Isabel Preysler ha sido siempre sinónimo de elegancia. Y es que además de lucir eternamente perfecta, con la consiguiente presión que eso supone, la reina de corazones ha sabido hacer frente a todo tipo de críticas y rumores durante sus 70 años de vida.
Aunque, queda claro que nadie es perfecto y ella todavía menos, y en Cotilleo.es nos hemos propuesto descubrir la realidad que se esconde detrás de una de las figuras referentes de la prensa del corazón, sobre todo ahora que acaba de cumplir años. ¿Cuáles son las mayores meteduras de pata que ha comedido? ¿Es Preysler tan perfecta como quiere aparentar? Sigue leyendo, porque te lo contamos a continuación…
La rebeldía de Isabel Preysler que la trajo a España

> Isabel Preysler se ha convertido, sin duda alguna, en la reina indiscutible de la prensa del corazón, y es que esta bella filipina conquistó nuestro país desde que lo pisó por primera vez. Y no solo supo meterse al bolsillo al pueblo español, sino que también ha sabido robarle el corazón a más de un cotizado y apuesto galán, entre los que incluye Julio Iglesias.
Sin embargo, puede que su llegada a España fuera un poco accidentada, y todo a raíz de la rebeldía que mostró en su juventud. Con tan solo 17 años, cometía su primera locura por amor, y es que se enamoraba de un chico 10 años mayor que ella con el que llegaba a escaparse a espaldas de su padre. Algo, que derivó en un tremendo drama familiar. «Llegué a España procedente de Filipinas, de una familia muy religiosa y tradicional, y, al llegar aquí, todo cambió. Podía salir y entrar y no pasaba nada. Me encontré con la ‘libertad'», ha confesado a la revista ¡Hola! recientemente.
«Estuve castigada una semana entera sin salir, sin ver televisión y sin teléfono. Diez días después, me metieron en un avión y me mandaron a España», confesaba en una ocasión. Y es que ese horrible castigo, terminó convirtiéndose en toda una vida de fama y éxito. ¿Quién se lo iba a decir?
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La gran amistad que la unía a Carmen Martínez Bordiú

> Tras casarse con Julio Iglesias, la casualidad unía la vida de Preysler con la de Carmen Martínez Bordiú, la cual estaba a su vez estaba casada con Alfonso de Borbón. Y es que ambas vivían en el mismo edificio, además de compartir la insatisfacción en sus respectivos matrimonios y sentirse solas.
Tanto una como otra, han acaparado decenas de portadas de las revistas del corazón y se han llevado cuantiosos beneficios. Pero, la principal diferencia entre ambas estaría en que mientras Preysler es muy cerebral, siempre pendiente del que dirán, Carmen es más pasional. Y eso se nota también a la hora de llevar sus apariciones públicas, ya que Isabel ha controlado su imagen hasta tal punto que incluso llegó a registrar su propio nombre en Internet.
Por otro lado, ambas se casaron muy jóvenes, pero mientras Isabel lo hizo porque estaba embarazada y era lo que tocaba, Carmen lo hacía para huir del férreo control de su padre. Además, durante esos años ambas forjaron una bonita amistad en la que se dedicaban a disfrutar de la vida. Ambas se desamoraron también al mismo tiempo, y dejaban a sus maridos para encontrar una nueva ilusión en tres ocasiones más.
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Su largo historial amoroso

> Aunque Isabel nunca ha sido una picaflor, sí que ha sabido a que hombres acercarse para alcanzar un buen título. Sin embargo, ahora reconoce que «ya no le queda ningún arma de seducción». Así, recién llegada a España en los años setenta, curaba las heridas del desamor junto a Julio Iglesias. «En aquella época éramos muy jóvenes, felices, audaces… Todo nos parecía bonito y sin complicaciones ni consecuencias y resultaba muy fácil enamorarte. Julio, ya entonces, tenía muy claro que el que más amaba era el más feliz…», ha contado en exclusiva a la revista ¡Hola!
Pero, su relación no fue un cuento de hadas, ya que Isabel se quedó embarazada antes de la boda. «Las novias normalmente lloran de emoción, pero Isabel lloraba de tristeza y amargura porque estaba embarazada, algo que solo sabían Julio Iglesias y Alfredo Fraile», contaba Jaime Peñafiel en una ocasión. Además, una vez casados, la reina de corazones tuvo que hacer frente a numerosas infidelidades por parte del cantante.
Tras separarse de Julio, y «conocer la libertad», Preysler conoció al marqués de Griñón y se casó con él en 1980. Pero, el amor les duró solo solo 4 años. ¿El responsable? Al parecer se trataba de Miguel Boyer. «No fue culpa de Carlos, fue mía. Lo sentí muchísimo por él, pero me enamoré», reconocía Isabel. Se casaron em 1988 y estuvieron juntos 26 años hasta el fallecimiento del economista en 2014.
Y, tiempo después, recuperaba la sonrisa y la estabilidad al lado del escritor Mario Vargas Llosa, con el que ya lleva cinco años. «Hay mucha complicidad. Hemos llegado a entendernos muy bien juntos. Mario se lleva divinamente con mis cinco hijos y eso para mí es muy importante. Eso ayuda mucho a que yo esté muy bien en la relación».
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Su polémica y perpetua belleza

> Además de su historial amoroso, podemos asegurar que a la Preysler jamás la hemos visto fuera de lugar, ya que siempre se ocupa de cada uno de los detalles. Aunque, si que podemos asegurar que en alguna ocasión contada le hemos pillado algún error estilístico. Por ejemplo, cuando escogió un estampado damero en blanco y negro para una fiesta de promoción de Porcelanosa, a conjunto con las baldosas.
Pero, si algo es más que evidente, es la brutal evolución física que ha experimentado la socialité a lo largo de los años a base de bisturí. Aunque, eso sí, ella siempre ha asegurado que su aspecto es resultado de beber mucha agua y dormir 8 horas.
Pero, queda clarísimo que a lo largo de los años su estructura facial ha cambiado, empezando por su nariz, aplicación de botox, además de tratamientos para el cuidado facial y corporal.