Este fin de semana se han entregado los Premios Princesa de Asturias con la expectación que siempre supone pero con dos sonadas ausencias.
Estos premios nos permiten ver a la Monarquía en estado puro, entregan una imagen de unión que sin la presencia de dos piezas clave en este evento, dejan claro que la institución, en el ámbito más íntimo, está tocada y casi hundida.
El aniversario de Letizia
La primera vez que vimos a Letizia Ortiz en los premios Príncipe de Asturias fue en 2003 como presentadora del telenoticias de Televisión Española. Un tímido saludo con el que era su pareja pasó totalmente desapercibido ante un público que solo veía a un solitario príncipe sin todavía princesa.
Pasarían 60 días hasta que se produjese el anuncio oficial de compromiso. Esa reverencia y esa mirada un poco tímida iban más allá de todo protocolo. Escondía a una Letizia enamorada que guardó el secreto hasta el último momento. Han pasado varios años y algún retoque estético desde aquella imagen hasta la de estos días.
La tierra de Letizia
Los premios Princesa de Asturias son el momento en que vemos a la reina más relajada que nunca. Su origen asturiano la lleva a reencontrarse con viejas amistades y poder disfrutar de una cierta desconexión de la capital. Asturias trae muchos recuerdos a la pareja que pasó sus largos días de noviazgo en esta tierra buscando pasar desapercibidos
El relax de la reina Letizia es tal, que podemos ver en su rostro expresiones que el resto del año parecen ausentes. Sonrisas intensas y ojos que brillan, cuando se refiere a los suyos. Aunque la residencia de los monarcas está en Madrid, una parte de su corazón estará siempre en Asturias.
Diseñador de cabecera
Letizia va siempre impecable gracias a su diseñador de cabecera Felipe Varela. El artista conoce perfectamente el cuerpo de la reina de España y en este tipo de actos oficiales intenta sacarle el máximo partido posible. En el caso de la entrega de los premios, se decidió por un vestido bicolo, en blanco y negro, y de inspiración japonesa.
Un cuello mao, muy oriental y unos símbolos bordados sobre el vestido era su toque personal. Esos símbolos representan la longevidad y son toda una declaración de intenciones de Letizia. Ha llegado para ser reina y lo será pese a quien le pese. Aunque sea una institución cuestionada, ella sabe que su futuro está asegurado.
Paloma Rocasolano, irreconocible
La madre de la reina, Paloma Rocasolano asiste cada año a estos premios. Aunque su vida es bastante discreta, procura no perderse nada en estas fechas. Intenta pasar en un segundo plano, pero este año ha conseguido lo impensable, ser más protagonista que su propia hija en este acto.
Paloma Rocasolano, a sus 65 años, ha decidido realizarse una serie de retoques estéticos que son más que evidentes. El doctor Antonio de la Fuente es el cirujano de cabecera de la familia que ya le había realzado los pómulos, eliminado el mentón prominente (que su hija heredó y tampoco tiene) y quitando esas molestas bolsas debajo de los ojos. Un detalle, el de su nuevo rostro, que pasó desapercibido para el gran público pero que hemos podido observar de forma evidente al cotejar el paso de la madre de la Reina por los diferentes años en los Príncipe y Princesa de Asturias.
Sofía, inmutable
La reina Sofía también es una de las que acompaña a su hijo al acto que le dio nombre. Como siempre impecable y en este caso ocupando un rincón principal. En ella vemos el paso del tiempo, pero también un cierto gusto por atenuar sus arrugas. La frente especialmente plana es un símbolo de este hecho.
Con un vestido en tonos dorados, llegó para mostrar su influencia. La reina es una de las que más se ha implicado en la educación de su hijo. Para ella es todo un placer escuchar sus discursos año tras año y verle crecer a medida que asume más responsabilidades como rey. En un momento difícil para la monarquía, no dudó en ocupar su lugar.
Sin Juan Carlos I
El anterior rey de España parece que pasa por algunos problemas de salud que le han impedido emprender el camino hacía Oviedo. Desde que abdicó han sido muy pocos los actos en los que se le ha visto y en especial aquellos en los que también asistía su esposa, la reina Sofía.
Detrás de las especulaciones, se dice que sus problemas de movilidad, producidos por el accidente mientras cazaba le impiden estar en plena forma. Tendremos que esperar un poco más para poder ver a la familia al completo. Esperando mostrarse como una de las monarquías más antiguas de Europa.
Leonor todavía no está a la altura
El rey Felipe VI, presentó sus propios premios a la edad de 13 años. En la memoria de todos los españoles todavía está ese niño rubio que leía un papel con una gran soltura. La reina Sofía era la encargada de preparar a su hijo para aquel acto tan especial. Fue una muestra de una monarquía poderosa que pasaba por su mejor momento.
La infanta Leonor en este caso no asiste ni a los premios. Tal vez les preocupe que no se centre suficiente en los estudios o no quieren que su hija pase por un momento de presión tan elevada. Hablar frente a millones de personas no debe ser una tarea fácil y menos para una niña que recién ha empezado la secundaria.