Doña Letizia tiene muy claras sus prioridades a la hora de ejercer como reina. Así las cosas, si un evento no va con ella, lo descarta sin pestañear. Da igual si el acto está relacionado con algún familiar, hace lo que le apetece. En este sentido, no se corta un pelo, como tampoco lo hace en cuanto a manifestar su mala relación con doña Sofía y otros miembros del clan Borbón. Así ha sido el último desplante de la reina a su suegra.
Los desplantes de Letizia

Uno de los grandes problemas de Letizia Ortiz es que no sabe disimular. Una característica muy necesaria en el mundo de los royals. La reina se manifiesta en contra o favor según sea su criterio. El problema es que tanta sinceridad ha dado lugar a que doña Letizia sea considerada una persona con falta de tacto. Por ejemplo, cuando la crisis matrimonial estaba en todo lo alto, ella no se cortaba un pelo en obsequiar con malas caras y desplantes a don Felipe, que no sabía ni dónde meterse.
Lo cierto es que el carácter de Letizia sigue dando titulares cuando ya se han cumplido catorce años de su boda con don Felipe. La misma está en el ojo del huracán tras las revelaciones que Jaime Peñafiel ha hecho en su nuevo libro, Los ochenta años de Sofía. El periodista escribe que la reina estaba embarazada cuando conoció al entonces príncipe. La pareja intentó que esta noticia no se hiciera pública pero el primo de ella se encargó de revelarlo al mundo.
Juan Carlos para los pies a su nuera

Si algo le achacan a doña Letizia es que no haya hecho el mínimo esfuerzo para empatizar con los familiares de don Felipe. Así las cosas, poco o nulo contacto tiene con Borbones y Griegos. Al parecer, no se siente cómoda con ella porque cree que no la consideran digna de haber matrimoniado con el rey. En las ocasiones en que se han encontrado, Letizia ha querido dejar patente que es una mujer preparada y no ha dudado en intervenir en algunas conversaciones.
Ocurrió durante una comida celebrada en Zarzuela donde Constantino de Grecia y doña Sofía hablaban sobre la situación de Irak y la reina intervino de forma que monopolizó la conversación. Don Juan Carlos, harto de la situación, intervino: “Letizia, ya sabemos que eres la más inteligente de la familia, pero, por favor, deja hablar a los demás”. No ha sido la primera vez que el rey Juan Carlos ha llamado la atención de su nuera. Sucedió tras el rifirrafe entre reinas, cuando la voz del rey emérito se alzó para decir: “Si no quieres fotos de las niñas con los abuelos, no haber tenido dos hijas con Felipe”.
La reina no traga a la infanta Pilar

Una de las grandes damnificadas de doña Letizia es la infanta Pilar. La reina no la traga porque sabe que es incondicional de sus suegros. Doña Pilar siempre ha estado ahí cuando la han necesitado y ha ejercido de puente entre su hermano y su cuñada en momentos críticos. Pues bien, la infanta organiza anualmente un evento conocido como El Rastrillo de Nuevo Futuro. En él se dan cita muchos famosos que apoyan la iniciativa. En ocasiones, hasta ejercen de vendedores o camareros.
La reina Sofía es una incondicional de El Rastrillo y cada año acude. Jamás falla a la cita y adquiere regalos para su familia. “Es muy comprona”, ha expresado doña Pilar en alguna ocasión. En cuanto a doña Letizia, tan solo se ha dejado ver por el evento en dos ocasiones y no tiene intención de repetir. Y eso que doña Pilar, anualmente, manifiesta su deseo de que vaya para
ayudar a la causa solidaria.
La venganza de Letizia

A nadie se le escapa que El Rastrillo sirve como venganza a doña Letizia contra la infanta Pilar y doña Sofía. En cuanto a la hermana de su suegro, se trata de mostrar su malestar por el trato recibido desde que llegó a Zarzuela. En cuanto a la reina Sofía, porque así es diáfana su malestar no dejándose ver con ella en actos de libre asistencia. Por otro lado, la obsesión de la reina siempre ha sido marcar diferencias con el reinado de doña Sofía. Así las cosas, poco se la verá en este tipo de eventos solidarios con los que se identifica a su suegra. En concreto, la postura de Letizia con El Rastrillo es algo que decepciona enormemente a la reina Sofía.
Existía una mínima esperanza de que doña Letizia este año aflojara y asistiera al acto organizado por la tía de don Felipe. De hecho, doña Pilar fue recibida en audiencia por los reyes en Zarzuela y, por enésima vez, volvió a manifestar su deseo sobre la presencia de la reina. Queda claro que la esposa del rey hace lo que le da la gana y que no da su brazo a torcer cuando se trata del clan Borbón.
Felipe ridiculiza a Letizia

La primera vez que Letizia y Sofía acudieron juntas al evento organizado por doña Pilar fueron captadas en un momento tenso. La reina Sofía parecía hablar de forma muy seria a su nuera, que escuchaba cabizbaja. Se dijo entonces que la había reñido por su comportamiento. No sería de extrañar. En Palma le dijo que se quitara las gafas para que los fotógrafos pudieran retratarla a cara descubierta. Eran los días en que la princesa se quejaba continuamente por el interés mediático y las muchas críticas que recibía.
El tema de las críticas es algo que no lleva nada bien la reina. En cierta ocasión, cuando ya llevaba un buen rato quejándose por lo que se decía de ella, don Felipe terció: “Bueno, Letizia, alguna vez nos criticarán y tendrán razón”. En otra ocasión en que la reina consorte manifestaba estar incómoda en un vuelo, la temperatura ambiental no era de su agrado, el rey intervino para explicar al sobrecargo del vuelo: “No importa, ella lo único que quiere es dar la lata. Estar al mando. Meterte un dedo en el ojo. Demostrar quién manda”.
El cumpleaños más feliz de doña Sofía

