Premios Goya son sinónimo de elegancia, glamour, estilo… O al menos eso intentan la mayoría de actores, actrices, celebrities e incluso el panorama político nacional, que también hace acto de presencia.
Pero no siempre sale bien la jugada. En una acto de llamar la atención o simplemente por vivir una forma diferente de expresión, hay algunos invitados que no terminan de acertar con su outfit. ¿Quieres saber quienes han sido los horteras de bolera más fuertes de este año? Presta atención.
La Terremoto de Alcorcón
Pepa Charro, conocida artísticamente como la Terremoto de Alcorcón, aparecía en la alfombra roja con este original diseño de Eduardo Navarrete. El vestido llevaba caras estampadas, corte sirena y un volumen que no estamos demasiado seguros de si es el que mejor pudiera sentarle a la brillante actriz.
Si por algo destacó la Terremoto en la pasada noche de premios, fue por el discurso feminista con el que quiso dar un golpe en la mesa y por el que lanzó zascas a diestro y siniestro. Bastante más guapa y elegante con esmoquin de tres piezas negro mientras emitía el discurso, preguntó a José Mota, por ejemplo, «¿cuáles son tus trucos de belleza?», aludiendo directamente a esos periodistas que lanzan cuestiones con tintes machistas a las mujeres con talento. ¡Sigue leyendo para ver a las más horteras!
Rossy de Palma
Rossy de Palma, amiga personal de diseñadores como Jean Paul Gaultier o Azzedine Alaïa, quiso rendir homenaje a este último por su reciente fallecimiento, una pérdida que el mundo de la moda ha llorado y que las celebrities alrededor del mundo están recordando llevando los vestidos del maestro francés.
Hiba Abouk hizo lo propio en la pasado gala de los premios Goya 2018. Aún así, Rossy no acertó demasiado. Unas plataformas demasiado exageradas y un exceso de información imposible de digerir en el tronco superior.
Leticia Dolera
Leticia Dolera es una de esas actrices que ha tirado de la manta, ha denunciado abusos en la industria y ha llevado por bandera un discurso feminista que desde aquí aplaudimos profundamente. Su elección era fantástica, un esmoquin en blue velvet del genial diseñador Roberto Diz, pero la ejecución no quedó tan perfecta como se esperaba.
El esmoquin, por norma general de protocolo, no es nunca pitillo. Y menos en 2018, cuando el pantalón pitillo murió y pasó al desuso hace ya casi cinco años. El complemento que más llamó la atención fueron sus bailarinas en punta. Leticia se negó a llevar tacones, otro lastre que según ella arrastra la mujer y por el que no estaba dispuesta a pasar. Eliminando cadenas obtuvo un suspenso. Nos gustas Leticia, pero anoche tropezaste a pesar de ir plana.
Massiel
No compramos el argumento de la edad, la comodidad, ni ninguna de esas excusas para una gala como la de los premios Goya. Marisa Paredes es coetánea de Massiel (incluso un año mayor) e iba espectacular con su capa dorada y vestidazo negro de Sybilla.
Massiel hizo su aparición con un pantalón clásico negro, blusa de lentejuelas, cardigan de lentejuelas, pashmina de lentejuelas y… bolso, ¿adivináis de qué? Sí, de lentejuelas. Ya en 2015 dejó un modelito que pasará a la historia de los Goya como lo peor de lo peor. Pinchad aquí para verlo.
Penélope Cruz, imprescindible en los premios Goya
No podemos decir, como tal, que Penélope Cruz haya sido una de las más horteras de los premios Goya. Decir por decir no cuenta. Vamos a argumentar el hecho de que podría haberlo hecho mucho, pero mucho mejor. Penélope Cruz es nuestra actriz más internacional, nuestro referente en Hollywood, el nexo de unión entre la meca del cine mundial y nuestro humilde país.
Sus conocimientos adquiridos allí parece no ponerlos en práctica aquí. Igual que cuando fue a recoger su Oscar lo hizo de forma magistral al más puro estilo Audrey Hepburn, de un tiempo a esta parte parece haberse relajado: ha optado por palabras de honor de Oscar de la Renta o vestido muy ceñidos de Versace, como este blanco que lució el pasado sábado. No es su vestido, no es su mejor momento y desde luego no es su mejor peinado. Media melena, suelta y hacia un lado, sin marcar, sin terminar de hacer, al menos, en apariencia. Definitivamente, no lo entendemos.
Según parece, Penélope Cruz habría acudido a Donatella Versace personalmente para lucir uno de sus diseños y poder calmar el tremendo cabreo que la directora creativa de la firma italiana tiene no solo con Penélope sino con la producción completa de la serie ‘The Assassination of Gianni Versace’ (‘El asesinato de Gianni Versace’). En este proyecto se ficción, Cruz recrea precisamente a la hermana del diseñador asesinado, Donatella Versace, con quien parece haber firmado la pipa de la paz a través de este vestido.