La de vueltas que se le da a la tortilla de patatas. Que si muy cuajadita, que si poco, que si con cebolla, que sin ella, que delgada o gordita, algo churruscada o solo ligeramente dorada… Es tal la variedad de formas de hacer y presentar esta comida que se podría escribir un libro sobre las mismas. Lo cierto es que es un plato que difícilmente no ha probado alguien en nuestro país y además uno de los que muchos consideran como su preferido. Hacerla es algo muy sencillo para un buen chef, o para un ama/o de casa avezado, pero no tanto para los que la hacen por primera vez. Por eso en esa noticia vamos a intentar ayudar a éstos con un detalle muy importante a la hora de hacer la tortilla, la cantidad de huevos exacta que hay que echar a la mezcla.
De dónde viene la tortilla

Lo que poca gente sabe de la tortilla de patatas proviene de tierras extremañas. Así al menos lo asegura Ana Cordero, la autora del libro ‘Historia de la tortilla de patatas. Su origen: Villanueva de la Serena 1798‘, que asegura que nació en Villanueva de la Serena como solución para paliar el hambre que azotaba Extremadura en el siglo XVIII. Al parecer, José de Tena Godoy y Malfeito y el Marqués de Robledo buscaban crear un producto que fuese barato y fácil de hacer y terminaron mezclando harina de patata con harina de trigo. Según la autora, «al cabo de los años el precio del trigo comenzó a subir, por lo que eliminaron la harina de trigo de la mezcla y lo modificaron a harina de patata con huevo, frito en sartén. Hasta esa fecha se hacía con harina de trigo y de patata, pero no se freía, se horneaba. Esa fue la primera fórmula de la tortilla de patata documentada por el CSIC».
Mil tipos de tortilla

Desde entonces, para hacer una tortilla de patatas no ha existido una fórmula perfecta. Todas son similares, pero ninguna será siempre igual, por aquello de que cada maestrillo tiene su librillo y sus gustos, y nunca nos saldrán 100 % idénticas. En cierta manera es parte de su encanto. Lo que nunca pueden faltar son los huevos y las patatas, así como sal con la que darle algo de sabor, pero a partir de ahí se puede añadir cebolla o no, y se puede cuajar mucho o poco, en función de gustos.
Ni los famosos se ponen de acuerdo

A la hora de hacer una tortilla de patatas no se ponen de acuerdo ni los chef famosos ni ganadores de diversos concursos, por lo que rara vez nos darán una cantidad exacta. Sus recomendaciones suelen dirigirse más al tipo de patata (siempre nueva o agria), cómo cortarla (laminada fina) o trucos tales como confitar la patata suavemente y escurrirla bien. Pero al adentrarnos en recetas concretas, como las tortillas que ha publicado Arguiñano en sus libros, o la de David de Jorge, encontramos varias fórmulas similares: 3 patatas o 600 gramos y 6 huevos, más 1 cebolla (Arguiñano); 750 gramos de patatas y 6 huevos, más 1-2 cebollas (otra receta de Arguiñano); 1 kilo de patatas y 8 huevos, más 150 g de cebolleta (David de Jorge); 1 kilo de patatas kennebec y unos 8 huevos (Dani García); o 220 gramos de patata agria ya pelada y cortada, más 4-5 huevos (Taberna Pedraza, estilo Betanzos).
La fórmula de Ana Cordero

Alguien que ha descubierto el origen de la tortilla de patatas también debería tener cabida aquí, y cuando menos ser oída. Ana Cordero considera que lo ideal es que por una patata media o puñado de patata, hay que echar dos huevos. Eso sí, precisa que, si añadimos cebolla, la cantidad de patata necesaria se reduce. En verdad, todas estas proporciones coinciden un poco con nuestras recetas favoritas, en las que usamos 700 gramos de patata y 6 huevos, más la cebolla; 1 patata y 2 huevos para una tortilla individual; o 600 gramos de patatas y 6 huevos más cebolla en la versión de Thermomix.
Jugosa o no

La clave puede ser si te gusta la tortilla de patatas bien jugosita y ver correr el huevo al hincar el cuchillo, porque si es así lógicamente no se puede escatimar en huevos. Y lo normal es que, si no has hecho un buen número de tortillas todavía no tengas perfectamente controlada la proporción huevo-patata. La cantidad también depende del tamaño de los ingredientes y nos podemos encontrar patatas pequeñas o patatas gigantes. El truco de Cordero en este sentido es que «la proporción que siempre recomiendo es que por un puñado con la mano, que equivaldría a una patata, le echo dos huevos«. A probar se ha dicho.