frecuentar un Carrefour. Allí compra todo lo necesario para su hogar. Paga en cash y selecciona el envío a domicilio. Ir con las bolsas en el metro es bastante incómodo, así que mejor que se lo traigan a casa. En la ciudad de la imagen ya le conocen y saben cómo actuar frente a él.
Menchu del Valle
La madre de Jesús y abuela de Letizia es uno de sus puntales. Menchu es una de las mujeres más importantes para Letizia al igual que lo era su abuelo. Son figuras representativas de su infancia que siempre le mostraron la importancia de ser ella misma. Han estado a su lado y han querido apoyarla en todo momento.
Jesús es el encargado de poner en comunicación a su madre e hija. Se siente orgulloso de que más allá de las posesiones materiales, Letizia siga siendo aquella nieta entregada que admira profundamente a su abuela. Menchu fue una mujer que se adelantó a su tiempo, periodista radiofónica, en Letizia tiene a su mayor fan.