Gran Hermano ha sido uno de los realities que ha revolucionado la televisión. A lo largo de sus dieciocho ediciones, muchas cosas les han ocurrido a los concursantes. Ha habido de todo, rosas y espinas. Cuando todo indica que no habrá Gh29, hacemos un repaso por los episodios más dolorosos sufridos por quienes fueron habitantes de la casa de Guadalix de la Sierra. Llegaron con una maleta cargada de ilusiones pero la suerte les fue esquiva. Hay quien se atreve a hablar de maldición.
Lágrimas negras

> En el verano de 2006, la actualidad golpeó duro con una terrible noticia. Se trataba del fallecimiento de Gustavo Fernández. Tenía 28 años y muchos planes en la cabeza. La tragedia se produjo mientras esperaba en el andén y decidió cruzar al otro lado utilizando la vía. Creía que no había peligro y fue arrollado por un tren. Sucedió en la estación de Venta de Baños, Palencia. En aquellos días, la inconsciencia hacía que algunos pasajeros, en vez de utilizar el paso subterráneo para acceder al bar que se encontraba en el otro andén, optaran por atravesar la vía.
Gustavo no murió solo. Estaba acompañado por una amiga, Sonia, con la que se dirigía a Madrid para asistir a un programa de televisión. El atractivo concursante permaneció 67 días en la casa de Guadalix de la Sierra durante la cuarta edición de Gran Hermano. Su repentina muerte sumió en la más absoluta tristeza a quienes fueron sus compañeros. Todos señalaron sus ganas de vivir y la gran cantidad de proyectos que tenía entre manos. Seguía con el boxeo, una de sus grandes pasiones, y no quería perder el tren de la televisión.
Las familias de Gustavo y Sonia interpusieron una querella por dos presuntos delitos de homicidio imprudente y omisión de socorro en 2008 que fue sobreseída. Aun así, ambas familias recurrieron dado que había algo que no les cuadraba, y era que el conductor aseguró que frenó antes del arrollamiento y los datos extraídos de la caja negra decían lo contrario. Sin embargo, no tuvieron suerte.
La Audiencia Provincial ratificó el sobreseimiento decretado en primera instancia. Los magistrados señalaron entonces: “La rapidez con que se desenvolvieron los hechos, fácil es estimar que aún en el supuesto de que el factor hubiera cambiado la señal, el accidente, dada la velocidad y proximidad del tren, tampoco se hubiera evitado”.
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La felicidad dura poco en GH

María José Galera entró en la primera edición de Gran Hermano dispuesta a arrasar. Aquella bella mujer encontró el amor en la casa junto a Jorge Berrocal. La pareja encandiló a la audiencia, siempre ávida de historias románticas. El hecho de que ella llevara varios fracasos sentimentales a sus espaldas y la enfermedad de una de sus hijas, la acercó todavía más al público. Sin embargo, poco dura la felicidad…
La revista Interviú publicó que la sevillana había ejercido la prostitución. Se trataba de un reportaje donde aparecían los testimonios de personas que habían trabajado con ella. Aquello provocó un escándalo de grandes proporciones. De hecho, María José había realizado un posado para la revista ¡HOLA! que iba a ocupar la portada y que fue retirado tras estallar el tsunami.
Años más tarde, y cuando nadie esperaba ver a Galera en Interviú dado lo que había pasado, se hizo el milagro y posó mostrando su lozanía. Por supuesto también habló del reportaje que le partió la vida en dos: “Sigo sin entender por qué salieron cosas de mi pasado solo por participar en un concurso. No tiene nada que ver lo que yo hice con el escándalo que se montó, me sentí acorralada. Si pudiera ir atrás y supiese que iba a pasar lo que pasó, no volvería a entrar en GH, porque me etiquetaron para toda la vida, [se le rompe la voz]. Todavía me emociono… esto no se puede superar”.
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El drama ahorca a los grandes hermanos

