Ana iglesias es la flamante vencedora de la octava edición del concurso de cocina por excelencia de este país, MasterChef. Esta joven de 24 años oriunda de Madrid ha sabido mantener la sonrisa, el buen humor y las ganas de hacer las cosas bien en la que ha sido la edición más polémica hasta la fecha del concurso.
Excelente cocinera, humilde, perseverante y medida fueron las palabras con las que los miembros del jurado de MasterChef definieron a Ana Iglesias, asegurando que su victoria era más que merecida. Se trató de una final reñida en la que por primera vez hubo tres candidatos en lugar de dos, Andy quedó en segundo lugar e Iván Mariñas en el tercero. Además, supuso todo un éxito de audiencia, obteniendo un 30,3% de cuota lo que supone 3.083.000 espectadores.
Ana Iglesias es una joven diseñadora de joyas

Ana Iglesias Panichelli estudió derecho y ADE (Derecho y Administración y Dirección de Empresas) y es joyera de profesión. Su marca de joyas Dosprimeras tiene más de 20K de seguidores en Instagram, sus joyas han sido reconocidas por personas tan populares como María Pombo, Dulceida o María García de Jaime. Hija de padres argentinos, cuenta que su padre emigró a España para buscar trabajo tras cuatro años de haber dejado la relación volvió a por la que había sido su novia y le preguntó si quería casarse con él. La respuesta afirmativa hizo surgir a su familia.
Dentro del concurso ganó en popularidad cuando reconoció haber sufrido bullyng cuando era pequeña por parte de sus compañeros de escuela, pero lejos de hundirla, ese hecho le ayudó a desarrollar su personalidad y a hacerse más fuerte como persona.
Una llegada difícil a la final de MasterChef

Ana Iglesias tiene novio, Rodrigo, al que dice querer con locura y con el que quiere casarse algún día. Aunque dentro del concurso congenió muy bien con Alberto, lo que despertó algunos celos en su compañera Luna y también con Iván, con quien se alegra de haber compartido la final.
Su llegada a la final no fue fácil, de hecho sólo dos semanas antes, en plena semifinal, ella y Luna fueron penalizadas por saltarse una de las normas del programa, la que prohíbe ayudar a los compañeros durante las pruebas eliminatorias. Eso les trajo como consecuencia el tener que ir directamente a una de las pruebas de expulsión, que obviamente Ana Iglesias resolvió bien.
Ana Iglesias pasó por el concurso sin entrar en las polémicas

En la que se considera la edición más polémica de MasterChef Ana Iglesias ha conseguido ganar sin entrar en ellas, y eso de por sí ya tiene mérito. Nunca se planteó que iba a ganar, de hecho para ella, Iván era el rival más fuerte. La cuarentena obligatoria que vivimos en este país, y que también afectó a los concursantes de MasterChef, hizo que esta edición fuera más atípica, quizás más parecida a un reality show que a un concurso de cocina. Pero eso también ayudó a que se enganchara al programa mucha más gente y eso se reflejó en el interés que despertó la final.
El tiempo que estuvieron encerrados en la casa de MasterChef, 42 días antes de poder abordar la final, los concursantes lo dedicaron sobre todo, como es lógico a seguir formándose en cocina, aunque también realizaron otras actividades que les ayudaban a pasar el tiempo.
Una edición en la que se han puesto en tela de juicio los casting

Una de las cosas que más han dado que hablar este año ha sido directamente el casting del programa, han surgido acusaciones varias que mantenían que algunos concursantes estaban relacionados con Televisión Española o con la propia productora del programa, e incluso quienes mantienen que se buscaban perfiles específicos. La propia Ana Iglesias era bastante conocida por su marca de joyas, aunque ella no cree que eso fuera determinante para nada en el momento de escogerla.
Tras resultar ganadora Ana Iglesias ha tenido que lidiar con muchas entrevistas, y tiene la virtud de mantener una opinión sin entrar demasiado en polémicas, como hizo a lo largo de todo el concurso. Por ejemplo, cuando le preguntan si no le molestó que la controvertida Saray revelara el nombre del ganador antes de tiempo, algo claramente prohibido por las normas del programa, responde que “le da rabia por los espectadores” pero que no tiene marcha atrás así que no tiene sentido incidir más.
Mantiene que encontrará la manera de aunar todos sus conocimientos

Saray también ha confesado que cuando llegó al programa el jurado que más le imponía era Jordi Cruz, pero a la hora de irse era Pepe, quizás porque lo veía con más autoridad, Samantha Vallejo-Nágera a pesar de que la gente la considera gritona le pareció una persona muy cercana.
Reconoce que le gusta mucho la cocina porque siempre le ha gustado comer, y cuando un plato le apasiona quiere saber cómo se ha hecho. Se declara amante de la cocina italiana, especialmente las pastas con todo tipo de salsas, lasañas, risottos…
Los sueños de Ana Iglesias de cara al futuro pasan por poder unificar todos sus conocimientos, aún no tiene claro si quiere montar un restaurante o cómo va a encajarlo. Lo que sí tiene claro es que el arte es el nexo que tienen en común el diseño de joyas y la cocina y piensa encontrar la manera de lograr platos que parezcan joyas.