Los animales de este país no están a salvo, mientras los Borbones sigan en la Casa Real. Son una de las familias europeas con más afición por la caza y por los toros. La denominada «fiesta nacional» es una de las actividades más polémicas y que más debate genera en nuestra sociedad.
El Rey Emérito se ha encargado de compartir con sus hijos y nietos todas sus aficiones más sanguinarias. Asesinar o torturar a un animal inocente les parece de lo más lúdico. Hacerlo con el dinero de todos los españoles tampoco es ético. En un país donde más del 60% está en contra de cualquier tipo de tortura a los animales, la institución que debería ser ejemplarizante actúa de forma incorrecta. Repasamos las horribles aficiones de la Casa Real española.
Todo empieza en Casa Real
La trayectoria de asesinatos de animales tiene su origen en Casa Real. La Zarzuela y el Pabellón del Príncipe, lugar en el que vive Felipe VI y su familia, está construida en medio de un bosque. Es una zona de gran riqueza biológica, arboles, ciervos, perdices, jabalíes y otros animales vivían en paz hasta que llegaron los Borbones.
Cada año, la reina Letizia busca cazadores para poder poner fin a cualquier ‘plaga’ que pueda poner en peligro su tranquilidad. Abre las puertas a que acaben con los tan molestos jabalíes que aunque viven en su medio, pueden hacer ‘daño’ a su jardín y huertos, o colarse en la piscina, como ya les ha pasado… 2.400 ejemplares hasta finales de 2018 dirán adiós a este mundo en las inmediaciones de la Zarzuela.
Una afición un poco cara
La familia Borbón ha estado siempre relacionada con la caza. Es una de las aficiones más elitistas que existe. Cada año se destinan cientos de miles de euros a este hobbie un tanto extraño. Se trata de viajar por el mundo, en busca de animales en peligro de extinción o extraordinarios para disfrutar viéndolos morir.
El poder de la realeza que ejerce sobre los demás, no es suficiente. El Rey y su familia tienen entre sus manos las armas para acaba con vidas inocentes. Lo hacen de forma sistemática y con el presupuesto público de todo un país. Juan Carlos I ha sido el más cazador de la familia, sus accidentes han sido célebres, pero no son los únicos.
La cacería en Botsuana, escándalo en Casa Real
África y el delta del Okavango es una de las zonas más extraordinarias a la hora de cazar. La caza de elefantes es una de las máximas atracciones turísticas de Botsuana. Juan Carlos I era uno de los asiduos a esta caza. El precio de la estancia en la zona era un poco escandaloso, pero el que suponía matar a un animal todavía más.
Cada noche se pagaba un mínimo de 7.000 euros para alojar al que fuera nuestro Rey por todo lo alto. Por si fuera poco, si el monarca tenía suerte ese día, conseguía cazar un elefante, de nuestro presupuesto público se marchaban casi 40.000 euros. El importe de cada ejemplar era abonado por el afortunado cazador.
La abdicación de un Rey
La última de sus cacerías acabó en un grave accidente que le costó la corona a Juan Carlos I. En la última de las cacerías junto a su querida Corinna la ambición le hizo caer en la trampa del nerviosismo. Tres días detrás de un gran elefante y cuando llegó el momento de abatirlo las prisas llevaron al Rey hasta el suelo.
El dolor y los gritos eran superiores a los del maltrecho elefante. El Rey Juan Carlos se había fracturado la cadera derecha en esa caída. Fue trasladado de urgencias a Madrid y sus secretos fueron desvelados. La cara afición del Monarca y la persona que estuvo con él, en lugar de su esposa, fueron los detonantes del final de un reinado.
Letizia acompaña siempre a Felipe
Letizia aprendió la valiosa lección de no dejar nunca solo a un Borbón. Felipe y su esposa Letizia son un pack inseparable. La experiodista entendió desde un primer momento la importancia de apoyar en todo a su marido. Es tal su devoción que incluso regalo un arma a su marido, un caro regalo para incitarle a cazar un poco más.
Las cacerías por el mundo de don Felipe son en compañía de su esposa y no son tan frecuentes como las de su padre. África es uno de los destinos preferidos, pero también ha viajado a otras zonas del planeta en busca de emociones. A Felipe VI le gusta más la caza menor, es mucho más emocionante y requiere mucha precisión.
Froilán ya tuvo un susto
La infanta Elena es la que más se parece a su padre en todo. Ha sido educada como una amazona amante de los toros, las monterías y la caza. A sus hijos les ha transmitido las mismas pautas que a ella le dio su padre. La caza es algo que Froilán conoce muy bien. Junto a su padre, Jaime de Marichalar, también practica este ¿deporte?.
Cuando era más joven sufrió un terrible accidente que podría haberle salido caro. Era un niño de solo 13 años manipulando un arma de fuego. Un modelo de escopeta que, por leyy no debía ser utilizada mínimo hasta la edad de 14 años. Un arma del calibre 36 se disparó accidentalmente hiriéndole en un pie. Aquel disgusto, y otros tantos de los Borbones con las armas, no han sido suficientes como para que en Casa Real bajen el fusil.