La reina Letizia es una de caras visibles de la monarquía, la responsable de hacer frente a críticas y actos oficiales. No nació en el seno de la Casa Real, sino que tuvo que adaptarse a las circunstancias siguiendo a su corazón.
Lo más singular de estos años de reinado es la disciplina (alguno apuntan que casi militar) con la que Letizia Ortiz madre instruye a sus hijas, la infanta Leonor y la princesa Sofía. Pero, ¿en qué se basan estas normas? ¿Son tan estrictas como la pintan?
Letizia y la estricta educación de sus dos hijas
Es cierto. Letizia ejerce un control férreo sobre sus dos pequeñas. La heredera a la Corona de España y su hermana deben estar a las órdenes de su madre que cada día les enseña y las acompaña en el camino de ser infanta de España y princesa de Asturias.
Letizia no solamente traslada sus consejos, sino también que proyecta sus miedos y forma de ser. Leonor y Sofía deben lucir siempre perfectas, física e intelectualmente. En ocasiones, dejando de ser niñas.
La televisión está prohibida
Letizia ejerce un enorme control sobre la tele que se consume en casa, que es absolutamente nada. Los medios de comunicación, en los que ella ha trabajado durante años, se utilizan exclusivamente para formarse e informarse. De hecho, nadie puede encender la televisión entre semana. Solo se les permite ver la televisión durante el fin de semana y con supervisión materna. Salir de clase y ver los dibujos es misión imposible.
Las hijas del rey Felipe deben centrarse en sus estudios. Nada puede hacer que se distraigan de su labor de ser las mejores de su clase. Las notas son un elemento que preocupa mucho a Letizia, al igual que ella y el rey, cree que una educación superior es clave para conseguir el éxito. Las infantas asisten al mismo colegio que fue su padre.
Una educación elitista que las convertirá en las perfectas herederas al trono de España. Curiosa circunstancia para alguien que ha sido profesional del medio televisivo… ¿Tendría esa mala opinión de los medios cuando vivía de ellos?
Nada de dispositivos electrónicos
Tablets y otros dispositivos tecnológicos pueden entorpecer, en cierto modo, el desarrollo natural de la educación de Sofía y Leonor. Al menos, eso es lo que piensa Letizia. Aunque observa que los niños de su edad tienen todo tipo de elementos para jugar y distraerse, ellas no pueden jugar con ellos, a excepción de ciertas horas los fines de semana.
Los juegos que tienen en sus correspondientes tablets suelen ser didácticos y alguno de aventuras. Nada puede distraer a las infantas de hacer los deberes. Es evidente que muchos colegios recurren a juegos con aplicaciones y ordenadores para conseguir que los niños se familiaricen con las nuevas tecnologías, pero eso no afecta a la Casa Real.
Aunque tienen a su alcance todo lo que deseen, no podrán más que verlo, esperando a que llegue la hora que su madre decida.
No pueden comer chuches
La obsesión por la comida sana es uno de los elementos que marcan la vida de Letizia. La reina quiere aborrece la comida basura, no es saludable, ni tan siquiera un día a la semana. Conseguir mantener la línea la ha llevado a imponer una serie de prohibiciones en su hogar, esto afecta, directamente, a la alimentación de las infantas.
Por supuesto las dos pequeñas no serán como la mayoría de niños que esperan su hora libre para devorar unas deliciosas chuches. El azúcar es veneno y está prohibido. Es malo para la salud y además no les aporta nada bueno. Podrán comerse alguna a escondidas para probarlas, pero jamás en presencia de su progenitora. Las golosinas no pueden entrar en Zarzuela bajo ningún concepto.
Ni chuches, ni bolitas de anís de la abuela Sofía
Aquellos que conocen grosso modo el perfil de la reina Letizia, saben que una de sus máximas obsesiones no es otra que la estricta y saludable alimentación que lleva en su día a día. No solo ella, sino también sus hijas, a las que desde pequeñas ha prohibido consumir bollería industrial y azúcares en exceso. Se conoce que la abuela, doña Sofía, siempre lleva consigo los clásicos caramelitos de toda la vida con sabor a anís.