María José nunca entendió por qué personas que la habían conocido se prestaron a revelar esa información: “Gente que se subió al carro para machacarme, pisotearme y ganar pasta. ¿Qué compañeras? ¡Yo me sentí traicionada por todo el mundo! Es verdad que tuve que mantener relaciones con un señor a cambio de dinero y eso es prostitución, y yo dije que lo asumía, pero ¡si no he hecho daño a nadie, si es que el daño me lo he hecho yo a mí misma!”.
Y cómo se enteró la ex gran hermana de que esa bomba iba a salir, así lo relató ella: “Me llamaron de Interviú para contármelo y me caí redonda al suelo. ¿Por qué me crucificaron por eso? Cada vez que iba a televisión me sacaban el tema de la prostitución hasta que dije: “¡Basta! ¡Se acabó! Hay señoras que son muy putas y putas que son muy señoras. Ya está, que no me juzguen más”.”
La vida no ha sido de color rosa para la Galera. Su hija, que nació muy delicada, falleció y aquello la sumió en un pozo de tristeza. Le costó mucho salir. Lo suyo con Jorge Berrocal duró lo que duran dos peces de hielo en un whiskey on the rocks. Se les rompió el amor y empezó la guerra mediática. Se dijeron de todo y acabaron convertidos en enemigos íntimos.
Recientemente, María José regresó a España y explicó que tuvo que abandonar México debido a las amenazas de las personas con las que se asociaron para montar un negocio. Según ella, la vida allí es un infierno. Asegura que los tiroteos en las calles se suceden y que nadie hace nada para impedirlo: “He visto gente muerta en la calle a balazos”. Pasó tanta tensión que adelgazó notablemente durante los cinco años que permaneció en ese país. Hoy respira tranquila en España mientras espera que su marido se reúna con ella.
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Gran Hermano y la prostitución

Mónica Ruiz se enroló en la primera edición de Gran Hermano como reserva. La marcha de Silvia hizo que alcanzara su sueño: poder concursar en el reality de Telecinco. Sin embargo, cuando todavía estaba aclimatándose a su nueva vida, dos medios de comunicación publicaron que estaba relacionada con el mundo de la prostitución.
Según Interviú e Información, la mallorquina trabajó durante tres años en un club de alterne situado en Alicante. Esta actividad la compaginaba con la de azafata en una compañía naviera. Dado que lo de María José Galera estaba muy reciente, nadie entendió cómo a la productora de Gran Hermano se le pudo pasar algo así. La protagonista reconoció que mintió durante el casting cuando le preguntaron si en su pasado existían hechos similares a los de María José. Su respuesta fue un no rotundo.
Cuando los responsables de Gran Hermano tuvieron conocimiento de lo sucedido, llamaron a Mónica al confesionario para decirle: “Es preciso que nos saltemos las normas un poco para darte información del exterior”. Posteriormente, le recriminaron que hubiera ocultado esa información. Ella respondió: “Yo sabía que eso existía. Me arriesgué y pensé que iba a ser su palabra contra la mía”.
Al conocer la situación, Mónica se vino abajo y necesitó ayuda psicológica. Ante ella tenía otra complicada papeleta, explicar a su familia esa doble vida que había llevado durante años. En cuanto se recuperó, inició acciones legales contra los medios que publicaron la información y desapareció de la escena pública. Aseguran que volvió a su trabajo de azafata en una compañía naviera.
Años después, cuando lo sucedido estaba olvidado, Mónica Ruiz concedió una entrevista en DEC para hablar del asunto. Fue una decisión que sorprendió a propios y extraños ya que significaba hurgar en una herida que estaba cerrada. El debate se reabrió pero duró poco, muy poco, y la ex gran hermana volvió a su vida anónima en Mallorca.
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Todo por la fama

> Natacha Jaitt fue la incorporación argentina de la sexta edición de Gran Hermano. Tras el concurso, y viendo que en España no acaba de cuajar, regresó a su país. Hace un par de años, Natacha acudió a televisión para explicar que había trabajado como scort y que uno de sus clientes fue Alessandro Lequio. El asunto pasó sin pena ni gloria.
En Argentina, Natacha no deja de protagonizar escándalos. El último tiene relación con un supuesto abuso de menores sucedido en un club deportivo. La ex gran hermana, ni corta ni perezosa, no ha dudado en señalar con nombres y apellidos a quienes ella cree culpables. El asunto ha dejado un reguero de damnificados y la Justicia la ha llamado a declarar para que aporte su testimonio y las pruebas que obren en su poder.
Uno de los grandes perjudicados por Jaitt es el periodista Juan Cruz Sanz, hasta hace muy poco colaborador de Cortá por Lozano. El hecho de que Natacha haya difundido vídeos que corresponden a la más absoluta intimidad del panelista ha hecho que éste opte por abandonar el programa y desaparecer de la vida pública. El perfil bajo durará hasta que se aclare si tuvo participación en el desagradable asunto del abuso de menores que Natacha le achaca.
La voracidad mediática de Natacha no tiene fin. Cuando todavía no se ha aplacado un escándalo, ya empieza otro. Y es que no se le ha ocurrido otra cosa que afirmar que el presentador Jorge Rial alquila futbolistas para que salgan con su hija Morena. Sin duda, va en caída libre y todo indica que va a empotrarse en el suelo.
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Del cielo al infierno

