Fabiola Martínez Benavides comienza una nueva vida alejada de quien fue su marido durante 20 años, Bertín Osborne. Ha retomado sus estudios en Medicina, una espinita que tenía clavada y que por fin logra sacarse. Busca un piso donde vivir en el cual, también puedan estar sus padres y que le de la comodidad que necesita para cuidar de su hijo Kike. Está feliz porque tiene más tiempo para dedicarse a sí misma, a actividades que algún día dejó a un lado por dedicarse en cuerpo y alma a su familia. Aunque siga siendo su prioridad ahora puede compaginarlo. Empeñada en ser una buena jefa, ya que sigue siendo presidenta de la Fundación Bertín Osborne estudia un Máster de Administración y Dirección de Empresas para ejercer sus funciones con profesionalidad. Todo esto lo ha contado en la revista ¡Hola!, en exclusiva, pero sin pedir nada a cambio.
«No hemos firmado el divorcio porque él quiere darme más de lo que yo quiero recibir»

> Fabiola Martínez Benavides se considera una mujer independiente. No quiere que nadie la mantenga, prefiere buscarlo por sus propios medios, con esfuerzo y tesón, así se gana la vida la ex pareja de Bertín Osborne. Este, que quiere que sus hijos lleven la mejor vida posible aunque sus padres hayan decidido poner fin a su relación, le ofrece más de lo que ella está dispuesta a recibir, económicamente hablando. «No hemos firmado el divorcio porque él quiere darme más de lo que yo quiero recibir. No quiero que me mantengan».
«No busco ese vínculo de dependencia, por eso busco un piso que me pueda permitir pagar y en el que también vivan mis padres, dependen de mí», asegura a la citada revista. Bertín y Fabiola tuvieron proyectos de construir una casa más grande adaptada a Kike, ya que moverle se hace cada vez más complicado. Finalmente no pudo ser, por lo que ahora busca un hogar mucho más pequeño, cómodo y en el que pueda dar cobijo a sus progenitores.
Siguiente: Bertín no está dispuesto a dejar a Fabiola y sus hijos en la estocada
Fabiola reclama su sitio y lucha por su propia independencia económica

> Tal y como cuenta en ¡Hola! que Bertín quiera, desinteresadamente, darle a Fabiola más de lo que ella pide para el bienestar de su nueva familia, es un gran cargo de conciencia para ella. Es por este motivo que los trámites de su divorcio se retrasan. «Bertín lo hace con cariño y con ganas de ayudar, pero a mí eso me hace sentir que es un compromiso. Yo no quiero tener ese vínculo. Que lo haga por sus hijos».
Cuando le dan algo, siente la imperiosa necesidad de devolverlo y no quiere vivir con esa presión en el pecho. «Cuanto más sienta que le debo, más comprometida me voy a sentir en devolver ese agradecimiento«, explica antes de concretar que la firma es lo que menos le preocupa ahora mismo, sino concretar los detalles de que incumben a los niños, como el tiempo que pasarán con ellos o la cobertura de las responsabilidades de cada uno.
Siguiente: Kike, uno de los pilares para su hermano Carlos
Kike ha hecho madurar a su hermano Carlos
> En su faceta como madre todoterreno, ha pretendido que sus hijos no sufran más de lo debido con la decisión mutua que han tomado. Carlos, el pequeño, ha superado esa etapa inicial de celos con su hermano Kike gracias a que le han inculcado que necesita más ayuda que él. Algo que le ha hecho madurar. «Aprender y experimentar cosas que, de otra forma, no habría tenido ocasión».
En cuanto a la duda que a todos nos aborda sobre cómo habrán llevado la noticia de la separación de sus padres. A Kike se le explicó de una forma diferente a la de Carlos, pero este último les sorprendió cuando les aseguró que era algo que esperaba porque había notado que no estaban bien. «Me relajó mucho porque era la confirmación de que estábamos dando el paso correcto. Si hubiéramos llegado a una situación límite, habrían sufrido todos, también nosotros».
Siguiente: «Me molesta que digan que si no tienes una pareja, no estás completa»
Fabiola da una lección a quienes piensan que vivir en pareja es imprescindible

> Fabiola está en un proceso de descubrimiento personal. «No necesito rendir cuentas a nadie», declara. A los que dicen si existen posibilidades de reconciliación o si hay otros hombres llamando a su puerta les da una lección. «Estoy acompañada conmigo misma y me encuentro fenomenal. No estoy cerrada a nada, pero tampoco estoy desesperada».
«Me molesta que, si no tienes una pareja pegada a tu vera, no estás completa, te falta algo. Y no es así«. Además, da por zanjado lo suyo con Bertín, pues tras mucho intentarlo, la cosa no funcionaba, no se puede cambiar lo que por sí mismo está roto y por tanto ya no hay vuelta atrás.



























































