El clan Pantoja sigue en plena guerra. Y es que cada día salen detalles nuevos que nos dejan patidifusos. Si bien la aparición de Kiko Rivera en televisión soltando el bombazo de que su propia madre, Isabel Pantoja, le había dejado a él y a sus hermanos sin la herencia que les pertenece por derecho, ahora seguimos alucinando con la negativa de la tonadillera en aclarar la situación. Por descontado, no está sola en este conflicto tan difícil, sino que cuenta con la ayuda de su hermano Agustín, su mano derecha en todo momento.
Su peor pesadilla hecha realidad
Isabel Pantoja pasa por su peor momento, y es que su hijo la ha echado a los leones y ha destapado toda una trama de mentiras, robos y engaños que le han dejado a él y a sus dos hermanos, Francisco y Cayetano Rivera, sin la herencia que legalmente les pertenece.
La tonadillera está viviendo una pesadilla después de que su pequeño del alma le haya fallado de esta forma, y no ha vuelto a salir de Cantora desde la noche en la que Kiko reveló todos los detalles a Telecinco ante una audiencia que no terminaba de dar crédito. ¿De verdad una madre es capaz de hacerle eso a su propio hijo?
Bien es cierto que la Pantoja siempre ha tenido muchos seguidores, pero también detractores, y ahora más que nunca tiene que afrontar una de las peores acusaciones a las que se ha tenido que someter nunca. Y es que ni siquiera esa etapa que pasó en la cárcel por su implicación en el caso Malaya se le puede acercar a lo que está viviendo ahora.
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El tío Agustín explota
Isabel no está sola, y por suerte cuenta con un gran apoyo, su hermano Agustín, que no la abandona en ningún momento. Así, tras conocerse que esta mañana Cantora ha recibido la visita de una notaria que le ha traído a la tonadillera un nuevo requerimiento, con el que suma dos esta semana, parece que el hermanísimo no ha reaccionado de muy buenas formas.
Tanto Kiko como sus hermanos están decididos a recuperar aquello que les pertenece, los objetos que su padre dejó en herencia para ellos. Lo ha explicado Paloma García Pelayo esta misma mañana: » Tanto ese requerimiento de la semana pasada y el de esta semana lo recoge la misma persona. Es la notaria a quien se lo da en mano es a Agustín Pantoja». Y aseguraba que «la reacción de Agustín es recibirla con ciertas cajas destempladas, en un tono no demasiado cordial».
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Se niega a ceder
Se ve que la tensión en Cantora puede cortarse con un cuchillo y que cualquier chispa puede hacer estallar todo por los aires. La notaria, que ha salido al mediodía de la finca, puede conocer ya la decisión de la Pantoja respecto a este segundo requerimiento. Y es que recordemos que ya se ha negado a aceptar el primero, alegando que se basa en un documento antiguo que ya no tiene validez.
Kiko, Fran y Cayetano exigen explicaciones sobre dos asuntos en concreto: la venta de varias partes de Cantora en 1992 y la desaparición del dinero que su padre tenía en América. En este segundo requerimiento, los hermanos habrían añadido el documento con la firma de la cantante para que ella misma comprobase que había dado su beneplácito hace años de que las cosas de torear de Paquirri debían ser para sus hijos.
Y si Isabel se negase una vez más a ceder, los abogados de los Rivera se verían obligados a demandarla, lo que desataría una auténtica guerra judicial que complicaría todavía más las cosas.
Por otro lado, Pantoja habría tomado la decisión de cambiar de abogado y estaría en manos de un letrado sevillano muy conocido pero del se desconoce la identidad. De momento, Kiko y su madre siguen sin hablarse, así que las cosas no parecen llevar a buen puerto. Los medios tienen culebrón pantojjil para rato, o al menos eso parece.
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Un mes sin hablarse
Kiko revelaba que descubrió las cosas de su padre justo el día de su cumpleaños, este verano, algo que provocó una fuerte discusión con Pantoja y que hizo que este se replanteara toda la verdad que ésta le había contado durante toda su vida: que la familia de su padre era el enemigo, que no podía confiar en sus hermanos, que ella siempre lo había hecho todo pensando en él, y que desgraciadamente no podía proporcionarle el legado de su padre porque había sido robado, lo que obviamente era una gran mentira. Eso fue lo que supuso el punto de inflexión para el DJ, quién empezó a plantearse cuántas otras mentiras no le habría contado.