Juan Carlos I, Rey Emérito de España. Un señor octogenario que, debido a su trayectoria y posición, ya poco lo importan lo que digan o lo que piensen de él. ¿O no es del todo así? El padre del Rey Felipe ha hecho tambalear en innumerables ocasiones los cimientos de Casa Real, una institución a la que no ha respetado de facto.
Y hablamos de Casa Real, incluyendo concretamente a su séquito privado más íntimo (los apodados ‘los cuatro fantásticos’) que se las han visto y deseado para proteger la espalda del Monarca dentro y fuera de los muros de Zarzuela.
Jordi Évole, su última víctima
NOS HA COLGADO EL REY JUAN CARLOS. #ReyesDeLaNoche pic.twitter.com/KSRtsTFfeH
— Salvados (@salvadostv) February 11, 2018
El pasado domingo, Jordi Évole tenía en sus manos a una de las entrevistas más deseadas de la historia de la comunicación. Frente a frente, dos de las voces más importantes e influyentes de nuestro país: José Ramón de la Morena y José María García, íntimo amigo del Rey Juan Carlos I.
El programa consiguió que el Rey Emérito interviniese vía telefónica para alabar la labor encomiable del locutor de radio amigo. «Lo que puedo decir es que es un referente del periodismo español de las últimas décadas. Ha defendido su independencia y es un gran español y leal con las personas a las que quiere. Lo admiro y lo quiero«. Pero Évole decidió ir más allá y preguntó al Rey Juan Carlos por uno de los temas tabú en su vida: Botsuana.
«Don Juan Carlos, estábamos aquí hablando con José María García, que es también periodista, por encima de todo y me dice que si hubiera tenido la exclusiva de Botsuana, también la hubiese dado en su programa, ¿usted cómo se lo hubiese tomado?». El Rey intentó zafarse de la pregunta pero la tiranía pudo al campechanismo. Juan Carlos I colgó.
El desnudo en Italia, un escándalo en Casa Real
No podemos decir que el culo del Rey Juan Carlos diese la vuelta al mundo. Ahora sí. Pero en aquel entonces, muchas revistas contuvieron el aliento al ver la imagen más íntima del Monarca en la cubierta del Fortuna, su niño mimado. Según ha revelado la periodista Ana Romero en su libro ‘El Rey ante el espejo’, la mayoría de escándalos del Juan Carlos I filtrados a la prensa venían desde dentro de Casa Real. No por traición sino por concienciación para que el Rey viese «que no podía seguir así».
Respecto a este histórico acontecimiento, el fallecido Francisco Umbral escribió lo siguiente: «Un culo heráldico siempre vende más en la prensa del corazón y de los culos que un culo republicano, socialista, rojo, hortera, democristiano o del Opus, por más que los democristianos y el Opus no tienen culo, que el culo es grave pecado«.
La inesperada peineta del rey Juan Carlos I
El Rey de la peineta. El Rey del corte de mangas. En definitiva, el Rey Juan Carlos I. No ha sido nunca un hombre tímido, prudente, mucho menos callado. Todo lo contrario, la espontaneidad y la cercanía han sido siempre sus cartas de presentación. Corría el año 2004 cuando el rey Juan Carlos, durante una visita oficial a Álava junto a su esposa Sofía, hacía un gesto que no pasó desapercibido para las cámaras presentes.
A la salida del acto oficial, increpado por los radicales antimonárquicos que se apilaban en el mencionado sitio, Juan Carlos saludó con este inusual gesto. Otra coronación en toda regla, Majestad. 2004, no hace falta ni que lo recordemos, fue un año convulso para nuestro país. Mientras Madrid sufría el atentado más grave de la historia de España, Felipe y Letizia contraían matrimonio apenas dos meses después.
Corinna zu Sayn-Wittgenstein, el azote de Casa Real
Puede que este nombre haya traído consigo el quiebre por completo de la imagen del Rey Juan Carlos dentro y fuera de Casa Real. Juan Carlos I de España empezó una relación extramatrimonial con Corinna Larsen (zu Sayn-Wittgenstein, por su anterior marido, el príncipe Casimir) en 2004. Se conocieron en una montería en la finca ‘La Garganta’ (Ciudad Real), organizada precisamente por Corinna, dependienta entonces de la tienda de armería londinense Boss.
Un romance tórrido, pasional, donde una mujer de apenas 40 y tantos se encaprichada de un señor de 70 y muchos con el único objetivo de conseguir su hueco dinástico dentro de Casa Real. De nuevo, el equipo del Rey Juan Carlos I no permitió que cometiese algunas de las barbaridades que Corinna le imponía. El final de su relación está marcada por la abdicación del Monarca. En primavera de 2014, con el fin del reinado de Juan Carlos I, Corinna dio un paso atrás. «Que Sofía sea quien le empuje la silla de ruedas y le dé el caldo de pollo«, emitió la ambición rubia.
Botsuana
El 14 de abril es un día que el Rey Juan Carlos llevará grabado a fuego durante toda su vida. En primer lugar, el 14 de abril de 1931 se proclamó en España la II República, la palabra más temida para alguien como él, un Rey elegido a dedo y elevado hasta el trono y aceptado por el pueblo porque «más vale lo malo conocido».
Nadie podía imaginar que 81 años más tarde, concretamente el 14 de abril de 2012, supondría para Juan Carlos I el principio del fin. Aquel día, el Rey de España tuvo el accidente que haría que los medios de comunicación tirasen de la manta y hablasen abiertamente de una relación furtiva e infiel. Aparecía el nombre de Corinna. La estrepitosa caída del Rey en el delta del Okavango, con la consecuencia de una cadera rota y una operación de urgencia en Madrid, supuso un declive en picado respecto a la popularidad de la monarquía en España. El Rey, tras su intervención quirúrfica, tuvo que dar un paso al frente (con muletas) y disculparse por haberse escaqueado de sus obligaciones como jefe del Estado en un país que estaba sumido, en aquel momento, en una profunda crisis económica.