No seremos nosotros quienes quitemos el foco de lo verdaderamente importante. Letizia, como presidenta de honor de la Asociación Española Contra el Cáncer, acudía el pasado jueves al VII Foro contra el Cáncer que se celebraba en el auditorio del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (Madrid).
Esta cita prevista en agenda vuelve a mostrar a Letizia como una mujer (y una reina) comprometida, cercana y empática. Se involucró tanto que terminó revelando una delicada situación personal por la que estaba atravesando.
Letizia y su confesión más dura
Son muchos los años que la reina de España lleva involucrada con la causa en contra del cáncer. En su discurso del pasado jueves, Letizia confesó que «hace cinco semanas, una persona a la que quiero muchísimo acaba de ser diagnosticada de un cáncer complicado. No es la primera vez en mi ámbito personal, pero sí es el caso más reciente.
El silencio en la sala fue sepulcral y ante eso, continuó «a veces digo la llamo o no la llamo, será mejor decirle de ir al cine antes de empezar el ciclo o es mejor dejarla tranquila. Esa incomodidad de no saber qué hacer. Creo que después de este día todos los que estamos aquí, las personas que nos siguen en las redes y todos los periodistas que van a trasladar las ideas importantes de lo que se ha dicho aquí, creo que todos saldremos con una idea evolucionada y diferente de lo que significa un diagnóstico de cáncer«.
Pero algo más allá nos llamó la atención sobre la ¿nueva? Letizia… ¡Sigue leyendo!
La peor semana de Letizia
No ha sido una semana fácil para la reina Letizia. El martes 30 de enero comenzaba su jornada con el 50 cumpleaños de su marido, el rey Felipe VI. En esa misma mañana, el jefe del Estado imponía a su primogénita, la princesa de Asturias doña Leonor, el Toisón de Oro como marca de la continuidad de la Corona de España. En el emotivo discurso de padre a hija y de rey a princesa, doña Letizia permaneció en un discreto segundo plano:
«Hoy, Leonor, das un paso simbólico y muy significativo para tu preparación y tu futuro en ese camino que comenzó el 19 de junio de 2014, cuando, siguiendo con la previsión constitucional, fuiste llamada a asumir la dignidad de Princesa de Asturias y los demás títulos vinculados tradicionalmente al sucesor de la Corona de España. Porque este Toisón que te acabo de entregar −y que sé que recibes con alegría y consciente de su importancia−, aparece en tu escudo de armas como un símbolo que te recordará las exigencias que impone ser la Princesa Heredera». […] «Sé que hoy te pueden parecer muchas exigencias y responsabilidades, todas importantes y difíciles, pero debes saber que tendrás el apoyo de muchas personas que quieren lo mejor para España, para la Corona y para ti. Tu familia estará siempre a tu lado: especialmente tu madre y también Sofía, que estarán contigo apoyándote».
Una breve mención que Letizia encajó de la mejor manera. No solo ha comprendido que está un paso por detrás del Rey, sino que ha tenido que asumir que en los próximos años se encontrará, incluso, doblegada a las órdenes dinásticas de su propia hija: infanta de España, princesa de Asturias y futura reina de todos los españoles.
Letizia y su último retoque estético
Más allá de discursos profundos sobre la constitución, la importancia de Monarquía o sobre la concienciación de llevar hábitos de vida saludables, la presencia del deporte y de una dieta equilibrada, hubo un detalle que llamó la atención de propios y extraños en el último acto público de la reina Letizia. Los presentes y por ende, los medios de comunicación, y a su vez, los espectadores y lectores, detectaron que la esposa de Felipe VI se había sometido a un nuevo retoque estético.
Una manicura perfecta en color carmín, unos pendientes de bisutería de la firma favorita de Edurne, un look en perfecto azul y blanco. Su rostro, una vez más, volvía a ser la comidilla, por delante de su presencia. Camino de los 46 años, Letizia no posee ni una arruga en su faz, un detalle que denota que es una consumidora habitual de vitaminas y de toxina botulínica (bótox), tratamientos de medicina estética y de carácter reversible.
El día que descubrimos los trucos de Letizia
Según nos hizo saber el doctor Christopher Oyola de la Clínica Bruselas, la reina Letizia ha pasado más de una vez por quirófano (no por el suyo, al menos no nos lo quiso confesar). «La rinoplastia, es obvio que la Reina antes de someterse a esta intervención tenía una de un carácter aguileño y actualmente presenta una nariz de perfil recto. Para conseguir esta forma no hay ninguna otra manera, excepto la de someterse a cirugía».
Reforzando nuestra teoría sobre la más piel o menos tersa, el cirujano nos comentó en exclusiva que «desde hace un tiempo observamos que es una persona que no tiene arrugas, por lo tanto, en este caso, puedo afirmar que es usuaria del bótox«, nos confirma el experto en medicina y cirugía estética. Además, el mismo doctor señalaba una clara elevación del pómulo, «ha podido ser tratada con infiltración. En general se utilizan dos productos. Por un lado, ácido hialurónico y en segunda instancia puede haber recurrido a la hidroxiapatita cálcica». ¿Seguirá Letizia obsesiona con el bucle de la perfección estética o empezará a querer ‘envejecer’ de forma más natural con el paso del tiempo?