No hace falta ser un experto para referirse a Pastora Soler como una de las mejores voces de nuestro país. 20 años en la industria musical y una apabullante trayectoria profesional avalan la exquisitez de la de Coria del Río sobre los escenarios.
En una sincera entrevista en exclusiva con Bertín Osborne, Pili Sánchez, que es como realmente se llama, abrió las puertas de su hogar sevillano para confesar, entre lágrimas, los verdaderos motivos por los que tuvo que abandonar su gran pasión: la música.
Profeta en su tierra
Todo comenzó un 8 de marzo de 2014 en Sevilla. Pastora es una mujer exigente, demasiado, al menos eso dicen las personas de su entorno como su marido, Francis Viñolo, su hermano, José Luis, y su coach vocal. Auditorio Fibes, 4.000 entradas vendidas desde hacía meses, su tierra, su familia expectante por la magistral actuación de una niña convertida en mujer y desarrollada y consagrada como una de las artistas más relevantes de España.
Confiesa que llevaba días sintiendo que la presión podía con ella. Salió al escenario y sus nervios, en lugar de disiparse, permanecían. De repente, en mitad de la actuación, y justo antes de terminar de cantar, pensando que le tocaba un cambio de vestuario, su vista se nubló y cayó al suelto en redondo. Su siguiente imagen era ella, entre bambalinas, con ganas de volver a salir pero con la rotunda negativa de sus familiares y sus médicos.
Después vino Málaga
Tras aquel fatídico 8 de marzo, Pastora se recuperó y vino un verano completo de conciertos. «10 o´15», apuntó ella. Solo faltaba Málaga y Madrid para concluir su exitosa gira. Y fue precisamente en la ciudad andaluza, patria chica de su marido, donde «me quedé muda, sin voz, de la misma tensión (…) Le dije a mi hermano ‘se acabó’«. En su desgarrador relato, la cantante confiesa que «tengo una imagen de meterme debajo de una mesa entre bambalinas y si hubiera habido algo allí debajo me hubiera quitado la vida«.
«Quería desaparecer y lo único que pensaba era que por qué no había algo que me quitara del medio. Había demasiado dolor. Cerré los ojos, me vistieron, me metí en el coche y no abrí los ojos hasta que llegué al hotel. Esa noche no dormí y ya lo había pensado, que ya, que se acabó, que ya no podía más«, dijo.
Retiro de la música
En diciembre de 2014, después de un año fatídico incluyendo el desmayo en pleno concierto y el haberse quedado afónica en el Teatro Cervantes de Málaga, tanto Pastora Soler como su equipo emitieron el comunicado definitivo:
«Os hablo desde un corazón roto de dolor, de impotencia y con esta angustia que he sentido y siento y que tardaré mucho en olvidar… Como os dije anoche el respeto por mi público es lo más grande que he aprendido en estos 20 años… He puesto todo de mi parte por superar un miedo escénico que apareció en mi vida el 8 de marzo de este año, lo creí superado pero anoche de nuevo en Málaga, ante un público al que le debo tanto y una tierra que siento mía, me fallaron las fuerzas de nuevo afectando esta vez incluso a mi garganta… No puedo más que agradecer vuestro cariño y comprensión y deciros que ya no me quedan fuerzas para seguir. Debí tomar la decisión de poner un punto y aparte en mi carrera hace algunos meses pero mis ganas de luchar me impulsaron a seguir. Hoy os anuncio la decisión de dejar mi actividad profesional hasta volver a recuperar la confianza en mí. Lo siento con toda mi alma«.
Los verdaderos motivos
Confiesa que todavía le cuesta hablar de eso. Pero la vida le sonríe. En ese retiro, Pilar Sánchez ha sido madre. La vida le ha entregado a su pequeña hija, Estrella, a la que empezó a cantarle desde que la lleva en su ser. Respecto a su retiro de la música, confesó, entre lágrimas:
«Me hice mil pruebas y al final era un cúmulo de nervios, de preocupaciones y de haber estado más de diez años con discos y giras, con Eurovisión por medio. Llevaba veinte años disfrutando y veía que eso ya no era así, que el escenario se había convertido en mi enemigo. La única manera de ordenarlo todo es parando y quiero volver a disfrutar».
En la actualidad
En una reciente entrevista para ‘Interviú’, Soler ha confesado que «disfrutaba tanto dando conciertos que enseguida noté que algo me estaba ocurriendo. Pasé de desear que se parara el tiempo cuando estaba sobre el escenario a todo lo contrario, pensar ‘que se acabe esto ya’. Defender la gira se convirtió en una pesadilla».
Por este motivo, cobra vital importancia su vuelta a los escenarios con su nuevo álbum de estudio ‘La Tormenta’: «Me quité toda la presión. Quería un disco agradable, bonito y emocionante. Tras ese paréntesis, la lección aprendida es que con calma salen mejor las cosas. Siempre he querido controlar todo, pero eso te lo vas echando en la espalda y a mi me pasó factura. Pero tengo un equipo que me ayuda y yo intento estar tranquila y relajada», relataba para Europa Press.