Meghan Markle está en boca de todos a raíz de su escandalosa entrevista con Oprah Winfrey, en la que ha revelado supuestos abusos y faltas de respetos que habría sufrido de parte de la familia real británica. Su historia es la de otras tantas mujeres de la realeza que durante años han sufrido en secreto el escarnio de parte de la misma institución que representa, y no hace falta buscar allende las fronteras españolas para encontrar un caso similar. Por desgracia, la historia de la reina Letizia se parece más de lo que a ella le gustaría a la de la duquesa de Sussex, con la importante diferencia de que ella nunca ha roto su silencio. Si lo hiciera, la polémica sería incluso mayor… Siete millones de euros se quedan cortos para pagar todo lo que la consorte ha tenido que callar. ¿Quieres conocer más detalles? Sigue leyendo, te lo contamos todo a continuación.
La entrevista que incendia Buckingham Palace
> Ha pasado ya un año desde que Meghan Markle y el príncipe Harry renegaron públicamente de sus funciones con la familia real inglesa y se mudaron a Estados Unidos para labrarse un futuro alejado de la monarquía. Sus planes pasaban por “trabajar para convertirse en independientes financieramente”, aunque en su comunicado oficial destacaron que mantenían su fiel compromiso y apoyo al reinado de Isabel II. Por su parte, la monarca declaró que entendía esta decisión, aunque las informaciones que llegaban desde el Palacio de Buckingham aseguraban que su enfado era monumental. Desde hace tiempo se vienen señalando desde los tablones británicos las tensiones y presiones que la duquesa de Sussex ha tenido que soportar desde las altas esferas de la institución, y ahora ha sido ella misma quien ha hecho públicas estas afrentas que le hicieron pasar por el peor momento de su vida.
A lo largo de las dos horas de entrevista, Meghan Markle ha revelado a Oprah Winfrey que se sintió “silenciada” por la familia real ante el terrible acoso que sufría de parte de la prensa inglesa más amarillista. La duquesa de Sussex echó en falta el apoyo de las altas esferas de la monarquía, que le dieron la espalda en su peor momento. La situación llegó a un punto tan límite que incluso pensó en quitarse la vida. “Me daba vergüenza admitirlo ante Harry, pero sabía que, si no decía nada, lo acabaría haciendo. Simplemente no quería seguir viviendo”, lamentó la que fuera actriz protagonista de Suits.
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La reina Letizia y Meghan Markle, pisoteadas por la monarquía
> Analizando en profundidad su discurso, lo que Meghan Markle viene a poner sobre la mesa es una constante en la mayor parte de monarquías del viejo continente, en las que la Corona siempre estará por encima del bienestar de sus integrantes. En España no es diferente, y a estas alturas a nadie deberían sorprenderle ya todos los desplantes y afrentas que la reina Letizia también ha tenido que soportar. Se trata de tamañas faltas de respeto que poco se alejan de las que Meghan Markle cuenta en su intervención, y la única diferencia es que la consorte nunca las ha hecho públicas. Lo más probable es que jamás lo haga.
Meghan Markle ha reconocido que una de las razones que la llevó a hacer las maletas e iniciar una nueva vida alejada del Reino Unido fue el acoso constante que recibía de parte de la prensa inglesa. Los medios más amarillistas se empeñaban en denostar su imagen pública hasta dejarla a la altura del betún, culpando a la exactriz de Suits de sembrar el caos en la monarquía. Se trató de una campaña de desprestigio que, hace ya más de 15 años, la reina Letizia también tuvo que sufrir en sus propias carnes. Algunos tabloides patrios y muy afines a Zarzuela llegaron a avisar de que la asturiana precipitaría la decadencia y declive de la institución, sin imaginar si quiera que tiempo después sería el propio rey Juan Carlos quien firmaría los peores escándalos que más factura han pasado a la Corona.
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Oír, ver y callar
> La postura de Casa Real era clara y las altas esferas exigieron a la reina Letizia que no pronunciara una sola palabra al respecto. En cuanto entregó su corazón al rey Felipe, su papel se redujo a oír, ver y callar; una postura extremadamente complicada para una periodista de raza como ella. Sí, la consorte española también ha sido silenciada y solo ella sabe los desprecios y desplantes que, como Meghan Markle, ha sufrido de parte de su propia familia política, marcada por fuertes tradiciones elitistas y clasistas. Siete millones -lo que se estima que podría haber costado la entrevista con los duques de Sussex- no son suficientes para que la asturiana ponga de manifiesto todo por lo que ha tenido que pasar. No hay dinero en el mundo para pagarlo.
No es ningún secreto que a la asturiana se le miró por encima del hombro y no fue recibida de buena gana por personas muy próximas a la monarquía, que renegaban de ella por su pasado. Las presiones también eran una realidad en su día a día en palacio, y tuvo que pelear con uñas y dientes para ganarse un respeto que todavía hoy no parece haber logrado del todo. Meghan Markle y la reina Letizia han pasado por un camino muy parecido, salvando la diferencia de su color de piel. No, la consorte no ha sufrido abusos de tipo racista, por razones obvias. Faltaba más.