Seguro que cuando Letizia puso por primera vez el pie en Zarzuela, se tuvo que echar las manos en la cabeza. Ella pudo ser de las primeras en ir conociendo de primera mano todos los escándalos, que se conocen, que han protagonizado la Familia Real en España (eso sin contar todos los que no conocemos).
Pero, por suerte para Letizia, ella no está sola en esto. Y es que el resto de casas reales de Europa también tienen trapos sucios que esconder, aunque no les haya salido demasiado bien. Estos son los escándalos que tienen en común las casas reales europeas con la española.
Las infidelidades de Juan Carlos I y Felipe de Edimburgo

Es uno de los grandes problemas que tienen dentro de las casas reales: Que los reyes se queden con sus reinas y no busquen plebeyas. En España, el Rey Juan Carlos I ha sido muy polémico por la cantidad de mujeres que, posiblemente, han pasado por los brazos del jefe del Estado español. Corina ha sido una de las más públicas de todas, pero Sofía ha tenido que soportar, en silencio, durante muchos años, todas estas infidelidades.
Por su parte, el Príncipe Felipe de Edimburgo, consorte de la Reina Isabel II de Inglaterra, también ha dado mucho de qué hablar. En multitud de ocasiones se ha especulado acerca de las crisis matrimoniales entre Isabel y Carlos, todas ellas provocadas por los múltiples affaires protagonizados por su marido. Y es que a la Reina Isabel II le ha dado muchos dolores de cabeza también las infidelidades de su marido, igual que a la Reina Sofía.
Los negocios ilegales de Urdangarín y Daniel de Suecia

Otros de los dolores de cabeza que han tenido siempre las casas reales es que los suyos no se excedan dentro del poder que tienen. Urdangarin fue condenado por haber realizado una serie de negocios utilizando su influencia personal dentro de la Casa Real, algo que es totalmente ilegal, y por lo que también estuvo encausada la Infanta Cristina.
En el caso de los suecos, a ellos les tocó soportar las sospechas sobre los príncipes de Suecia. Tanto Daniel como Victoria de Suecia cosecharon hasta ocho denuncias, llevadas ante la Fiscalía Anticorrupción, porque se sospechaba que su viaje de luna de miel podría haber sido objeto de múltiples delitos. Corrupción, soborno y tráfico de influencias eran los delitos de los que se les acusaban, aunque finalmente todo quedó en nada, porque todas las denuncias se desestimaron.
Las aficiones por la caza de Letizia y la familia danesa

Hace poco ha salido a la luz la afición de Letizia por la caza. Y es que, desde que llegara a la Familia Real, se ha unido a este deporte, más propio de reyes que de reinas. Sin embargo, como siempre, Letizia ha puesto el punto diferenciador de la familia, y ella también se apunta a las batidas para conseguir conejos.
Sin embargo, la afición por la caza es otro de los hobbies favoritos de la familia real danesa. De hecho, entre los escándalos que acumula esta familia, está el de el llevar a los hijos de Federico y Mary de cacería cuando ellos tan solo tenían unos pocos años. Algo que levantó un gran revuelo en el país.
Plebeyas y divorciadas: Letizia y Meghan Markle

El día en el que se dio a conocer la relación entre el entonces príncipe Felipe y una todavía plebeya Letizia Ortíz, las alarmas sonaron en todo el país. Una futura Reina de España sería plebeya y, además, divorciada. Algo que, sin duda, no fue del gusto de los que abogan por los estándares más tradicionales de la monarquía. No obstante, a día de hoy, ella es Reina indiscutible, y nadie cuestiona sus papel por haber salido del pueblo y haber sido una mujer casada antes con otro hombre.
Esta misma situación se ha producido hace poco tiempo en la casa real inglesa. Y es que (aunque remota) existe la posibilidad de que una de las futuras reinas de Inglaterra, de nuevo, será plebeya y divorciada. Quinto en la línea de sucesión, es prácticamente imposible que Harry se convierta en Rey de Inglaterra, pero aun así, la Reina Isabel II ha tenido que dar el visto bueno para que su nieto contraiga matrimonio con Meghan Markle una mujer plebeya y divorciada.
Los díscolos: Froilán y Harry

Y es que, en toda familia siempre hay una oveja negra. Alguno no es tan obediente, o el protocolo le tiene aburrido. En el caso de nuestra familia española, nos encontramos con Felipe Juan Froilán, que siempre ha estado haciendo de las suyas, como dedicarse a ser Relaciones Públicas de una discoteca de Madrid, o incluso haberse pegado un tiro en uno de sus pies a consecuencia de estar jugando con un arma de fuego.
En el caso de la monarquía británica, este díscolo lo encontramos en el ya asentado Harry. Y es que, hasta que se ha decidido en casarse, ha traído de cabeza a la casa de Isabel II. Míticas han sido sus fiestas, e incluso han salido publicadas fotografías suyas desnudo en Las Vegas. Pero, por suerte, gracias a la labor que realizó en el ejército británico, ahora ha sentado un poco más la cabeza.
Separaciones matrimoniales: Infanta Elena y Carolina de Mónaco

Fue, sin duda, toda una revolución dentro de la monarquía española. En el año 2010 llegó el final del matrimonio real entre la Infanta Elena y Jaime de Marichalar. Aunque dejaron de hacer vida matrimonial en el 2007, no fue hasta tres años después cuando, legal y eclesiásticamente, obtuvieron el divorcio. Con la separación, ambos siguieron vidas muy diferentes, y aunque no se les ha visto con nuevos amores, ahora parecer ser mucho más felices que cuando estaban juntos.
Lo mismo que hizo Carolina de Mónaco al separarse de Ernesto de Hanóver en el año 2009. Tan solo dos años después de Elena, lo hizo Carolina, aunque para ella este no era la primera separación ni el primer marido. Ya vivió otro divorcio en 1980 con Philippe Junot, luego se volvió a casarse en 1983 con Stéfano Casiraghi. Posteriormente, él falleció y volvió a casarse con Ernesto en 1999. Lo cierto es que parece que el amor no está hecho para Carolina de Mónaco.
Las salidas de protocolo: De Letizia hacia Felipe VI a Jacqueline Kennedy hacia Isabel II

Es una de las cosas que, antes de entrar en palacio, tienen que quedar más que claras. El protocolo hay que seguirlo a rajatabla, y su incumplimiento será sin duda todo un escándalo. Y hemos visto en infinidad de ocasiones cómo este protocolo lo han roto. Uno de los ejemplos más recordados en la retina del pueblo español, fue cuando en la pedida de mano del entonces príncipe Felipe, junto a Letizia, tuvo lugar un pequeño percance que nunca debió suceder: y es que Letizia mandó callar al que sería su marido. Una salida, en todo lugar, del protocolo.
Este tipo de errores también han tenido lugar en casas monárquicas tan longevas como la británica. En el Buckingham Palace, el protocolo es tan básico como saber tu propio nombre. Pero una de las anécdotas más recordadas fue cuando, en la primera visita de los Kennedy al Buckingham, todos los protocolos se rompieron con la mujer del presidente, Jacqueline. Saludó antes que su marido a la Reina, e incluso no se llegó a arrodillar adecuadamente ante ella. Un gesto muy polémico y muy comentado dentro de la familia británica.