Desde que se conociera que Letizia Ortiz se convertiría en Princesa de Asturias y futura Reina de España mucho se ha escrito e informado sobre la vida de la esposa de Felipe VI. Sabemos cómo es su vida en la actualidad, cómo educa a sus hijas, a qué dedica su tiempo libre y a dónde se mueve gracias a su agenda pública. Pero poco o nada se sabe aún a día de hoy de su más tierna infancia.
¿Cómo fue la vida de Letizia cuando era un bebé? ¿Qué hacía cuando era tan solo una niña? ¿Cómo era la Reina de pequeña? Tenemos todas las fotografías del álbum personal de doña Letizia que revelan todas estas incógnitas.
La más tierna infancia de doña Letizia
Letizia Ortiz Rocasolano vino al mundo el 15 de septiembre de 1972. Nació en Oviedo, siendo la mayor de tres hermanas: Telma y Erika. Se crió en su Asturias querida pero en su ya adolescencia se mudó a vivir a Madrid. Era un bebé precioso de cabellos rubios.
La infancia de la Reina fue muy feliz, arropada en todo momento de sus familiares. Su padre, Jesús, su madre, Paloma, y su abuela Menchu dieron una educación exquisita a Letizia basada en los valores cristianos. Pocos días después de nacer, el 29 de septiembre de 1972, fue bautizada en la Parroquia de San Francisco de Asís de Oviedo. A doña Letizia le encantaba estudiar e ir al colegio, donde se ganó a pulso la admiración de sus compañeros y profesores como veremos a continuación.
Recibía clases de ballet
Recibió la Educación General Básica en el Colegio público La Gesta de Oviedo y continuó sus estudios en el Instituto Alfonso II, a la vez que recibía clases de ballet tres días a la semana. Esto era cuando tenía poco más de 8 añitos como vemos en el documento gráfico que revela un valor añadido a lo informativo: la dulcura de su rostro y ese Tutú de tirantes y pasamanería tan ideal.
Pero al poco tiempo, debido al trabajo de su padre, toda la familia tuvo que trasladarse a vivir a la localidad de Rivas-Vaciamadrid, Madrid, por lo que Letizia, prosiguió su formación en el Instituto Ramiro de Maeztu.
Una niña pizpireta que soñaba con ser princesa
Letizia Ortiz de pequeña era una niña muy guapa, simpática y pizpireta. Los que la conocen desde su infancia destacan de ella su carácter extrovertido, vivaz y alegre. Además, Letizia soñaba con ser princesa de mayor, pero ser realmente la Princesa de Asturias no era tal y como ella lo había soñado. Formarse para tal cargo y ser la actual Reina de España le ha llevado a exigirse una formación regia añadida a la de cuando era niña, formarse ante un equipo de protocolo rodeado de expertos y de la nobleza española.
La Reina fue una niña muy feliz pero con un origen en una familia tradicional y humilde. Su abuela Menchu fue periodista en una radio más de 40 años. De ahí nació su otro sueño (también cumplido): el de ser Periodista.
La niña que ya creció con un signo distintivo: el de la ‘Z’
Letizia, aquella niña que nació ya con un signo distintivo en su nombre (la particular ‘Z’) que da pistas de su especial vida, vivió su pasión desde bien pequeña. Casi cada tarde, la asturiana merendaba y hacía sus deberes escolares entre los micrófonos de la radio en la que trabajaban tanto su padre como su abuela. Además, participaba en un programa matinal infantil llamado ‘El columpio’. «Yo en mi casa vivía rodeada de los periódicos asturianos y recuerdo a mi padre, de madrugada, dirigiéndose al monte Naranco porque había una avería en el equipo emisor de radio», declaró en su día Letizia.
Su sueño, ser periodista, se cumplió mucho antes de lo que pensaba. Tenía muy claro que iba a hacer todo lo posible por conseguir sus objetivos. Los que la conocen bien siempre la han definido como una niña prudente, disciplinada, fiel a sus obligaciones y muy responsable, además de tenaz.
Su llegada a Madrid y a la universidad
Tras terminar el bachillerato, Ortiz se matriculó en la Universidad Complutense de Madrid, en la que se licenció en Ciencias de la Información, rama de periodismo. Todavía en la facultad, empezó a colaborar con el diario ‘ABC’ y con la ‘Agencia EFE’, integrándose en el área de política internacional de ésta durante el último año de carrera.
Más tarde, entre 1992 y 1993, realizó prácticas como becaria en el periódico ‘La Nueva España de Oviedo’, dedicándose a las áreas de economía, televisión y espectáculos. A continuación, obtuvo un máster en información audiovisual y viajó a Guadalajara, México, para comenzar sus estudios de doctorado (que no terminó) y trabajar en el ‘Diario Siglo XXI’.
Los Rocasolano, una familia de costumbres
Con la familia alrededor de la mesa y en familia. Las reuniones con sus abuelos, hermanas y padres siempre han sido costumbre. El primo de la Reina, David Rocasolano, se autonombraba en 2013 portavoz de la intimidad más desconocida de don Felipe y doña Letizia durante sus jornadas de descanso. Anteriormente ya se habían publicado unas fotografías de las primeras navidades de la familia y después volvía a desvelarnos más imágenes del álbum familiar en sus redes sociales.
En ellas aparecía doña Letizia con gorra, un look informal, muy diferente al que nos tiene acostumbrados y don Felipe con un polo. Relajados y naturales, disfrutan cada poco de unas ricas jornadas de brunch en familia.
De generación en generación
En la actualidad, la Reina hace mucho ejercicio y adora cuidar su alimentación. Esto es fruto de la educación que siempre recibió de sus familiares. Por ello, siempre han estado estos valores en su estilo de vida, algo que trata de inculcar a sus hijas como por ejemplo, tiene el acceso muy restringido a los dulce y alimentos azucarados.
Es ‘vox pópuli’ que un instructor de zumba se desplaza a la Zarzuela para darle clases, y también practica yoga, en concreto, yoga Iyengar. Le apasiona la lectura, no ve la televisión, mantiene una discreta vida social… ¡Unos valores y estilo de vida que ahora inculca a sus hijas, la Princesa Leonor y la infanta Sofía, que van de generación en generación!