Anabel Pantoja se ve en estos momentos tan complicados por su conflicto con Belén Esteban y contra todo pronóstico más reforzada que nunca. Muchos piensan que es la nueva princesa del pueblo y sus minutos y declaraciones en Sálvame valen oro. Su naturalidad, gracia, cercanía y sinceridad han dado lugar a que el trono de princesa del pueblo tenga todas las papeletas de ocuparse por la sobrina de Isabel Pantoja que hoy en día tiene interés propio y ya se la conoce por su propio nombre que resuena con orgullo con un ejército de seguidores en redes a sus espaldas que la apoyan de manera incondicional. Aunque dice haberse equivocado en hacer contrapublicidad a su compañera y amiga ahora la pelota está en su tejado. Estar en boca de todos le está ayudando a resurgir de las cenizas y hundir poco a poco en la miseria a su contrincante. Sigue leyendo y no te pierdas nada porque te damos todas las claves de su éxito a continuación.
Protagonista indiscutible de las tardes de Sálvame
> Aunque tenga muchos frentes abiertos por su guerra con Belén debido a que subió una serie de fotografías anunciando su marca de joyas el mismo día que la tertuliana estrenaba su colección, es un conflicto que a largo plazo le está aportando muchos beneficios. Un punto de inflexión y estar en el ojo del huracán le hicieron pensar en abandonar Sálvame, pero las cosas cambiarían en un abrir y cerrar de ojos. «Tengo ganas de irme, esto no me compensa. Solo quiero vivir en Canarias con la gente que me quiere, con una cerveza, no quiero lujos ni nada (…) No pueden decir nada sucio sobre mí, no lo soporto, no me gustan los malos rollos».
Sin embargo, algo le habría hecho recapacitar y volver a su programa más ilusionada que nunca, pues colaboradores tan potentes como Kiko Matamoros han opinado que Anabel es ahora la nueva princesa del pueblo: ”Anabel es la sucesora natural al trono de Belén Esteban. Primero, porque Belén ha dejado de tener esa fuerza como personaje, ya no es tan conflictiva…”. Unas declaraciones que ponían contra las cuerdas a la de Paracuellos ante un debacle que parece no tener retorno, pues la sevillana es de armas tomar y está dispuesta a destronarla si se descuida.
Siguiente: Anabel Pantoja sin complejos: Natural como la vida misma
Anabel Pantoja sin complejos: Natural como la vida misma
> Anabel Pantoja tiene un séquito de seguidores en Instagram de casi un millón y medio de personas que disfrutan con el contenido que la sobrinísima sube a las redes. Una auténtica influencer que además de patrocinar los productos que le gustan sacándose así un sobresueldo, muestra su lado más natural, humano, divertido y sentimental. Esas son las claves de su éxito, ser ella misma. No tiene complejos y así lo demuestra. Lo mismo se pone un biquini enseñando que la celulitis es algo de lo más normal en un cuerpo de mujer como se enfunda unas mallas y baila hasta quedarse sin aliento. El deporte aeróbico es ahora una de las aficiones que practica y recomienda para evadirse de los problemas y cuidar su figura.
Las críticas no le afectan y hasta bromea con su aspecto físico pues no le preocupa en absoluto lo que piensen los demás. Ella está conforme consigo misma y eso es lo que importa. Demuestra que no hay que tener medidas de modelo o una 90-60-90 para ser feliz. Una cultura body positive que la lleva al más alto nivel. Una cercanía que le aporta cada día nuevas ilusiones, rompe con los estereotipos y defiende a capa y espada la sencillez y espontaneidad. Cualidades que están en todos nosotros por mucho que las intentemos ocultar. Sus últimas apariciones así lo prueban. Sentada en pelota picada sobre la fría nieve al más puro estilo Cristina Pedroche dando paso a los informativos de Pedro Piqueras. O enseñando su piel de naranja en playas canarias.
Siguiente: Isabel Pantoja le pone límites para alcanzar la corona
Isabel Pantoja le pone límites para alcanzar la corona
> La corona de princesa del pueblo no es nada fácil de alcanzar. Se le resiste y todo es culpa de su tía Isabel Pantoja. La cancelación de su boda con Omar Sánchez le trae de cabeza. Al estallido de la pandemia y la imposibilidad de celebrar una ceremonia multitudinaria se le une ahora el conflicto familiar que aún permanece en auge entre Isabel Pantoja y Kiko Rivera por la herencia de Paquirri. Ante la negativa de la tonadillera de salir de Cantora y juntarse con su familia para celebrar el que será el mejor día de la vida de su querida sobrina, todo se desmorona.
Un problema que también ahora amarga a Isa Pantoja, la propia hija de la cantante, pues su boda con Asraf se queda compuesta y sin padrino ni maestra de ceremonias. Kiko Rivera e Isabel Pantoja respectivamente. Sin ella, la exclusiva es menos impactante y las revistas podrían no estar interesadas en comprárselas por lo que una vez más Isabel arruina su deseo de convertirse en la próxima princesa del pueblo.
Siguiente: Belén Esteban a otro nivel: deja al pueblo huérfano
Belén Esteban a otro nivel: deja al pueblo huérfano
> Belén Esteban ya no pertenece al pueblo llano. Así se lo hizo saber Jorge Javier Vázquez, su amigo fiel, en su vuelta a los platós después del confinamiento. «Has dejado de ser la princesa del pueblo para ser una Cayetana«, le gritaba cabreado ante el discurso que traía bien aprendido de casa y que no sentó nada bien al presentador de Sábado Deluxe. Belén ya no viaja en metro, prefiere otros destinos que su querido y simple Benidorm, diseña joyas y tiene una colección propia de velas y cojines de diseño que solo quedan bien reposando sobre amplios salones de las más lujosas mansiones.
La colaboradora que algún día fue copresentadora de Sálvame, lleva mucho tiempo de capa caída y no consigue remontar el vuelo. Sus palabras ahora son más cuidadas y está en estos momentos en una lucha encarnizada contra Toño Sanchís para recuperar todo lo que le debe. Una cantidad que asciende a unos 400.000 euros. Centrada en amasar más y más dinero parece no darse cuenta de que se está alejando de lo que algún día fue su pueblo para acercarse a las más altas esferas. Algo que probablemente sus seguidores nunca le perdonen pero que esperamos no vaya más allá, pues si algo le molesta a Belén es aparentar algo que en realidad no es.