Los ninis más conocidos de este país tienen en común que huyen del trabajo. Tienen un apellido importante que les permite poden dedicarse a todo lo que quieran. En especial, dormir bien y comer mejor. Nada les gusta más que hacer el vago y ver como con solo mover un dedo tienen todo lo que quieren.
Una llamada a sus famosos padres o un chivatazo a una revista importante les supondrán un ingreso importante en sus cuentas. Para qué esforzarse en ganar dinero, cuando reciben todo lo que quieren sin hacer nada. Son famosos por herencia que arrastran a sus espaldas el peso de una historia familiar muy conocida.
Kiko Rivera
Dj, cantante, futbolista, artista y muchas vocaciones más son las que han llevado a este hijo de famosos a ser el nini más popular de este país. Hijo de un torero y una tonadillera, Kiko ha estado bajo el foco de las cámaras toda la vida. La genética no se puso de su lado, ni en el momento de su nacimiento.
Sus hermanos por parte de padre tienen unos genes extraordinarios, son guapos y educados. Mientras él se quedo con los restos genéticos y un poco de su madre. Calvicie precoz y un índice grasa corporal que relata sus días de sedentarismo y de comidas excesivas. Una reducción de estómago ha sido la única solución posible para conseguir que perdiera algo de peso.
Ana Boyer
La digna sucesora de su madre es una mujer que apunta maneras. Su extrema delgadez ha sido fruto de comentarios maliciosos. Debemos imaginar la presión de esta niña por crecer a la sombra de una familia famosa. Instagram es su forma de expresión y allí vemos su ajetreada vida.
Tiene una formación excelente que no se le puede negar, con títulos universitarios incluidos. Parece una muñeca recién sacada de la caja. Jamás se despeina ni suda, vive en una temperatura continua. Jamás demuestra ninguna emoción en público, su rostro no se inmuta y no parece obra del botox de momento.
Esta socialité hará algunas campañas de Porcelanosa en un futuro y poco más.
Álex Lequio
El hijo de Ana Obregón y el conde Lequio es uno de los jóvenes ninis de este país. No trabaja pero ha estudiado igual que su madre. Que su único hijo tuviera una buena carrera era una prioridad para Ana Obregón que no dudo en enviar a su hijo a Estados Unidos en busca de lo mejor.
Tiene ese punto aristocrático que lo hace distinto del resto de jóvenes de su edad. De pequeño mordía las alcachofas de los reporteros, pero de mayor se ha convertido en alguien totalmente distinto. Muy educado y con un sentido del humor peculiar, Álex Lequio se toma con calma su futuro profesional.
Con unos padres famosos no tiene por qué empezar a trabajar de forma inmediata, mejor tomárselo con filosofia.
Rocío Carrasco
La hija de Rocío Jurado se casó con apenas 18 años con un agente de la ley. Se enamoró perdidamente y pese a la oposición de la familia se casaron. Tuvo una hija al poco de contraer matrimonio y luego un hijo. Un matrimonio fracasado que está sacando a la luz lo peor de esta mujer.
En su vida, ha intentado formarse y emprender varios negocios que no han terminado de despuntar. Ser hija de alguien famoso la catapulta automáticamente a los sillones de los principales programas de cotilleo de este país. Además le permite presentar programas sin el titulo de periodismo.
Su vida laboral tiene dos líneas y una es su nombre completo.
Chabelita Pantoja
La profesión de Chabelita Pantoja es un misterio, al igual que la de su hermano. No sabemos bien qué quieren ser. Esta niña se imagina que es una importante influencer y que entiende algo de moda. Más allá de las mechas californianas se esconde alguien que no quiere moverse del sofá.
Un hijo con apenas 18 años y varios desengaños amorosos a sus espaldas. Participaciones en programas y algunos días en que se cree colaboradora de shows la han llevado a sobrevivir sin tener que esforzarse demasiado. Dicen que empezó a estudiar algo…
De momento, le espera algún plató más para contar sus intimidades y ganar algo más de dinero.
Shaila Dúrcal
La hija pequeña de Rocío Dúrcal prometía ser igual de famosa que su madre. Ganas no le faltaban cuando iba de corista a los conciertos de su progenitora. La lástima es que a medida que recibía criticas por su trabajo, la luz que la hacía salir a ganarse la vida se ha ido apagando poco a poco.
Con una voz un tanto limitada, unos movimientos escasos y una cara común, ha llegado más lejos que muchas personas con sus mismas cualidades. No se puede quejar, ha grabado un disco que puede guardar de recuerdo y ha hecho alguna que otra gira por el mundo. Más allá de aquí no llegará.
La pequeña de la Dúrcal puede empezar a apuntarse a cursos subvencionados a ver si descubre su verdadera vocación.
Anabel Pantoja
Otra del clan de los Pantoja que vive del cuento. Anabel es sobrina de la tonadillera y prima de Kiko y Chabelita. Juntos forman el trío de las personas que menos trabajan de este país. Al menos, ella se viste para ir a hacer ver que trabaja y cree que tiene una carrera en televisión. En realidad, es solo alguien con un apellido famoso.
El público pide que estas personas estén presentes para saber más y más de sus ídolos. Conocer en primera persona el clan de los Pantoja proporciona ciertas alegrías a personas como Anabel. Una especie de trabajo, unos días en ciertos programas y cobrando de sus exclusivas, le permiten vivir bien.
No hay que esforzarse solo llamarse Pantoja y tener el teléfono de sus primos.
Pipe Froilán
Froilán es el niño rebelde de su casa. Una familia que se empezó a romper cuando su padre se aparto de la línea de la buena vida monárquica. Con semejante panorama y con su adolescencia a flor de piel, decidieron enviarlo a Estados Unidos. Allí era una persona anónima que nadie conocía. Ahora Pipe ha vuelto a España y nos deleita cada día con nuevas aventuras.
Froilán es un joven como el resto de su edad. Sus principales aficiones son salir de fiesta, disfrutar con sus amigos y volver a altas horas de la madrugada. No le gustan demasiado los libros, de hecho, huye de ellos cada vez que puede y se empeña en tener una vida como la de los demás.