Leonor y Sofía los aceptaban y los disfrutaban cuando eran más pequeñas. Pasado el tiempo, por expreso deseo de su madre, la Princesa de Asturias y la infanta Sofía ya rechazan los caramelitos que su abuela les repartía con ilusión. Un caso similar ocurrió con las ensamaidas de Mallorca en el verano de 2010. Según El Español, «estaban los Reyes con sus hijas y doña Sofía en el Club Náutico, donde acababa de terminar una de las jornadas de competición de la Copa del Rey de Vela. En las mesas del bar había unas bandejas con las típicas ensaimadas mallorquinas. La Princesa de Asturias y su hermana no paraban de mirarlas, sabiendo que a Letizia no le iba a hacer ninguna gracia si se comían una (la Reina no da a sus hijas ningún tipo de bollo). Entonces doña Sofía le dio una a cada nieta y les dijo: “Comerlas fuera, que no se entere vuestra madre”.
La dieta de Letizia
La dieta de Letizia ha salido a la luz en diversas ocasiones. En las cenas de Estado, la reina selecciona minuciosamente su menú. En el día a día, aún más. Come siempre elementos frescos a la plancha o hervidos, nada de grasas saturadas ni fritos. La comida de las infantas pasa siempre su exhaustivo control antes de dirigirse al colegio. Intenta que lleven siempre sus comidas de casa para evitar posibles tentaciones.
Todo debe estar perfectamente calculado y no interferir en su desarrollo, pues la alimentación es fundamental para el crecimiento físico e intelectual de las personas. Letizia cree que sus hijas deben mantenerse delgadas y saludables. La mayoría de niños han pasado por algún momento por algún centro de comida rápida. Las hamburguesas para ellas son orgánicas y a la plancha, nada de patatas fritas.
Hora de dormir: Las 21.00 horas
Además de la alimentación, una de las cuestiones más importantes en los niños para poder rendir al día siguiente al 100% en la escuela es el horario de sueño. Por eso, es fundamental ir a la cama siempre a la misma hora, algo que Letizia ejerce con sus dos pequeñas.
Dormir las horas necesarias es una de las obsesiones de Letizia. Cree que deben estar al 100% en pleno rendimiento, sin nada que interfiera en su desarrollo. Aunque quieran o sean fechas especiales siempre se acostarán a la misma hora.
Las 21:00 horas, como máximo, es la franja horaria elegida por la reina para que sus hijas emprendan el camino hacia la habitación. No sirve de nada que quieran quedarse un rato más o que supliquen estar con sus padres. Se irán a dormir quieran o no. En verano, quizá, tiene un poco más de flexibilidad por este horario teniendo en cuenta que a las 21:00 horas es aún de día, pero en horario lectivo y de colegio, no hay excusas que valgan. Orden máxima en el Pabellón del Príncipe por orden de la Reina.
Niñera británica
El inglés es fundamental en Zarzuela. Las niñas lo manejan desde bien pequeña, y además, es el idioma en el que se comunican con su abuela Sofía. No solo ellos sino también el resto de sus nietos. Para conseguir que lo hablan con fluidez desde pequeñas, al igual que su padre, Letizia se sirve con la ayuda de una niñera británica que las ha cuidado desde muy pequeñas. Tienen esta lengua como base de la mayoría de sus juegos.
Las infantas ven películas en este idioma, leen libros infantiles y se comunican entre ellas. Su cuidadora ha sido la encargada de conseguir inculcarles esta facilidad. Letizia cree que la educación de sus hijas es una pieza clave para mostrar al mundo su mejor cara. Las lenguas son elementos vitales para aprender.
Hablar inglés desde pequeñas es una de las premisas de Letizia que se empeñó en conseguir la mejor niñera posible.
Cumpleaños feliz
Las infantas no celebran los cumpleaños como el resto de sus compañeros de clase. En la intimidad del palacio Letizia les prepara a sus hijas las fiestas de cumpleaños cada año. No quiere que estén con el resto de niños, haciendo algo tan ¿vulgar? como jugar y ensuciarse. Prefiere que se queden en casa.
Si tienen que ir a las fiestas de sus compañeros de colegio controla sus movimientos a la perfección. En primer lugar, vigila que coman, se llevan siempre su comida. En segundo, es como un águila al acecho, evitando que les hagan fotos a sus hijas. Es muy celosa de su intimidad y en más de una ocasión ha requisado móviles.
Nadie puede mostrar a sus hijas siendo niñas, las infantas siguen el protocolo marcado siempre por su madre.