Palito Dominguín, de nombre Lucía, está radiante en su vuelta de Supervivientes y aunque su expulsión nos pueda parecer injusta, ha vivido en Honduras algunos de los momentos más bonitos de su vida. Concede su primera entrevista a Lecturas y habla del momento que le cambió para siempre, el adiós de su hermana Bimba Bosé.
Agradecida con la aventura de su vida
> Palito solo tiene palabras de agradecimiento con el formato que le ha devuelto la ilusión, Supervivientes. Así lo ha querido manifestar en exclusiva a Lecturas. «Aun pasándolo mal, me veo todo el rato sonriendo. ¡Estaba tan agradecida de estar ahí después de tanto tiempo sin trabajar!» asegura antes de confesar que su verdadero concurso ha sido Lola, una amiga incondicional que sabe no perderá nunca.
De los nervios se le cerró el estómago. «Me asustaba que el físico no me acompañase con la mente». Ahora, toca reponer fuerzas. «Estoy descansando y desconectada unos días. Saturada de información pero inmensamente feliz de sentir tanto cariño, tanto amor y tanto apoyo de parte de tantísimas personas», publicó hace unos días en su perfil de Instagram.
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La expulsión más injusta: el cabreo monumental de su familia
> A todos nos sorprendió cuando ningún miembro de su familia acudió a recibirla en su vuelta a plató. Ahora confiesa que fue ella quien se lo pidió y que nunca dijeron que su expulsión fuera un tongo, tal y como aseveró Jordi González en una de las galas.
“Mi familia nunca dijo eso. Están enfadados. No solo mi familia, mucha gente dijo que era injusta mi expulsión. Mi salida no fue justa, todos nos merecíamos llegar hasta el final”. A pesar de todo, nunca ha tenido un mal gesto con el concurso. Los golpes que ha sufrido durante estos 25 años le han hecho ser aún más fuerte.
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La muerte de su hermana Bimba, un mazazo que consiguió hundirla
> El fallecimiento de su hermana Bimba Bosé a los 41 años a causa de un cáncer de mamá en estadio avanzado fue devastador para ella. Se encontraba en Inglaterra, estudiando Bellas Artes y dice haberse culpado durante estos cuatro años de ausencia de no haber estado a su lado durante la enfermedad. Suerte que ahora, logra perdonárselo.
«Cuando murió mi hermana Bimba llegué a tocar fondo. Di un cambio drástico al fallecer. Dije: Me niego a estar triste, a perder mi vida estando mal, enfadada. Lloré mucho, me costó seguir. Fue un hostión de la vida: o te vas para arriba o te hundes«, y añade su teoría: “Cuando yo nací Bimba tenía 21 años, y cuando ella falleció yo cumplí 21 también. Se cerró el ciclo”.
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Recuerda a su abuela Lucía Bosé y habla de la relación con su tío Miguel
> A su abuela, Lucía Bosé, que falleció el pasado mes de marzo a los 89 años la recuerda con una sonrisa en la boca y con miles de recuerdos a las espaldas. «Aún no he asimilado que ya no está en carne viva. La última vez que la vi fue en mi cumpleaños. Me encantaba que me contara historias con Audrey Hepburn, Marilyn Monroe o Marlon Brandon».
Cuando le hablan sobre su tío Miguel Bosé, a su mente viene el distanciamiento entre ambos. «No lo veo. Hablamos por teléfono, nos felicitamos el cumpleaños, no estoy muy cercana a él». Para ella Nacho Palau siempre seguirá siendo su tío, a pesar de la maltrecha relación de Bosé y el artista.