Es la serie del momento, pero también está empezando a ser el quebradero de cabeza de muchos padres y madres que están viendo como sus hijos no apartan la mirada de El juego del calamar. El debate ha comenzado: ¿Cuál es la edad recomendada para verla? Según Netflix, la plataforma que ha dado vida a su éxito mundial, la edad mínima son los 16. Sin embargo, en Cotilleo.es, hemos sabido que hay niños más jóvenes que han comenzado a verla. El trasfondo tan crudo que tiene la ficción sí que serviría para otras personas más jóvenes a reflexionar sobre algo que da auténtico temor, ver la violencia como algo normal. De ahí que hayamos querido reflexionar sobre las dos partes, lo positivo y lo negativo de disfrutar del éxito coreano mundial.
La serie de Netflix irrumpe en los colegios: prohibidos los disfraces basados en la serie

> Se ha convertido en un éxito rotundo. Pero como todo éxito, no está exento de que aunque sea un producto enfocado al público adulto, también haya llegado a los más jóvenes. Está empezando, como bien se está publicando en diversos medios, a ser un problema en los recreos. Los más pequeños, aquellos que tienen entre 9 y 12 años, han visto la serie. Algunos acompañados por sus padres, otros de manera clandestina o con hermanos más mayores que ellos y otros solo han visto extractos que circulan por las redes sociales.
Como decíamos, se está convirtiendo en un problema para los recreos de las escuelas. Los niños tienden a imitar lo que ven y, si a eso le sumamos que la serie emula juegos infantiles, el caldo de cultivo es perfecto. Ya están circulando notas hacia los padres sobre los peligros de ver la serie y repetir sus comportamientos… Otros colegios han prohibido que haya disfraces basados en el éxito de Netflix en las inminentes celebraciones de Halloween.
Siguiente: La dura encrucijada a la que se enfrentan los padres
La encrucijada de los padres: ver la serie con los peques o prohibírsela… Sabiendo que al final la verán

> El debate ha comenzado. ¿Es recomendable que los niños vean la violencia gratuita que hay en El juego del calamar? Pues como todo en esta vida, hay cosas positivas y negativas, pero sobre todo, dependerá en la manera en que los padres y madres aborden el tema. Ya hay testimonios que están recorriendo la red de progenitores que no han dudado en acompañar a sus hijos en verla. Todo dependerá del grado de madurez del infante. No todos llegamos a tener una actitud madura frente a la vida a la misma edad.
Otros, seguramente prohibiéndolo, conseguirán el efecto contrario. Prohibir algo no hará más que incrementar el deseo por parte de los pequeños en descubrir qué es eso que no le están dejando ver. Sea como fuere, la serie aborda temas que ya se han tratado en otras ocasiones en otros fenómenos que, curiosamente, iban destinados al público más joven.
Siguiente: El otro fenómeno que trata de lo mismo y que sí estaba orientado a jóvenes
‘Los Juegos del Hambre’: argumento parecido pero dirigido al público adolescente

> Ahí tenemos el fenómeno mundial de Los Juegos del Hambre. El planteamiento no deja de ser muy diferente. Unos Estados Unidos en un futuro distópico donde cada año, un niño y una niña de los 12 distritos que conforman la nación de Panem son enviados al Capitolio, la capital del país. Todo ello para vestirlos con las mejores galas, colmarles de comida y regalos para finalmente enviarlos a una arena para que se maten los unos y los otros hasta que solo quede uno, el ganador.
Un planteamiento que ya se ha contado en otras ocasiones como por ejemplo en la película japonesa, Battle Royale. Como decíamos, los libros de Suzanne Collins están destinados a ser lectura juvenil, y la película protagonizada por Jennifer Lawrence, no recomendada a menores de 12 años. Es inevitable que El juego del calamar sufra comparaciones con ficciones como estas. Pero con lo que cuenta ahora mismo la serie coreana es con la cultura de las redes sociales masificadas. Los memes, la imitación de escenas en TikTok para hacerlas cómicas, entre otras cosas, llegan ahora mismo a los más jóvenes.
Todo ello sin que haya pasado por el filtro más importante, el de los padres y madres de los más pequeños. Sin embargo, la ficción protagonizada por Lee Jung-jae no es la única a la que los padres no han prestado atención.
Siguiente: ¿Qué porcentaje de padres habría visto Élite?
No solo con ‘El juego del calamar’, el 3% de los padres habría visto series como ‘Élite’

