El cómico Miguel Ángel Tirado, zaragozano de nacimiento, vuelve hoy a sus 72 años a la pequeña pantalla, y lo hace de la mano de Pablo Motos, en “El Hormiguero”. Marianico el Corto, su personaje, triunfó en televisión a principios de los años 90. Un personaje cien por cien aragonés, con todos sus componentes: acento, dejes y dichos. Pero Miguel Ángel, el creador del personaje es mucho más que un cómico. Quieres saber que ha sido de él durante todos estos años, pues sigue leyendo, que te lo contamos todo.
Sus inicios en el mundo del humor
> Miguel Ángel iba para profesor, y al final fue a reír a lo que enseñó a través de sus chistes, y su peculiar acento maño. Su labor de maestro, la ejerció por poco tiempo, pues fue requerido por el ejército, para realizar, el famoso y ya olvidado, servicio militar, la mili. Su novia por aquel entonces estaba embarazada, y como el destino fue el Sáhara español, decidieron casarse. “Como era un destino peligroso, me casé con ella, por lo que pudiera pasar”, contó el humorista para una entrevista en el diario Abc. Tras acabar sus obligaciones con el estado, y con un hijo que mantener, dejó su profesión de maestro para hacer de todo un poco. trabajó de vendedor d electrodomésticos, y trabajó como vigilante de seguridad.
Fue precisamente durante su trabajo como vigilante, cuando empezó a colaborar con una emisora de radio donde cada noche contaba unos cuantos chistes. Su éxito con ese don de hacer reír fue en aumento, y le empezaron a llamar para amenizar bares y cafeterías. “Un mánager contactó conmigo y llegó un momento en el que vivía más del humor que de mi trabajo, así que empecé a dedicarme a esto».
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Su salto a televisión
> En 1990 comenzó No te rías que es peor, el programa donde sacaría carcajadas a toda España. «Fueron cinco años saliendo en televisión todos los días», recuerda. De ahí saltó a prime time con Rafaela Carrá. El éxito le acompañaba donde fuera, y su caché y su trabajo era cada vez más alto. Pero a finales de los años 90, Miguel Ángel empezó a ver como su hueco en televisión era cada vez menor. Los programas del corazón, el éxito incipiente de las telenovelas, y los realities como Gran Hermano, se fueron comiendo en televisión el hueco del humor.
Durante tiempo se mantuvo haciendo bolos en provincias y yendo como invitado esporádico a algún espectáculo. Los gustos de la sociedad cambiaban y los marcados estereotipos aragoneses ya no causaban el mismo efecto. A pesar de esta debacle profesional Miguel Ángel nunca se rindió y siguió luchando para seguir haciendo lo que le gustas: hacer reír.
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Su «Último show»
> Fue hace unos años cuando el cineasta Álex Rodrigo le propuso la serie “El último show” para HBO durante ocho capítulos. En éstos se mezclaban elementos biográficos del cómico con una trama de ficción en la que se ven afectadas su mujer, su hija y su nieta. En la serie se abordaba el conflicto del artista para huir del personaje que le dio la vida. El humorista sigue saliendo al escenario todas las noches con el atuendo del personaje que le dio celebridad pero su mente vuela lejos de allí porque sus propios chistes ya no le hacen gracia. Ha tocado fondo.
Testarudo, socarrón, e inteligente, decide perseguir sus sueños: recuperar el amor de su ex mujer, y dirigir una película surrealista como las de su admirado Luis Buñuel. A partir de ese leitmotiv se genera una trama múltiple y compleja que puede obrar el milagro de atrapar a público de diferentes edades.
El último Show cuenta también en su reparto con rostros conocidos como María Isabel Díaz (Vis a vis) y la aparición en un capítulo de Álvaro Morte el famoso “Profesor” de La casa de papel.
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Jubilado y feliz junto a su familia
> A sus 72 años, Miguel Ángel Tirado goza de la jubilación activa: «Salir en televisión me ha permitido mantener cierto caché que me da para vivir de lo que hago», afirma. Sin la idea de retirarse y con la espinita de no haber hecho cine, pide poder trabajar «cuatro o cinco años más». Después, lo tiene claro: «Venderé el piso en el que vivo, que es muy grande para mi mujer y para mí, y con lo que me den del plazo fijo más la jubilación, a vivir tranquilos». Lo dice antes de concluir la entrevista, de la que no quiere marcharse sin añadir que le encanta «el cariño de la gente» y previene con el dedo índice en alto: «Siempre hay que ser uno mismo».
Y siendo él mismo ha conseguido mantener la amistad de su amigo y mánager, José Luis Esteban, que siempre ha estado y estará a su lado en sus disparatados proyectos. En otros momentos y para huir de la depresión que a veces que a veces le invade, Miguel Ángel llama a su viejo amigo y compañero de profesión, José María Rubio, más conocido como “el señor Barragán. Juntos recuerdan los buenos momentos vividos, aunque puedan decir… que los hubo mejores, al menos profesionalmente hablando.