A los 35 años del estreno del exitoso vídeo musical de Michael Jackson, Thriller, surgieron nuevos detalles sobre su vida íntima del artista, capaces de mortificar hasta al más aguerrido de sus fanáticos. Estos detalles de su vida privada, que se enfocan en los últimos años antes de su muerte, están basados en el diario privado de la estrella: un pequeño cuaderno donde Jackson escribió hasta sus pensamientos más íntimos y que, en vida, nunca se lo mostró a nadie.
El cuaderno apareció años después de su muerte y se filtró de la sala de evidencias de la policía de Los Ángeles — pues los eventos que lo llevaron a la muerte fueron considerados por las autoridades como homicidas — y posteriormente, dicho cuaderno paró en las manos del periodista Dylan Howard, quien redactó y publicó el revelador libro de no-ficción: Bad: Una investigación sin precedentes sobre el encubrimiento de Michael Jackson. Sin embargo, ¿qué contiene con exactitud el libro?
Jackson vivía en constante dolor

Si pensabas que ya sabías todo acerca de la vida y la muerte del cantante, piensa de nuevo. Jackson, quien falleció en el 2009 a los 50 años de edad en su residencia en Los Ángeles, era — a lo mejor sin saberlo — adicto a los calmantes. Esto no es nuevo. Lo que quizás no sabías era que Jackson dependía tanto de su médico, el doctor Conrad Murray, para que le aplicara las inyecciones que posteriormente le causaron la muerte, que el mismo cantante escribió en su diario que no podía dormir ni pensar sin su “leche”. ¡Así es!, el mismo artista valoraba tanto los fármacos que les llamaba leche. En una parte del diario, Jackson escribió lo siguiente: “Conrad debe practicar ahora, no puedo estar cansado”.
Aunque es bien conocido que el doctor del cantante — quien posteriormente fue arrestado, enjuiciado y condenado por homicidio y además perdió su licencia de médico — ganaba alrededor de USD $100.000 mensuales por aplicar las inyecciones al músico, quizás no sabías que el mismo Murray llegó a gastar hasta 100 mil dólares en fármacos, como preparación para la que sería la última gira del cantante, quien tenía planeado presentarse en el O2 Arena de Londres.
Jackson vivía en constante paranoia

El diario también reveló que Jackson vivía en un estado perenne de paranoia y que, durante los últimos años de su vida, ya no confiaba ni siquiera en sus familiares más íntimos.
No quería que sus hermanos lo visitaran y tenía el deseo de deshacerse de sus managers y en especial, de su gestor Tohme R. Tohme, quien curiosamente era el encargado de organizar su última gira musical titulada This Is It!. En el diario, Jackson escribió que no quería a este sujeto cerca, “ni en el avión ni en mi casa”.
Jackson temía por su vida

Su constante paranoia y sus inseguridades lo llevaron a alejarse de muchos de sus seres queridos. Constantemente, sus familiares y los que fueron sus más íntimos colegas intentaron acercarse a él en sus momentos más difíciles, pero el mismo Jackson los rechazaba, quizás porque temía que le hicieran daño, pues estaba convencido que alguien, o algo, quería matarlo. En el diario escribió lo siguiente:
“Me temo que alguien me matará. Hay gente mala en todas partes. Quieren destruirme y tomar el control de mi editorial. El sistema quiere que me maten por mi catálogo de música. Pero no lo voy a vender”.
Vivía obsesionado con el dinero

Para ser una persona tan exitosa y después de haber amasado millones de dólares por su carrera artística — recordemos que el mismo Jackson era propietario de los derechos de las primeras canciones de The Beatles — el músico vivía obsesionado con la manía de hacer más dinero. De hecho, en su diario, Jackson alega que debía “pasar a la inmortalidad” como un director de cine y artista del séptimo arte, e incluso, tenía planificado iniciar el rodaje de las películas 20.000 leguas de viaje submarino y El séptimo viaje de Simbad. De hecho, esperaba poder hacer los remakes de 40 películas.
El mismo Jackson asegura en su diario que, para pasar a la inmortalidad, debía alcanzar el estatus de fama de grandes cineastas como Charles Chaplin, Fred Astaire, Gene Kelly, y Walt Disney. De hecho, llegó a escribir que “si no me concentro en la película, no hay inmortalidad”. También tenía como meta ganar 20 millones de dólares por semana y para lograrlo, debía llevar a cabo conciertos en Las Vegas y presentaciones con el Cirque du Soleil, además de un acuerdo multimillonario con Nike.
Jackson también escribió frases como “MJ anuncia su última gira” y “quiero firmar todos los cheques de más de 5.000 dólares”. Además, se escribió a sí mismo una especie de nota recordatoria que decía “contrata a un gestor de confianza y a un abogado”.
Abuso infantil

Aunque en dos ocasiones Michael Jackson había esquivado el peso de la ley en la corte, al momento de su muerte, en la mansión de Jackson, encontraron una innumerable cantidad de libros con fotos de niños, adultos y jóvenes en diferentes etapas de desnudez. Esto llevó a las autoridades policiales a considerar que dicho material podría haber sido usado por Jackson para desensibilizar a los menores antes de abusar de ellos, especialmente luego de que, el año pasado, dos nuevas víctimas alegaron que fueron abusados sexualmente por Jackson. Las supuestas víctimas se identificaron a sí mismos como Wade Robson y James Safechuck, y testificaron en un programa de televisión de la cadena británica Channel 4, titulado Leaving Neverland.
Vale recordar además que los funcionarios policiales encargados de investigar la muerte de Jackson confiscaron ordenadores, fotografías, vídeos, revistas pornográficas y medicamentos de su vivienda, que según teorías policiales, pudieron haber sido usadas para ultrajar a menores de edad.
Una infancia difícil

No existen excusas para las iniquidades que Jackson pudo haber hecho con quién sabe cuántos menores de edad.
Sin embargo, recordemos que su obsesión con la niñez y con el querer ser como un niño provienen de sus propios padres, quienes lo castraron químicamente cuando aún no era adolescente para que mantuviese el mismo tono de voz y así garantizar su éxito musical.