Joaquín Cortés, uno de nuestros bailarines más internacionales, encontró la fama pero no la supo mantener. Este gitano de pura cepa conquistó los escenarios de medio mundo con su arte durante los años 90.
Joaquín Cortés sufrió los estragos de la crisis económica que azotó nuestro país, pasando auténticas penurias durante años. Hoy en día sobrevive con mucho menos de lo que tenía en su momento. Y es que Joaquín Cortés pasó de vivir con súper modelos a vivir prácticamente sin nada.
El arte en la sangre
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Joaquín Cortés es uno de los cordobeses más universales. Nació en una familia gitana que enseguida pudo comprobar cómo su hijo tenía un arte de otra galaxia. A los 12 años se trasladaron a Madrid para que pudiera continuar con sus estudios de danza. Tenía tanto talento que no dudaron en aceptarle en uno de los mejores colegios artísticos de la ciudad.
Solo dos años después entró en el Ballet Nacional de España. Su cuerpo se movía a un ritmo distinto. Tenía el poder de comunicar con solo un gesto. Era tan grande que conquistó al público sobre el escenario desde muy joven. El éxito y el dinero estaban preparados para recibir a Joaquín Cortés, un bailarín que cambiaría la historia de este arte.
Coreografías y compañías
Su primera obra no tardó en llegar, llamada ‘Cybayí’. En ella, él mismo interpretaba dos solos que dejaron al público con la boca abierta. No era algo convencional, estaba mucho más allá de la realidad. Con una bulería y una farruca, expresaba todo su arte flamenco y conseguía una ovación allí donde fuese.
La gira de su obra le llevó a dar la vuelta al mundo y a coronarse como uno de los mejores bailarines de todos los tiempos. Joaquín Cortés había conseguido lo que muchos otros habían soñado: ganarse la vida con su arte y hacer de su nombre todo un icono. Las localidades se acababan en cuanto aparecía su nombre en el cartel de un espectáculo.
Joaquín Cortés, español universal
El mundo de la música también se fijó en Joaquín Cortés. Participó en distintos videoclips, todos ellos muy aclamados, entre los que destacan los del grupo Mecano. Una manera de hacer más visible su arte. Pasó de ser conocido solo por aquellas personas amantes de la danza a popularizarse a nivel mundial.
En Miami recibió en 1993 el título de ‘Español Universal’ gracias a sus logros como artista reconocido internacionalmente. En aquella época Cortés llegó a su máxima facturación, la prosperidad parecía que no tendría fin. Vivía como toda una estrella de cine, y tenía tantos fans que cada día aumentaba su caché.
Pasión Gitana
La segunda obra de Joaquín Cortés fue todavía más espectacular: ‘Pasión Gitana’. Estaba destinada a cambiar por completo el concepto de este baile tal y como lo conocíamos hasta la fecha. Durante los cuatro años que duró la gira, el bailarín se subió sobre las tablas de más de 40 países, en los que le esperaban con los brazos abiertos.
Este era el momento de mayor esplendor del sello ‘Made in Spain’. Millones de personas se agolpaban a las puertas de los teatros en los que actuaba, y el público le colmaba de felicitaciones. Es la época dorada de Cortés, en donde el amor por las grandes estrellas florecerá y pasará a formar parte de las revistas del corazón.
Seat Ibiza
La primera incursión de Joaquín Cortés en la pequeña pantalla es con el anuncio del Seat Ibiza Passion. Todo un icono de una generación que se serviría del arte del bailarín para hacerlo todavía más popular. Cortés se reconocía con la marca: era poderoso y enérgico, y estaba dispuesto a recorrer todavía muchos más kilómetros.
La experiencia le gustó y decidió aumentar un poco más sus proyectos en el séptimo arte. Participó en la película ‘La flor de mi secreto’, dirigida por Almodóvar. Allí creó una coreografía con la que lograría una de las mejores escenas de baile que se recuerdan en una película española. Y, como todo lo que tocaba, el éxito de la película no se hizo esperar.
Ceremonia de los Oscars
El 1999 se trasladó a Nueva York. Desde la ciudad de los rascacielos quería llevar su noble arte al mundo. Las más prestigiosas escuelas de danza reclamaban sus servicios. Cortés todavía no había tocado el límite. Por eso empezó a estudiar para mejorar sus técnicas en danza moderna.
Junto a la coreógrafa Debbie Allen, participó en la 71 edición de los Premios Oscar. El pabellón de los Ángeles caía rendido a sus pies. Tras esto, consiguió grabar nuevos spots publicitarios por todo el mundo, y continuó con sus obras a nivel mundial. Es uno de los momentos más emocionantes de su carrera y el inicio de un ciclo de decadencia. Después de su gran auge empezó un descenso hacia los infiernos que culminaría en 2012.
Embargos y ventas
2012 fue uno de los peores años en la vida del bailarín Joaquín Cortés. Por aquél entonces tenía una hipoteca de 952.000 euros. A esto había que sumarle una demanda de sus dos exsocios, que le reclamaban 600.000 euros por apropiación indebida, con otros más de dos millones de euros de deuda con Hacienda por no haber cumplido con sus impuestos. Con tal cantidad por pagar, todo el colchón que había creado a lo largo de su carrera terminó agotándose.
Dos de sus propiedades fueron directamente embargadas para poder hacer frente a las deudas que tenía. Además debía a la comunidad casi 80.000 euros en concepto de gastos comunes, como calefacción, agua y electricidad. Un momento de tensión que le llevó a volver a trabajar y empezar otra gira mundial para ganar el dinero que se le reclamaba.
La vida de Joaquín Cortés a día de hoy
El bailarín ya ha conseguido superar aquél enorme bache por el que tuvo que pasar hace cinco años. Gracias a su trabajo, el bailarín ha conseguido salir adelante. En el año 2012, logró recorrer más de veinte países con su gira ‘Calé‘, gracias a la cual pudo continuar con su éxito mundial. También ha logrado volver a la televisión, como jurado de varios talent shows en la televisión italiana y portuguesa.
Ha recibido innumerables condecoraciones, pero seguramente la más especial llegó en el año 2009, cuando la UNESCO consideró que su arte era Patrimonio Universal de la Humanidad, junto a la Medalla de Oro al mérito en las Bellas Artes, de mano del Gobierno de España, en 2010. Y no es para menos, porque estamos hablando de uno de los diez mejores bailarines del siglo XX. Por eso, Joaquín Cortés es nuestro Gitano Internacional.