Éxito, dinero, fama… ¿Quién le iba a decir a un chico de un pueblo de Cádiz de no más de 18.000 habitantes que se convertiría en el torero más popular de los últimos 20 años en nuestro país?
Jesulín de Ubrique era la gallina de los huevos de oro del mundo del toreo a finales de los años 90. Su curiosa forma de hablar, su mítica finca ‘Ambiciones’, su familia, su mascota Currupipi (¡un tigre!), su salto al mundo de la música y por supuesto, su primera novia oficial, Belén Esteban, hicieron de él el personaje mediático que más interés suscitaba.
Su peor momento
Jesulín es de esos toreros que se ha cortado la coleta, es decir, que supuestamente se ha retirado definitivamente de la profesión, pero que de repente, cuando menos lo esperamos ha vuelto a volver.
¿Falta de liquidez? ¿Necesitan dinero el matrimonio Janeiro-Campanario?
Realmente no. Jesulín de Ubrique fue una máquina de hacer dinero en sus años de bonanza. No solo como profesional del toro sino como empresario y por qué no decirlo,l experto en exclusivas para las revistas del corazón, participación en algún que otro reality e incluso como co-protagonista de la película más taquillera del año junto a Santiago Segura (‘Torrente 5’).
Desgaste físico
El pasado sábado, Jesús acompañaba a su hermano Víctor a torear a la localidad avilesa de Lanzahíta. A los pocos minutos de echarse al ruedo, el diestro tuvo que salir en ambulancia junto a los incómodos abucheos del público que se había desplazado hasta la plaza.
En declaraciones exclusivas para la revista ‘¡HOLA!‘, Jesulín ha confesado que «de repente sentí el cuello y los músculos totalmente rígidos y me asfixiaba… Aun así llegué hasta la enfermería por mi propio pie». El matador tenía pensar regresar al redondel para acabar la faena, sin embargo, los médicos se lo desaconsejaron.
«Me senti como si se me hubiera acabado la batería, como si me hubieran desconectado. En el momento en el que quise hacer un esfuerzo fuera de lo normal, mi cuerpo no respondió».
El estado de su mujer, María José Campanario
Desde que María José Campanario confirmase en su revista de cabecera su ingreso hospitalario en una clínica de Málaga, las incógnitas en torno a su estado de salud son una constante. Depresión, ansiedad, lupus…
Han sido cientos los tiros que se han lanzado respecto a los motivos de su ingreso hospitalario.
“No es cierto que esté en la unidad de psiquiatría, ni estoy por depresión ni por ansiedad… Ni tampoco tengo lupus, como se ha dicho”, quiso aclarar la odontóloga en la mencionada publicación. “Que estoy bien, ¡de verdad! Sé que muchas personas se están preocupando por mí… pero no hay motivo. He ingresado en este centro de forma voluntaria”, continuó explicando.
Jesulín, al cuidado de su esposa
En las últimas semanas, Jesús Janeiro se encuentra sumamente pendiente de su mujer. Pasa los días en la carretera que comunica la localidad gaditana de Ubrique y la ciudad de Málaga y alterna, también, su vida en Arcos de la Frontera, donde se encuentran sus dos hijos, Julia y Jesús Alejandro.
La pareja ha pasado un fin de semana libre en las playas de Málaga donde se les ha podido ver en una actitud muy cariñosa. En las imágenes hemos podido observar cómo Jesús se encarga de manera minuciosa de que su mujer se encuentre lo más cómoda posible.
La cuida, le coloca la toalla, la silla de playa, se dan un baño juntos e incluso se abrazan y se besan.
La relación con su hija Andrea
La relación entre Jesús Janeiro y su hija Andrea no ha sido demasiado fluida. De todo ello hemos podido saber a través de Belén Esteban, quien a golpe de talonario ha contado por platós de televisión y revistas especializada en prensa rosa que el padre «ni llamaba, ni visitaba a su hija».
Ahora Andrea ha cumplido 18 años y está pasando su primer verano como chica mayor de edad. A finales del mes de agosto pondrá rumbo a Birmingham donde tiene previsto estudiar la carrera de Comunicación en una de las universidades más prestigiosas y exclusivas de Inglaterra.
Cuatro años fuera de España que serán costeados íntegramente por su madre, pues Jesús, tal y como Belén explicó «no quiere hacer frente al 50% de los gastos de la carrera de su hija mayor».
La preocupación de su familia
El marido de María José Campanario no está atravesando por su mejor momento personal ni profesional. A los problemas de salud de su esposa, que se encuentra ingresada en la clínica ‘El Seranil’ de Málaga, hay que añadirle que su última aparición en una plaza de toros no fue demasiado aplaudida.
En declaraciones exclusivas para ‘Socialité’, Carmen Bazán explicaba que «Jesús está bastante triste«. Y continuaba diciendo que «pero yo tengo confianza en Dios y en que todo se va a poner bien».
La madre de Jesulín es una persona que, a pesar de haberse intentado mantener al margen, siempre ha terminado hablando. Su difícil postura ha causado malestar en Belén Esteban, madre de su nieta mayor y en otras ocasiones en María José Campanario, su nuera desde hace más de 15 años.
¿Es el momento de hablar con Andrea?
Desde que Belén Esteban saliese de ‘Ambiciones’ rumbo a los platós de televisión, Jesús Janeiro siempre ha sostenido una máxima que ha hecho llegar a los periodistas que le preguntaban por su hija Andrea: «Cuando mi hija cumpla 18 años, yo tendré una conversación con ella».
El pasado 20 de julio, Andrea llegaba a su mayoría de edad y la pregunta era de cajón: «¿Ha llamado Jesús a su hija?» Y sobre todo… «¿Han mantenido la famosa conversación?«. La respuesta a la primera pregunta es ‘sí’, previa confirmación por parte de Belén Esteban a las puertas del Teatro Kapital momentos antes de la celebración del cumpleaños de su hija.
A lo segundo…
La no-conversación
La respuesta a la segunda pregunta la desconocemos pero todo apunta a que no. De haber sido así, Jesulín lo habría contado en ‘¡HOLA!’ (pues como él mismo dice, «yo hablo allí porque es donde me pagan un pastón») y Belén lo habría dicho en ‘Sálvame’, su programa.
La relación entre padre e hija, a estas alturas, es difícil de reconducir aunque nunca es tarde. Lo que sí tenemos claro, y sobre todo por los titulares que hemos podido leer de Andrea, es que ella por su madre «mata, no una sino mil veces», por ende suponemos que no va a permitir a su padre que repruebe ninguna actitud de su progenitora en su presencia.