A veces parece que el protagonismo está entre Jordi Cruz y Pepe Rodríguez con sus piques y sus papeles de poli bueno y poli malo. Pero la tercera en discordia del jurado de MasterChef, Samantha Vallejo- Nágera, no les va a la zaga y no sólo es otro referente del programa sino también del universo culinario español, con un imperio millonario. Veamos el pasado oculto de Samantha.
Antes del programa de MasterChef era la sobrina del conocido psiquiatra Juan Antonio Vallejo-Nágera y la hermana de Nicolás -Colate-, el ex marido de Paulina Rubio. Pero ahora es al revés y Colate es el hermano de Samantha tras su éxito televisivo y empresarial también, como ahora veremos.
Los comienzos de Samantha Vallejo-Nágera

Samantha, aunque de familia bien, voló pronto sola y se curró lo que es ahora. Parece que todo comenzó de hecho en una comida y de la mano del dueño del restaurante Horcher, que le retó a que no aguantaría más de un día en las cocinas. Samantha cogió el guante y se tiró dos años aprendiendo el oficio.
No lo hizo por no quedar mal, sino que se dio cuenta de que era además su vocación. El siguiente paso fue enriquecerse en el extranjero. Se fue a Londres y Nueva York, donde se curtió repartiendo pizzas en patines. En 1995 regresó a Europa para terminar de formarse. Primero en Lyon con el prestigioso chef francés Paul Bocuse y después con nada menos que Juan Mari Arzak. Finalmente, montó su ahora famosa empresa de catering.
Muy activa en redes sociales
El otro gran mercado que domina como pocos chefs es el digital. Vallejo-Nágera acumula medio millón de seguidores en su cuenta de Instagram y casi 120.000 en Twitter. La empresaria ha sabido rentabilizar el tirón que tiene en redes sociales y es reclamo de multitud de marcas.
Como buena usuaria tampoco ha quedado fuera de polémicas, como cuando promocionó una firma de hamburguesas como comida sana. Las críticas funcionaron y se retiró la campaña. Aprendió la lección y ahora tiene su propio gabinete de comunicación que gestiona la relación de su imagen con las marcas y con la prensa.
El misterio del marido de Samantha Vallejo
Pocos conocen al que es su marido, Pedro Aznar Escudero, más conocido como Peru Aznar. Y es que, aunque ha salido alguna vez en redes, ni él ni a ella le gusta exponerlo a lo público. En su Instagram nos encontramos con mucha receta ‘healthy’, tardes de juegos con los peques, ‘outfits’ con bien de color y algún que otro plan en Pedraza, su adorado pueblo familiar. La presencia de Peru Aznar en sus posts es más bien escasa.
Pero todo tiene su explicación. Y la historia de Peru tiene su aquél porque dejó todo por irse con Samantha. Cuando se conocieron, Peru ya se había divorciado de Dolores, la hermana de la escritora Carmen Posadas. Junto a ella tuvo a Sara, su primera hija, que actualmente lleva un conocido restaurante ubicado en La Latina. Y tras la ruptura comenzó a crear una «segunda familia». Tras veinte años trabajando en La Rioja, en la fábrica de vino de Rueda, Aznar lo dejó todo para trasladarse a Madrid.
Samantha habla de su marido al fin

«Mi marido es el único que al principio no llevaba bien esto de la popularidad, pero, bueno, ¿tú has visto alguna vez a mi marido? Pues sí, tengo marido», declaraba Samantha Vallejo-Nágera ante un Bertín Osborne al que no le quedó más remedio que admitir que no sabía con quién estaba casada su invitada.
Y es que hasta entonces casi nadie conocía quién era la pareja de Samantha, al igual que casi nada de su vida privada. Ahora sabemos que su marido es un reputado experto en vinos, que también proviene de un familia bien, y con el que ha tenido 4 hijos: Cloe, Pedro, Roscón y Diego.
Ha cocinado para los mejores

En una entrevista al El Mundo, reconoció que ha cocinado para muchas celebridades, incluido para el Rey y la Reina. También ha cocinado para grandes como Rafa Nadal, Alejandro Sanz…
Pero está muy cómoda con su empresa de catering Samantha de España, donde le permite tener más tiempo libre al ir por rachas y trabajar sobre todo para eventos y bodas, que mucho en demanda puntual. Sin embargo, aunque sabe de la dureza del mundo de la cocina, le gustaría que alguno de sus hijos siguiera sus pasos y fueran cocineros.