La comida es un placer que se disfruta con todos los sentidos y a la hora de hacer una dieta tampoco se debe olvidar ninguno de ellos, incluido el sentido de la vista. Nuestra percepción de los alimentos según su color o el contraste que este genera en comparación con el del plato en el que se sirve puede afectar a la hora de comer en exceso ¿sabías que puedes llegar a comer menos con solo cambiar el aspecto visual? A continuación, te explicamos toda la influencia que tiene la estética cuando consumes alimentos.
La influencia de los platos

A la hora de sentarse a la mesa todo lo que se presente ante tu vista te influirá, tanto la propia comida como los platos en los que esta reposa. Si quieres comer menos no solo debes tener en cuenta el sabor, el valor nutricional y el color de la propia comida, también es crucial pararse a pensar en el color, tamaño y forma de la vajilla escogida. Con algo tan sencillo puedes llegar a ingerir menos alimentos.
De hecho, hay un fenómeno llamado la ilusión de Delboeuf, que es una ilusión óptica en la que colocan dos puntos y los rodean con dos anillos. Uno con un anillo más pequeño y el otro con uno más grande. Quien lo ve le parece que el punto que está dentro del anillo más pequeño es más grande que el otro…y, efectivamente, esto es aplicable a la comida. Un spoiler: el plato cuanto menos capacidad y mayor aspecto, mejor.
Los colores en la vajilla

Los colores que escojas en tu vajilla van a influir enormemente en tu forma de comer y la cantidad en la que lo hagas. Por un lado, el color azul ayuda a la hora de hacer una dieta, la comida presentada con ese color de vajilla disminuye el apetito y está muy recomendado si buscas adelgazar sin tanto esfuerzo. Lo mismo pasa con el verde. Un estudio revela que puede provocar desagrado, tal vez por esto la comida de los hospitales, en los que predominan estos colores, te suele parecer tan poco atractiva.
Por otro, lado se deben evitar los platos con muchos estampados y dibujos porque dificultan ver con claridad la textura y los tonos de la comida. En cuando a los colores amarillos y claros son percibidos como estimulantes. Con los platos de color rojo, los alimentos se ven muy agradables y apetitosos, así que no son la mejor idea para controlar las cantidades… y lo mismo ocurre con los platos de tonos marrones.
Las asociaciones de color en la comida

Los colores, además, pueden afectar al sabor de las comidas porque estos son los responsables de algunas características gustativas de ciertos ingredientes. También influyen en las decisiones de compra de alimentos, aunque no siempre de forma consciente, y las personas solemos asociar algunos colores con ciertos sabores.
El color rojo suele evocar a los sabores más dulces. Los colores brillantes en sugieren bebidas más dulces, a la hora de escoger aquello con lo que vas a acompañar la cena o el almuerzo. Las bebidas como el té en un recipiente transparente sugieren que está más frío, así que tomar estos principios en cuenta puede ser útil para no engañarse a uno mismo.
El tamaño también importa

Ya adelantamos al principio que el juego óptico tiene mucha presencia a la hora de comer, así que vamos a ahondar en la importancia del tamaño de la vajilla a la hora de comer más o menos cantidad de la deliciosa receta que tenemos delante de nosotros.
Lo ideal es sustituir los platos de mayor tamaño por otros que tengan menos capacidad. Esa sugerencia está recomendada por distintos estudios que han demostrado el menor consumo de calorías siguiendo ese sencillo consejo. La diferencia entre un plato grande y uno mediano es importante ya que puede llegar a haber una diferencia de entorno a 50 calorías más al día, lo que se puede traducir en un aumento del peso de dos o tres kilos al año.
Los vasos

Si medimos el cómputo global de lo saludable que puede llegar a ser una comida o no nunca debemos olvidar la parte de los vasos. Estos son los que integran la cantidad de líquidos que se van a ingerir, y una buena hidratación siempre va a fomentar un organismo más saludable y menos propenso a engordar. Algunas bebidas, además, sin bastante saciantes y harán que comas menos.
Lógicamente, lo más recomendado siempre es beber agua en lugar de bebidas alcohólicas o refrescos. Si los vasos son más grandes y están repletos de agua potenciarás el consumo de esta, lo que va a repercutir en un menor consumo de calorías y una mayor facilidad para adelgazar.
Comer muchos colores es comer sano

Por último, para conseguir una alimentación completamente saludable y que engorde menos, debes saber que los colores de los alimentos pueden invitar a comer de forma saludable. Mantener una dieta rica en frutas y verduras es la mejor apuesta para la salud, y todos sabemos que estas tienen colores vivos y muy diferenciados.
Crear un bonito arcoíris a la hora de comer significa seleccionar alimentos con fitoquímicos de cada grupo. Así que mientras mantengas la variedad en cuanto a los colores de los alimentos en un mismo plato te estarás beneficiando de muchas propiedades diferentes, buenas para tu cuerpo.