Tras las últimas palabras de Rocío Carrasco sobre la mujer de su padre, Raquel Mosquera en la docuserie que protagoniza, la peluquera no se ha quedado callada. Además de lanzar varios comunicados a través de las redes sociales para venerar la figura de Pedro Carrasco y conceder algunas palabras a la prensa que la persigue sin cesar, ha dado una entrevista demoledora en exclusiva a la revista Semana defendiéndose de las acusaciones que la hija de la más grande hace sobre su persona. No solo habla de ella, sino también, del que dice, ha sido su mayor calvario, pues le ha separado de todos, y no es otro que, según sus declaraciones, Fidel Albiac. Si quieres descubrir todo lo que ha contado sigue leyendo porque te lo contamos al detalle a continuación.
Habla alto y claro para honrar la memoria de Pedro Carrasco tras las acusaciones
> Raquel Mosquera no consiente que la memoria del que fue su marido se vea repercutida con toda esta historia. «No voy a consentir que nada ni nadie manche su imagen pública. Fue una bellísima persona y un gran señor, en todos los aspectos y sentidos», ha manifestado en Semana. La estilista no culpa a Rocío Carrasco de su muerte, aunque haya dicho en alguna que otra ocasión que Pedro arrastró el sentimiento de culpa por el episodio producido con su hija una semana antes de sufrir un infarto mortal. «No le echo las culpas a nadie, sino a mí misma», dice abriendo la caja de los truenos.
Raquel se culpa, en cierta medida, de su fallecimiento: «Viendo cómo ocurrieron las cosas, cómo fue aquel encuentro de padre e hija y cómo se encontraba mi marido los días siguientes, sentí que no debí haberle llevado a esa situación ni animarle para que se reencontrase con Rocío». Y añade a su discurso algo demoledor para Rocíito: «Si Pedro estuviese aquí la haría recapacitar. Ante el último episodio con su padre y lo ocurrido cuando murió, siento por ella la misma frialdad y el distanciamiento que ella muestra hacia muchos que la han querido», concluye.
Siguiente: Raquel Mosquera pone a Fidel Albiac en el punto de mira
