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Entre ‘felaciones’ y ‘maricón’: La accidentada participación de Juan Carlos I en ‘Salvados’

Era lo último que el rey Juan Carlos I esperaba. El pasado mes de enero, el emérito cumplía 80 años. Días más tarde, su hijo, Felipe de Borbón, llegaba a la redonda edad de 50. Y ‘Salvados’, el programa presentado por Jordi Évole, va camino de la década en emisión, todo un logro televisivo para los tiempos que corren.

Pese a lo que podamos pensar, todavía queda bastante de aquel personaje que Évole encarnaba en las noches de ‘Buenafuente’ en Antena3 (‘El follonero’). Si don Juan Carlos I pensaba que iba a hablar únicamente de la valía profesional de su amigo José María García, estaba muy equivocado. La reacción del Borbón, impredecible y reprobable.

El Rey Juan Carlos cuelga el teléfono a Jordi Évole

«Don Juan Carlos, estábamos aquí hablando con José María García, que es también periodista, por encima de todo y me dice que si hubiera tenido la exclusiva de Botsuana, también la hubiese dado en su programa, ¿usted cómo se lo hubiese tomado?«, le lanzaba, sin paños calientes, el que entrevistase hace poco al mismísimo Nicolás Maduro.

Son muchos los parches que ha tenido que poner Casa Real desde el año 2011. Más de siete años de tropezones reales que el pueblo ha tenido que soportar con hombros de hierro. Si existen temas intocables en la vida del Rey Juan Carlos I, esos son, entre otros: El caso Nóos, donde su hija estuvo como imputada (y finalmente fue absuelta). Cabe recordar que su yerno, Iñaki Urdangarin, está condenado a seis años y tres meses de cárcel y que el próximo 21 de marzo el Tribunal Supremo revisará el recurso de apelación. La Fiscalía del Alto Tribunal solicita un incremento de la pena hasta los diez años de prisión.

Y por supuesto, otro de las preguntas tabú para el rey Juan Carlos son las basadas en el conflicto internacional que desató el monarca con la escapada furtiva a Botsuana. El Rey Juan Carlos I, en abril de 2012, hizo de su capa un sayo, tomó un avión privado y a su entrañable amiga Corinna y puso pies en Botsuana para desconectar del «agobio» que suponía ver a su país en el peor año de la crisis económica. Aquel viaje fue el detonante para que los medios de comunicación levantasen las alfombras de Palacio y publicasen: la fotografía del Rey cazando elefantes, la figura de su amiga especial, Corinna, y la aparatosa caída que le supuso una rotura de cadera y la delicada operación en Madrid. Juan Carlos I, rey de España durante casi cuatro décadas, ¿cómo un periodista iba a saltarse las normas e iría a traición a preguntarle por el caso que lo llevó a la abdicación? Así fue.