La noche del 28 de mayo del 2011 Ortega Cano circulaba en su vehículo por la carretera A-8002 en dirección a su finca «Yerbabuena«, situada en Castilblanco de los Arroyos. Eran las 22:30 y el fallecido Carlos Parra circulaba en sentido contrario al diestro, Ortega Cano invadió el carril contrario y el accidente acabó con la muerte de Parra. El torero permaneció atrapado en su coche durante varias horas, más tarde fue trasladado al Hospital Virgen Macarena de Sevilla para ser dado de alta el 11 de julio después de haber pasado por la UCI.
Mientras Ortega Cano se debatía entre la vida y la muerte, su excuñada Rosa Benito participaba en Supervivientes y, por decisión de su familia, desconocía el suceso del accidente. Fue entonces cuando Aída Nízar entró en la edición del programa de supervivencia y viajó a Honduras para participar.
El tema principal de la gala 10 de Supervivientes 2011 fue la convivencia de Rosa Benito con Aída Nízar y la conversación que mantuvieron sobre Ortega Cano. Y es que la ex gran hermana conocía el estado del torero y la gravedad del accidente. Entonces empezó a preguntarle a Rosa: «Si Ortega Cano se muere… ¿Dónde le gustaría ser enterrado?» Rosa Benito ajena a todo lo que estaba ocurriendo en España respondía a Nízar.
Ante esta situación, Jorge Javier fue muy claro: «Antes de empezar he escuchado la conversación entera y hemos tenido que suprimir fragmentos porque era absolutamente monstruoso, yo jamás pensé que una mujer pudiera ser tan mala persona«.
El presentador se mostró muy enfadado con la concursante y aprovechó el momento para reprochar a Aída su actitud con Rosa Benito: «Si tienes un poco de dignidad, si todavía te queda algo, estate callada. Esta conversación ha sido vista por todos los responsables de este programa y nunca se había producida esa unanimidad al ver unas imágenes. La palabra es asco, bochorno, vergüenza, consternación… ¿Cómo se puede ser tan mala persona?, ¿Cómo se puede jugar con los sentimientos de esas familias?.» Tanto la dirección de Supervivientes como Jorge Javier se mostraron muy tajantes con Aída Nízar y aseguraron que en cuanto llegase a España tendría serias reuniones con la dirección de la productora.
Jorge Javier terminó estallando después de que Aída le dijese que no iba a permitir que la llamase mala persona: «Hubiera empleado otro termino que empieza por ‘h’ y termina por puta… ¿Tú te crees que es digno hablarle a Rosa de dónde le gustaría ser enterrado Ortega Cano? ¡No voy a seguir hablando con una enferma!«.
Para Jorge, el momento más tenso de la noche le esperaba en el plató cuando la madre de Aída se encaró con él recriminándole las palabras que había dedicado a su hija. La madre retó al presentador entre llantos a volver a repetir esas palabras y Jorge Javier no lo dudó: «Si yo estuviera en la calle la hubiera llamado ¡hija de puta!«.






































En aquella entrevista, Belén se pronunciaba, por vez primera, sobre los problemas que estaba encontrando para firmar el convenio regulador: «No ha querido firmarlo. He pedido una casa para mi hija, 150.000 pesetas y un mes de verano que él escoja para que se la lleve. Pero como no está de acuerdo con las condiciones, este mes de agosto no se la dejo. No se la va a llevar porque por esa niña (con once meses) he dado la cara yo y soy yo la que la mantengo y la que la ha tenido». Ante la posesión con la que Belén se refería a su hija, Ximo Rovira llamaba la atención a su invitada: «Entiendo que también es su hija, no sé por qué te refieres a ella con esa posesión» a lo que ella respondió: «Yo le dije que se la llevara quince días en agosto y él me dijo que se la quería llevar todo el mes y yo le dije que todo el mes no».
Pero no solo en esta ocasión Belén Esteban confesaba no querer que Jesús tuviera relación con su hija. La Princesa del Pueblo visitaba el plató de ¡Qué calor! para conceder una entrevista a la periodista Cristina Tàrrega. Durante su intervención Belén reconocía lo que ahora niega: que Jesulín de Ubrique quería la custodia compartida: «Él no quiere darme la custodia de la niña. A mi hija te aseguro que no me quita, no tengo miedo de nada. No me la va a quitar por mucho que me diga que va a luchar por la custodia de su hija». En esa tertulia también explicó que Carmen Janeiro quería ver a su sobrina pero que, para que se produjeran esos encuentros «siempre tengo que estar yo delante, que soy su madre. Y eso es lo que tu no quieres».



De este modo, el Príncipe Andrés pretende blindar el futuro profesional y económico de sus hijas, que ven como poco a poco van siendo relegadas de su función con la corona desde la llegada de Kate Middelton a la corte británica. El que la mujer de Guillermo de Inglaterra, heredero del heredero al trono, cuente con el beneplácito de Isabel II, supone, a los ojos de las hijas del Príncipe Andrés que ella acuda a los eventos más glamurosos, tenga mucha más ropa, disponga de su propia limusina para sus desplazamientos y que, además, cuente con un equipo de protección real privada. Ella que no tiene sangre real, mientras que las nietas directas de la reina deben viajar en turista para ahorrar costes a la Corona.
Respecto a lo de Marc Márquez, la propia protagonista se ha pronunciado en el programa Partido a Partido de Radioset y ha asegurado que le parece un poco lucrativa esa noticia. «Ya lo dejé claro en su día, me pidió una foto y no ha habido nada más. Jamás he tenido una cita con él, no le he llegado a conocer más que aquella vez en la que pidió una foto cuando era pretendienta y nunca han salido palabras sobre él de mi boca. Sí que dije que era muy mono, que no sabia quien era cuando se me presentó pero no tengo nada que ver con él», ha concluido firmemente.


