El sueño de doña Sofía se ha cumplido. Quería la foto con la que se ha obsequiado a los medios desde Casa Real con motivo de su onomástica. En la instantánea puede verse a Cristina y sus cuatro hijos posando con la familia al completo. Ya vuelve a ser una más en el clan Borbón. Ha costado lo suyo porque don Felipe y doña Letizia la preferían bien lejos dado el escándalo de corrupción que ha mandado a prisión a Iñaki Urdangarín.
Fue tras el rifirrafe entre reinas, ocurrido durante la última misa de Pascua en Palma, que don Juan Carlos habló con don Felipe sobre la mala imagen familiar. Estaba previsto que todos se dejaran caer por la isla balear durante el verano. Se habló de que ese sería el momento ideal para que Cristina y sus hijos fueran vistos en público con doña Sofía y la Infanta Elena. Era el paso previo a la reinstauración familiar de Cristina de Borbón. Sin embargo, el escándalo Corinna cambió los planes y complicó la situación aún más. El asunto se saldó con la no presencia del rey emérito en Mallorca. (Imagen: Casa de S.M. el Rey)
La vuelta a casa

Se intuyó que habían movimientos en palacio tras la llegada de Cristina a Madrid con dos de sus hijos. Lejos de observar un perfil bajo, ya el primer día se dejó ver acudiendo al teatro con su hermana. Pronto se supo que se alojaba en Zarzuela y que estaría presente en la fiesta del cumpleaños de su madre. Por fin podía llevarse a la práctica el plan diseñado para reinsertarla en el clan Borbón, tal como ha sucedido. No ha sido un camino fácil pero todos han puesto de su parte.
El milagro también se ha obrado para don Juan Carlos, quien tras estar alejado de los suyos desde el verano, vuelve a recuperar su lugar. Tanto en el caso del rey emérito como en el de Cristina se trata del regreso al plano familiar, para nada está previsto que ejecuten labores de representación de la monarquía. Así las cosas, las próximas Navidades ya no serán tristes para doña Sofía, quien ha sufrido lo indecible con el exilio de su hija en Ginebra. (Imagen: Casa de S.M. el Rey)
Letizia y su no saber perder

En cuanto a doña Letizia, no era partidaria del regreso de Cristina y don Juan Carlos. Ha perdido la partida que jugaba con doña Sofía, quien ha conseguido que don Felipe cambiara de opinión. Sin duda, un duro golpe para la reina, que no lleva nada bien encajar derrotas. El asunto ha sido motivo de discusión entre los reyes. Mientras don Felipe se mostraba conciliador e intentaba atraerla a su terreno, Letizia se mantenía en sus trece calificando de grave error la reinserción de su suegro y su cuñada en Zarzuela.
Antes de que estallara el escándalo Noos, la reina ya estaba distanciada de los ex duques de Palma. Descubrió que Iñaki aprovechaba la menor ocasión para dejarla en ridículo y también que intentaba indisponerla con su marido. Al parecer, el ex deportista se comportaba como una especie de Maquiavelo de los tiempos modernos. La sorpresa fue mayúscula cuando se descubrió que actuaba con la bendición de su mujer. Fue ahí cuando los reyes tomaron distancia con Cristina e Iñaki. De hecho, no volvieron a compartir ratos de ocio.
La reina teme a Cristina y Juan Carlos

La reina está convencida de que tanto Cristina como don Juan Carlos van a ejecutar venganza en su contra. Padre e hija bien podrían considerar que son los ganadores de esta durísima contienda familiar. El hecho de que la cercanía entre ellos y don Felipe se estreche significa que doña letizia lleva las de perder. La monarquía está en horas bajas y el rey necesita del consejo de su padre para sortear las piedras en el camino. En cuanto a su hermana, siempre tuvieron una relación muy afín.
No fue hasta que don Juan Carlos abdicó que doña Letizia pudo respirar tranquila. Hasta entonces, se sentía observada y criticada por su suegro. Era muy incómodo para ella sentir esa mirada inquisidora encima. No es ningún secreto que no se llevan bien. La reina se ha sentido menospreciada en diferentes ocasiones por el rey emérito, quien nunca la ha considerado la compañera de vida ideal para su hijo por su pasado.
Se habla de divorcio entre Cristina e Iñaki

Para poder regresar al seno familiar, Cristina ha tenido que hacer una concesión. Se trata de alejarse lo más posible de Iñaki Urdangarín. Ya le sugirieron que se divorciara de él cuando estalló Noos. Sin embargo, se negó en redondo. Las cosas podrían haber cambiado entre la pareja tras el ingreso de él en prisión y el acercamiento de ella a los suyos. No es tan descabellado pensar que lo que ayer era imposible, hoy puede hacerse realidad. A la infanta se la ve feliz y relajada, lejos de aquella imagen triste y ojerosa que lucía. Está disfrutando esta segunda oportunidad.
Sin duda, para la familia real, que Cristina se divorcie de Iñaki, sería lo mejor que podría pasar. La cuestión se contempla como una probabilidad con un alto porcentaje a favor. A don Felipe no le preocupan lo más mínimo los comentarios que pudieran hacerse contra su hermana por abandonar a su marido en su peor momento. El rey considera que Cristina debería haber dado este paso hace mucho tiempo. Mientras tanto, la infanta se lo está pensando.