Los reyes eméritos no ganan para disgustos. Tanto don Juan Carlos como doña Sofía están que trinan por el feo que les hicieron en los Premios Princesa de Asturias. Como se recordará, el rey emérito no fue invitado. Doña Sofía sí pero eso no es óbice para que esté muy molesta. Considera la reina que su esposo no merece semejante trato dado lo mucho que ha hecho por la Corona. Pues bien, ahora los reyes eméritos se enfrentan a otro dolor de cabeza por culpa de un familiar. ¿Qué ha pasado? Te lo contamos a continuación.
Don Juan Carlos y doña Sofía, humillados
> Los reyes eméritos están muy enfadados con don Felipe y doña Letizia. El último capítulo de las desavenencias en Zarzuela se remonta a los premios Princesa de Asturias. Los reyes decidieron que don Juan Carlos fuera obviado totalmente. Así las cosas, don Juan Carlos no asistió al solemne acto ni su nombre fue pronunciado. Sí tuvo un papel predominante doña Sofía, que entró junto a los reyes y fue mencionada por su nieta durante su discurso.
Lo cierto es que la reina emérita está muy molesta por el proceder de su hijo y su nuera. Considera que el feo hecho a su marido es completamente innecesario. Además de injusto porque significa no reconocer lo que ha hecho por la Corona durante sus años de reinado. Por su parte, don Juan Carlos está deshecho. No pensó que su hijo llegara a estos límites. Esto es algo que no perdonan las infantas Elena y Cristina, cuyos lazos con su hermano se vieron rotos abruptamente hace ya años.
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Un familiar pone en el ojo del huracán a los reyes
> Don Juan Carlos y doña Sofía no ganan para disgustos. Lo cierto es que sus familiares les están poniendo las cosas difíciles. En un momento en que deberían disfrutar de la tranquilidad, viven en un continuo vaivén. En esta ocasión, se ven afectados por su sobrino. Y es que Luis Alfonso de Borbón, hijo de Alfonso de Borbón y Carmen Martínez-Bordiú, no para de generar titulares que salpican a los reyes eméritos por su vinculación familiar. Luis Alfonso se ha puesto a la cabeza de los Franco para plantar cara y resguardar la memoria del dictador en relación a la polémica exhumación.
Y por si lo anterior no fuera suficiente, Luis Alfonso está en el ojo del huracán por la relación que él y su suegro, Víctor Vargas, tienen con el régimen de Maduro y antes de Chávez. Los Vargas han hecho grandes negocios en Venezuela gracias a su amistad con los dictadores que han dirigido y dirigen los designios del país. Uno de los bancos que manejan ha dejado un montón de damnificados. Se habla de más de 10.000 y algunos han interpuesto batalla legal para recuperar sus ahorros. Sin embargo, sabedores de la alianza del banquero con el régimen en el poder, dan por perdida la batalla. Luis Alfonso de Borbón está implicado debido a que es la mano derecha de su suegra en los negocios. Todo esto hace que los ojos se giren hacia los reyes eméritos preguntando cómo es que no han hablado con su sobrino para advertirle que estaba poniendo en entredicho el apellido Borbón.
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La familia Real está rota
> Don Felipe ha dejado muy claro que la familia real está compuesta por doña Letizia, Leonor, Sofía y su madre. Su padre y sus hermanas no tienen relevancia alguna en cuestiones de la Corona. Lo cierto es que la abdicación de don Juan Carlos fue complicada. Tres años tardó el entonces rey en decidirse a dejar el trono. Fueron días de furia donde el monarca descubrió el sabor de la traición.
Tanto don Felipe como doña Letizia movieron los hilos para conseguir la abdicación. Ambos enviaron emisarios para que don Juan Carlos recapacitara. Eso tensó más la cuerda entre él y su hijo. El monarca creyó que don Felipe se estaba vengando por lo sucedido con su madre. Hay quien tiene la teoría de que los príncipes y la reina se pusieron de acuerdo para echar a don Juan Carlos. Él protagonista también lo creyó y de ahí que se negara a asistir al ochenta cumpleaños de doña Sofía. Al final, vio claro que no podía dejar tirada a su fiel esposa y cambió de opinión. A partir de ese momento, la relación del matrimonio entró en una senda de cordialidad. Ya no discuten tanto y hasta comparten espacio, algo impensable hace unos años.
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La terrible ruptura del rey con Elena y Cristina
> Si algo fomentó doña Sofía fue la unión entre sus hijos. Para ello decidió que compartieran cuarto de juegos y estudio. Era la misma habitación que se acondicionaba para una cosa u otra en función de las necesidades. Durante años, Elena, Cristina y Felipe fueron uña y carne. Sin embargo, Noos los separó. Para el rey fue durísimo tener que renunciar a su hermana. Estaban muy unidos y Cristina era un auténtico puntal para él. A ella recurría cuando las cosas iban mal dadas. Siempre fue hermana, cómplice y amiga.
La infanta Cristina se negó a renunciar al título de alteza real cuando se descubrió el pastel de Urdangarín. La comunicación entre ella y el rey discurrió a través de faxes. Para entonces, don Felipe ya había decidido sacarla de la institución y del núcleo familiar. En su camino, el rey se llevó por delante a Elena. Creyó que su hermana mayor también podía verse salpicada por algún acto indebido y cortó por lo sano. El tiempo ha demostrado que se equivocó con la infanta Elena y que, quizás, no estuvo acertado en su manera de conducir la crisis familiar que afectó a la Corona.