Durante mucho tiempo se ha especulado sobre el tipo de relación que mantenían las dos reinas de España. La Reina Sofía y La Reina Letizia, soberana emérita y titular, no son precisamente el ejemplo del trato que deben tener una suegra y una nuera. Y es que hubo un antes y un después desde el momento en el que Letizia pretendió ocupar un lugar que no le correspondía durante la pedida. Tuvo un gesto muy desagradable con el entonces príncipe de Asturias. Hoy vas a conocer otro detalle de Letizia que hirió profundamente a la Reina Sofía
Una bondad que no ha sido recompensada
La Reina Sofía acogió a Letizia como a una hija cuando el actual Felipe VI se la presentó. Muy pronto dejó que se instalase en Zarzuela. Empezó a enseñarle con paciencia y modestia todo lo que necesitaba saber para ser Reina. Lejos de vanagloriarse de ello, la actual soberana emérita llegó a decir que había aprendido mucho junto a Letizia. No tenían mucho en común, salvo el amor por una persona, Felipe VI.
Pero por aquel entonces la pupila parecía adorar a su suegra. Pero el tiempo pone a cada uno en su sitio. Nadie pensaba que Letizia, tras la abdicación de Felipe VI iba a hacer bueno el dicho “No sirvas a quien sirvió, ni pidas a quien pidió”. El día de la Misa de resurrección de Pascua tuvo un gesto feísimo con su suegra que puso en peligro la imagen de la monarquía y de su propia hija. Con anterioridad la reina sufrió una afrenta. Se atentó contra sus más íntimas convicciones, y fue Letizia quien descargó el golpe.
La Reina Letizia se vuelve cazadora para enfrentarse a su suegra
De todos es sabido que la Reina Letizia era una mujer progresista y de izquierdas antes de conocer a don Felipe. Ni sus gustos ni su estética concordaban mucho con los de una mujer con aficiones de las que se suelen achacar a la élite: la vela, es esquí, la caza.
Para disgusto de su marido, no le acompaña en sus aficiones náuticas, y esquía a regañadientes. Y, sin embargo, sí se ha hecho cazadora, algo que disgustó profundamente a doña Sofía. Según cuenta Jaime Peñafiel. Pronto recordaba que Letizia había obsequiado a Felipe con una escopeta inglesas de casa de las más caras y prestigiosas del mundo.
Nada más y nada menos que una Purdey. Como ha publicado Pilar Eyre: “Es un arma, los que entienden lo saben, para matar animales, y se la dio al cabo de dos o tres años de casados”. Te explicamos a continuación porque a la reina Sofía le dolió tanto.
Doña Sofía : en guerra con su familia por culpa de la caza
De todos los aspectos de la idiosincrasia borbónica, aparte de la infidelidad, el que menos le gusta a la Reina Sofía, por supuesto, es la afición a la caza de la estirpe de su egregio esposo. Es casi vegetariana, su hermana y su madre están muy relacionadas con la filosofía hindú, con el respeto más profundo por los animales.
Letizia no le ocultó que era aficionada a la tauromaquia, pero que se alineara con los cazadores de la familia sin necesidad alguna fue algo incomprensible. Por eso, en el año plantó cara a Letizia, a su marido y hasta a su hijo por este asunto. Y lo hizo además en Barcelona, donde están prohibidas las corridas de toros. Presidió un acto para apoyar los derechos de los animales en el Colegio de Abogados de la Ciudad Condal.
El desarrollo de una agenda paralela era una de las consecuencias del viajecito a Botsuana. El Rey se rompió la cadera cuando acompañaba elefantes con Corinna, directiva, por cierto de otra marca internacional de escopetas de caza. El viajecito no ha sido entendido muy bien en el entorno de Zarzuela ni tampoco en el ambiente taurino. No hay que olvidar que fue en Barcelona donde se prohibieron las corridas de toros.
Hasta Pilar Rahola, republicana furibunda, se pasó por allí para charlar con la Reina. En un artículo la definía como la más refinada y culta de la familia real. El viaje simbolizaba una toma de distancia con el Rey. También con sus aficiones cinegéticas y las amistades que las secundaban.
Una de las frases que se pronunciaron en el acto fue significativa. “Está demostrado que detrás de un maltratador de animales fácilmente hay un maltratador de seres humanos”, dijeron. Y la frase fue pronunciada en la ciudad donde José Tomás ya no podrá torear. La reina se sintió en la gloria en Barcelona al sacar los pies de plato. No sólo por motivos de índole animalístico. Le devolvió la bofetada a Letizia. Y es que hay algo que el público en general no sabe, y que ha contado Peñafiel en exclusiva a Pronto.
El arsenal armamentístico de Letizia
La reina, según Jaime Peñafiel, es propietaria de al menos dos escopetas de cañones paralelos fabricadas en Madrid. Dos armas, que, como bien apunta Jaime Peñafiel, la alejan de su suegra.
Siendo como fue miembro de peña taurina de la facultad, la reina habría respetado que fuera algún día a los toros, aunque a ella no le gusten y sea antitaurina. Pero que cace, como cazaba su marido con Corinna, es un desaire que no es fácil de perdonar.
Y más, cuando, como hemos dicho, fue la caza lo que más unía al Rey y a la C. Y también fue una cacería lo que supuso un antes y un después en la relación de los eméritos. La reina se desplazó sin avisar al cortijo donde el rey cazaba para darle una sorpresa, y como contó Peñafiel, lo pilló en una situación muy difícil de defender, es decir, acompañado, en una habitación. La caza solo trae malos recuerdos a la Reina. Pero a Letizia le trae sin cuidado, no así a su hijo. Prepárate para más sorpresas.
Felipe VI ya no es cazador por amor a su madre
Según cuenta Jaime Peñafiel en Pronto, José Luis Usobiaga, presidente de Grulla Armas ha desvelado que confeccionó para Letizia un par de escopetas del calibre 20 valoradas en 70.000 euros.
Y Manuel Santos, presidente de la Asociación Armera de Éibar también habló con el periodista especializado en monarquías. Hace tiempo le fabricaron una Kemen a Letizia.
Tendrá que ir a cazar con alguien que no sea su marido. Lo dijo Joaquín Araujo, socio fundador de ADENA. “Gracias a la reina Sofía, verdadera defensora de las causas medioambientales en la Casa Real, su hijo ya no es cazador”.