> Ana Toro se enroló en la aventura de la octava edición de Gran Hermano. Se presentó como publicista y en palabras de Mercedes Milá: “Ha sido de las mejores concursantes que han vivido en la casa de Guadalix de la Sierra; de las mejores personas que forman la lista de valientes que un buen día, contra viento y marea, contra la opinión, a menudo, de la familia, deciden probar suerte y meterse a convivir con compañeros desconocidos. Ana Toro nos hizo sentir de todo y por encima de todo nos hizo reír, reír mucho”.
Pues bien, aquella concursante risueña comprobó como el reality se volvía en su contra: “Gran Hermano me ha arruinado la vida. Yo era publicista y creativa, de familia bien, con dinero, con piso en una de las mejores calles de Madrid. Ahora no me hablo con mi familia, me han tachado de loca y me han querido convertir en una friki. Me he venido a vivir a Torrevieja (Alicante) y aquí estoy muerta de asco. Profesionalmente, el programa te arruina la vida y ya no te contrata nadie”.
Cuando Ana realizó esas declaraciones estaba embarazada. Quería ser madre y se mantuvo firme en su propósito. Le aconsejaron que abortara pero se negó. Tal como ella había hecho público, tenía ante sí un panorama desolador. A esto se unió que el padre de su hija la abandonó en cuanto supo de su estado de buena esperanza. La ex concursante de Gran Hermano se encontró sola y en situación límite.
Sin recursos, la publicista y su hija, Olivia, tuvieron que entrar en una casa de acogida. En ese difícil momento, Mercedes Milá la agarró de la mano. Ana estuvo en el Deluxe para explicar su terrible momento. Dada su facilidad para los idiomas, manifestó que quería aprender noruego para probar suerte en esos lares. Desde entonces, nada más se ha sabido de ella a nivel mediático. Quizás esté en Noruega, país en el que afirmó le gustaría recalar para volver a empezar.
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El trágico accidente que lo cambió todo

> Gran Hermano 3 también estuvo bañado por la fatalidad. Noemí Ungría y Raquel Morillas sintieron una gran atracción que dio paso a una historia de amor y convivencia. Estaban en la cresta de la ola cuando sufrieron un grave accidente de tráfico. La más afectada de las dos fue Raquel, que permaneció una larga temporada en el hospital. Fue entonces cuando todo empezó a derrumbarse.
Las secuelas del accidente quedaron patentes en el rostro de Raquel, que se sometió a más de diez operaciones debido a diferentes problemas que fueron surgiendo. Desde entonces arrastra graves problemas, como “No ver y no oír absolutamente nada por el lado izquierdo. Por eso tengo girado el ojo, en el accidente se me partió parte del cráneo y se me machacó el nervio óptico”, explicó en su momento.
A pesar de que lo intenta, Morillas no consigue olvidar lo sucedido aquel mes de junio de 2003 cuando el coche en el que viajaba con Noemí Ungría se salió de la calzada y dio varias vueltas de campana: “No lo tengo superado… Hay veces que cuando estoy sola, tengo un mal día, y de repente aparece en mis manos una foto de como era antes, me hundo. La gente me dice que estoy fantástica, pero mis padres y yo sabemos cuál era mi cara de antes”.
Raquel tuvo que enfrentar otro duro revés del destino cuando Noemí le dijo adiós. La amaba profundamente y se quedó deshecha. Durante meses, apenas salía de su casa y lloraba, lloraba mucho. Mientras tanto, su ex ya había rehecho su vida con Judd, fue por ella por quien abandonó a Morillas. Posteriormente, Ungría se casó con Enric Bayón. Raquel volvió a encontrar el amor y solo tiene buenas palabras para esa persona que siempre está a su lado a las duras y a las maduras.
Hace unos años, Morillas reapareció en televisión para explicar que su situación económica era muy delicada. La palabra ruina sobrevoló la entrevista. Explicó que era ludópata y que aunque intentaba curarse, no lo conseguía. Sin duda, son patologías que requieren un cambio de vida y eso no siempre es posible.