> Ahí tenemos el ejemplo de Élite. Otra de las ficciones que ha arrasado en Netflix y de la cual podríamos afirmar que solo el 3% de los padres se ha sentado a verla o como mínimo, a verla con sus hijos. Siguiendo la estela de otras ficciones escolares como Física o Química, que fue también rompedora en su momento, de lo más extraño que les podría parecer a los jóvenes es que únicamente hay un asesinato al comienzo del argumento.
Del resto, los adolescentes parecen haber normalizado todo tipo de comportamientos que hacen los personajes interpretados por Jaime Lorente, Danna Paola o Aron Piper. Comportamientos de alto carácter sexual o consumo de drogas. Que solo llame la atención la muerte del personaje de María Pedraza, y apenas sea para poder parar un momento y reflexionar, da que pensar… ¿Hemos interiorizado demasiado la violencia?
Siguiente: La gente ‘pedía más’ a la serie coreana…
A algunas personas le han parecido poco lo que sucede en ‘El juego del calamar’

> Según un pequeño sondeo que realizamos en Cotilleo.es, los resultados fueron claros. Muchas personas se esperaban mucho más de El juego del calamar. Todas las personas a las que preguntamos eran mayores de edad. Que un juego que tiene como objetivo que mueran cientos de personas para ir acumulando dinero y al final quede solo uno, que ha tenido que ver como han muerto el resto de sus compañeros, parece no tener la suficiente importancia.
Es quizá ahí donde reside la crítica que realiza la propia serie coreana, hemos normalizado una serie de comportamientos. Algo que también normalizan los propios protagonistas del mundo de El juego del calamar. Todos ellos cumplen tres reglas básicas del contrato que firman al inicio del juego. «1. Los jugadores no pueden retirarse, 2. El que se niega a jugar quedará eliminado y 3. El juego termina si lo aprueba la mayoría». Curiosamente, la última norma es la que menos hacen uso los protagonistas.
Y es que a pesar de que pensamos que tenemos libertad de hacer lo que queramos, en muchas ocasiones una espada de Damocles pende del hilo de muchos jóvenes, que viven un auténtico calvario. Todo ello sin opciones, y es quizá ahí donde también reside otra de las críticas de la ficción coreana, no siempre podremos hacer uso de la elección que más queremos, solo tenemos un camino y hay que seguirlo.
Siguiente: La otra juventud que no tiene el poder de elección
La cruda realidad de otros jóvenes que no tienen elección como en la serie para poder subsistir

> Hablamos de jóvenes que están metidos en el mundo más turbio como puede ser el de la droga, que necesitan el dinero rápido para poder subsistir y que no se pueden negar a no hacer lo que se les ha mandado. Las amenazas con acabar con toda su familia son constantes. O las víctimas menores de la trata de blancas, las cuales aceptan unas condiciones, engañadas en la mayoría de las ocasiones, que ven como su futuro se trunca, sin apenas tener opciones -o muy pocas- de cambiar.
El juego del calamar tiene unas connotaciones mucho más profundas que la lectura que puede hacer cualquier menor. Es ahí quizá donde reside la edad en la que habrá que verlo. Para adolescentes de entre 13 a 16 años, puede ser la perfecta oportunidad para muchas asignaturas en el instituto para abordar estos temas relacionados con la sociología, la ética o la filosofía… Hasta incluso la historia. Son las edades en las que también se estudia el Holocausto Nazi.
Para los más pequeños, pueden ser una introducción a todo lo que les queda para estudiar en el futuro. La responsabilidad la tienen los propios progenitores, encargados de la supervisión de todo lo que consumen sus hijos… Pero también puede ser la oportunidad perfecta para los centros educativos de convertir todo un fenómeno mundial, del que todo el mundo habla, en la ocasión perfecta para transmitir una valiosa lección. Y, como en El juego del calamar, todo el mundo tiene una opción, nadie te obliga a seguir jugando. Aunque como hemos visto, esto también puede ser toda una mentira…