Desde su participación en la primerísima edición de OT, en 2002, Chenoa lleva formando parte del mundo televisivo con cierta frecuencia, y sin perder popularidad. Su romance y su ruptura con David Bisbal la elevó un poco más al mundo del famoseo, algo que podía haber aprovechado bien para sacar tajada, como hacen otras celebrities. Pero Chenoa (Laura, su nombre de nacimiento), ha preferido darse a conocer por su faceta profesional, y no por sus asuntos personales.
LARGA CARRERA EN LA MÚSICA Y LA TELEVISIÓN
Chenoa tiene una extensa trayectoria musical con varios álbumes éxito de ventas, pero también se ha labrado una carrera televisiva muy amplia, participando en algunos concursos como jurado (Oh happy day, ’Tu cara me suena’, ’Tú cara no me suena todavía’), como colaboradora, como actriz, mologuista y concursante. En este último papel la hemos visto hace unas pocas semanas, cuando participó en el, ya mítico, concurso ‘Pasapalabra’ que se emitió poco después de la cuarentena. La cantante, sin pretenderlo, se convirtió en la comidilla de las redes sociales, por varias meteduras de pata en preguntas muy sencillas. Pero este no ha sido el único ridículo que ha hecho la pobre Chenoa en televisión.
PASAPALABRA Y FARMACIA DE GUARDIA
El primer ridículo de la cantante tuvo lugar durante una prueba en la que tenía que decartar nombres. El enunciado era: ‘Confesó que rechazó el papel de Lourdes Cano en ‘Farmacia de Guardia’. Chenoa, rápidamente, y parece que sin haber procesado la pregunta respondió ‘Javier Bardem’, ignorando por completo el género de una y de otro.
Este lapsus en seguida fue comentado en Twitter por los seguidores del programa. La cantante confesaba que estaba muy nerviosa, por su participación en el concurso y porque era el estreno del programa a cargo de Roberto Leal.
RAPHAEL O RAFFAELO
El segundo gazapo llegó cuando confundió a Raphael con el pintor de la corte, que antes dedicarse al arte, había trabajado como friega platos. Chenoa no es la única que se ha puesto en ridículo en este programa dando respuestas absurdas. La duda es si los fallos se deben a que realmente sienten la presión como concursantes, o a que cojean un poco en cuanto a cultura general.
Lo bueno es que es que el cheque que reciben a cambio compensa cualquier ridículo público, así que no es algo que vaya a mermar su autoestima, ni tampoco su reputación porque en el mundillo televisivo la cultura es lo que menos importa.
LA RUPTURA MÁS SONADA
Las imágenes de una Chenoa devastada por su ruptura sentimental con su compañero en OT David Bisbal circularon por la televisión y las revistas antes de que existiesen las redes sociales, aunque el nivel viral fue similar. El público empatizó (y se identificó) con las lágrimas de la cantante, su cara congestionada del llanto, su voz entrecortada e incluso con su chándal. Chenoa, a pesar de su estado, se plantó frente a los periodistas para pedir que por favor respetasen su dolor y que no la molestasen.
¿Quién no ha sido Chenoa alguna vez en la vida? Nadie quiere que le vean en sus momentos más miserables, pero también es cierto que en esos momentos de locura transitoria, nuestra dignidad es lo primero que perdemos.
LA COBRA MÁS FAMOSA DE LA TELEVISIÓN
A Chenoa se la quiere porque es simpática, guapa, famosa y exitosa, pero le pasan las mismas cosas que al resto de los mortales. Y en público, para que todos lo veamos. Otra de sus grandes humillaciones públicas la vivió de nuevo junto a Bisbal, su ex-pareja, en el «Reencuentro de Operación Triunfo» que tuvo lugar hace unos años en el Palau Sant Jordi de Barcelona.
En esa ocasión interpretaron el tema más esperado, ‘Escondidos’, que cantaron a dúo con sentimiento y complicidad. Tras los aplausos, David dedicó algunas palabras bonitas de cariño y admiración hacia la que fuera su chica, mientras Chenoa apenas podía contener la emoción. Finalmente se fundieron en un abrazo y en el momento en el que ella quiso darle un beso, el almeriense retrocedió haciéndole una embarazosa y humillante cobra, que al momento se convirtió en lo más comentado de las redes sociales.
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