Juan Valentín Urdangarin y Borbón cumple 18 años. El joven es el primer hijo de la infanta Cristina, segundo nieto de los Reyes Eméritos y el mayor de cuatro hermanos, por encima de: Pablo Nicolás, Irene y Miguel.
Un 29 de septiembre de 1999, el primer hijo de Iñaki Urdangarin llegó al mundo para gozar de una vida de luces verdes por un camino de rosas. Poco podía imaginar que a los 10 años, su situación personal, en plena preadolescencia, daría un giro dramático.
Tierna infancia en Barcelona
Juan Valentín nació un 29 de septiembre de 1999 en Barcelona. Por motivos laborales de Cristina, la Ciudad Condal fue el lugar donde el matrimonio Urdangarin instaló su hogar, y por ende, a su familia. El mencionado día fue toda una sorpresa para doña Sofía, que se encontraba de viaje en París, concretamente en la celebración de un festival de danza clásica.
La emérita puso rumbo urgente a la capital catalana para reunirse con su hija y su yerno en un momento sumamente especial para ella. El nombre de Juan le viene directamente de familia. La elección fue unánime, pues sus dos abuelos se llaman Juan: Juan María Urdangarin Berriochoa, padre de Iñaki y Juan Carlos de Borbón, padre de Cristina. Valentín, su segundo nombre, lo lleva en honor al misionero dominico San Valentín de Berriocha, tío de una abuela de su padre, Iñaki Urdangarin.
Bautismo
Los entonces duques de Palma instalaron su residencia en Barcelona en el año 1997, justo después de contraer matrimonio. No obstante, los actos familiares y personales del núcleo de los Borbón siempre tenía lugar entre Madrid y Palma. En este caso, el bautizo del pequeño Juan se celebró en el Palacio de la Zarzuela.
Los padrinos de bautismo del Juan Valentín Urdangarin y Borbón fueron su tío Elena, infanta de España, y hermana de Cristina, y su tío Mikel Urdagarin, hermano de su padre, Iñaki.
Sydney 2000
Sydney 2000 fue un gran momento para el deporte español en general y para el balonmano en particular. Iñaki Urdangarin, su padre y estrella del equipo español del mencionado deporte, se despedía así de su trabajo como profesional para dedicarse a otras cosas…
Juan Valentín fue el único de sus hijos que presenció este emotivo momento, la marcha de un deportista de élite en las filas del deporte español que años después acabaría condenado a más de seis años de cárcel por presuntos desvíos de fondos públicos a bolsillos privados.
Barcelona por Washington
A la temprana edad de 10 años, en 2009, los duques de Palma fueron invitados por expreso deseo del rey Juan Carlos a abandonar Barcelona para instalarse en Washington DC. En la capital de Estados Unidos, el yerno del emérito desempeñaría el papel de consejero de Telefónica Internacional.
El palacete de Pedralbes fue el detonante para que la justicia pusiese los ojos en Iñaki Urdangarin. Una casa en el barrio más exclusivo de Barcelona que costó la friolera cantidad de seis millones de euros más la reforma y la decoración.
La dura vuelta a España
El matrimonio Urdangarin y Borbón tuvieron que vivir desde Washington cómo la justicia española imputaba, en primera instancia a Iñaki y a posteriori a la infanta Cristina por una serie de delitos fiscales de los cuales ella ha salido absuelta. Su casa de Bethesda se convirtió en un refugio anti paparazzi, pero al poco tiempo, y dadas las circunstancias, el matrimonio (y sus hijos) tuvo que volver a Barcelona.
El retorno a la ciudad donde empezó todo supuso un mazazo enorme para el tímido y prudente Juan Valentín, que se encontró con un entorno hostil no solo contra sus padres sino contra él y sus propios hermanos. Su vuelta al Liceo Francés fue complicada y en aquel colegio no solo sintió el vacío de gran parte de sus compañeros sino cómo en alguna ocasión llamaba «ladrón» a su padre.
Su vida ‘real’
Es el séptimo en la línea de sucesión al trono de España. Junto a su primo hermano Felipe Juan Froilán, siempre han formado un curioso tándem familiar. Los chicos son prácticamente coetáneos (se llevan catorce meses) pero su carácter es absolutamente dispar. Mientras que Pipe es todo un ‘guerrillero’ y con una forma de ser bastante más explosiva y extrovertida, Juan Valentín es más prudente e introvertido
Los primeros dos nietos de los Reyes Eméritos, Froilán y Juan Valentín, encabezaron el cortejo de pajes y damas en la boda de los entonces príncipes de Asturias, Felipe de Borbón y Letizia Ortiz.
Sentido muy estricto de la responsabilidad
Fuentes cercanas al sobrino del rey Felipe hablan de él como un chico sumamente responsable, centrado y con ganas de seguir con su carrera y futura vida profesional en Ginebra, ciudad en la que vive con sus padres y sus hermanos desde 2013.
Desde bien pequeño, cuando sus padres, Cristina e Iñaki salían a cenar, Juan Valentín quedaba al cuidado de sus tres hermanos pequeños. Mantiene una excelente relación con su abuela Sofía, con quien habla a menudo a través de videollamada y con quien ha pasado unas vacaciones de verano en Palma que recordará toda su vida.
Sus aficiones
Así como de Froilán se han publicado sus aficiones y todas ellas tienen que ver con salidas nocturnas, paseos por discotecas hasta las tantas de la madrugada y alguna que otra chica en su arsenal, sobre Juan Valentín, el segundo nieto de los Eméritos nada de su vida personal ha trascendido ni salido a la luz.
El deporte en general es una de las aficiones del hijo mayor de los ex duques de Palma. La vela, el fútbol y el balonmano entre sus prioridades a consumir cuando los estudios se lo permiten. Tanto es así que, según cuentan fuentes próximas al matrimonio Urdangarin, Juan ha heredado la destreza de su padre en el campo de balonmano y en Ginebra lo suelen practicar en el Centre de Sportif des Trois Chene.
Un apoyo para su padre
Por cuestión de apellido, de sangre, de linaje o de naturaleza, Juan Valentín es un apoyo fundamental para su padre en estos duros momentos. La Audiencia de Palma de Mallorca ha condenado a Iñaki Urdangarin a seis años y tres meses de prisión por un delito continuado de prevaricación, otro de fraude y dos delitos fiscales.
A la espera inminente de la entrada de su progenitor en una prisión española, Juan, al contrario que su hermano Pablo, permanecerá estudiando en Ginebra, a su lado todo el tiempo posible. La sentencia condenatoria está recurrida y la Fiscalía, ante la apelación, pidió el incremento de la pena a 14 años y medio. Próximamente la Justicia hablará, y Juan Valentín quedará desamparado, sin su figura referente, la paterna, que con total seguridad permanecerá una larga estancia a la sombra.