No hay nada mejor que un bizcocho casero y jugoso que se pueda degustar recién horneado en casa. Esta es una delicia de la que pueden disfrutar las personas más golosas y con cierto talento para la repostería artesanal. Eso sí, en diversas ocasiones se da un impedimento importante: que el resultado quede demasiado seco y tosco. Si no tienes pillado el punto a la hora de conseguir que tu bizcocho quede realmente esponjoso a continuación te facilitamos unos cuántos trucos para solucionarlo ¡darás con la clave para conquistar todos los paladares!
La masa

Si deseas conseguir una masa esponjosa para que tu bizcocho quede realmente rico y agradable de textura, el primer truco que debes aplicar es el de batir bien los huevos con el azúcar.
Estos dos ingredientes son los que soportarán el peso del resto, por lo que se deben mezclar realmente bien. Para esto lo ideal es utilizar una batidora de varillas en lugar de la de cuchilla, ya que la de varillas introduce más aire en la masa y el resultado será más esponjoso.
El horno

El horno cumple un papel importante en los bizcochos y en su resultado final. Antes de empezar la receta se debe precalentar el horno a 180 ºC con calor arriba y abajo, y si es de aire mejor, ya que repartirá el calor de manera uniforma. De esta forma se asegura que la temperatura es uniforme durante todo el proceso.
Se debe colocar el bizcocho en el centro con la rejilla, para que le llegue el mismo calor por arriba que por abajo. Para que quede jugoso se puede utilizar el truco de poner un recipiente con agua dentro del horno para que le aporte humedad. Nunca se debe abrir la puerta del horno durante los primeros 30 minutos.
Los ingredientes

Otro truco para un bizcocho jugoso es sacar los ingredientes un poco antes de empezar la receta del frigorífico, especialmente los huevos y la mantequilla si la lleva, para que se haga mejor la masa. La mantequilla debe estar a temperatura ambiente, igual que los huevos.
Existen muchas recetas que incluyen las frutas también entre sus ingredientes. Si se quiere añadir trozos de fruta a la masa, para evitar que estos se vayan al fondo, conviene pasarlos antes por harina.
La harina

La harina es parte fundamental de la estructura básica de cualquier tipo de biscocho y también influirá en que el resultado resulte agradable y jugoso. La mejor harina para los bizcochos es la harina especial para repostería sin lugar a dudas.
Además, resulta especialmente importante que antes de utilizarla se pase por un colador para tamizarla y que quede más suelta. Si se añade la harina de golpe es posible que, además de grumos, el bizcocho no suba bien porque no consigue el aire necesario.
El molde

El molde debe tener un tamaño adecuado según la receta que se vaya a elaborar para que el bizcocho quede bien y resulte esponjoso. Si es demasiado pequeño el bizcocho subirá mucho y se hundirá o no se hará bien por dentro, y si es muy grande es probable que os quede plano y seco.
Las opciones más aconsejables son los moldes desmontables y antiadherentes. En cualquier caso resultará crucial engrasar siempre el molde espolvoreándolo con un poco de harina después, también sacudirla después para que no queden pegotes.
El molde de silicona

Uno de los moldes más populares en repostería es el molde de silicona, también utilizado para las recetas de los bizcochos ¿Es este utensilio el más apropiado? Pues bien, una vez se incluye la masa en este tipo de utensilio resultará complicado moverlo al horno sin que se desparrame.
Esto ocurre especialmente si son con poco fondo, por lo que es mejor que se opte por moldes con fondos de cerámica, que además te permitirán llevarlo directamente a la mesa, o que se ponga previamente sobre la rejilla y luego se transporte la rejilla.
Desmoldar

Una vez hecho el bizcocho se debe retirar del horno para que no se quede seco, y cuando se temple se debe desmoldar y poner sobre una rejilla para que se termine de enfriar.
No se debe dejar que se enfríe en el molde para que no se seque, ya que el molde cuenta con calor residual en su estructura. Una vez frío se puede cubrir con papel film para preservar la humedad y que no se seque. Esta es la mejor manera de guardarlos.