La infanta Cristina se equivocó, apostó todo al rojo y salió negro. Desde entonces, está apartada de la familia real. Ante sí, un panorama desolador. Su marido en prisión y ella muy tocada a nivel psicológico. Por si lo anterior no fuera suficiente, ha sufrido una grave humillación pública que ha sido la puntilla para una mujer que tuvo el mundo a sus pies y salió por la puerta de atrás de Zarzuela.
La hija de los reyes eméritos se ha quedado sola. Hasta su madre se ha distanciado de ella a petición de don Felipe. Doña Letizia no quiere ni escuchar su nombre, no le perdona los desaires del pasado. Tan solo le queda la mano amiga de su hermana Elena y la lealtad inquebrantable de los Urdangarín.
Adiós, Infanta, adiós
A la infanta Cristina le hizo especial ilusión cuando le comunicaron que un hospital de Badajoz llevaría su nombre. Sin duda, todo un reconocimiento a su labor como miembro de la familia real. Sin embargo, el tiempo se llevó el rédito que tuvo durante años. Pasaba por ser una de las más cercanas del clan de los Borbones. Jamás hizo alarde de lujos en su vida. Parecía tan normal que hasta trabajaba.
El tsunami Noos acabó con los Urdangarín. Cristina y su marido fueron apartados de Zarzuela sin posibilidad de retorno. Ahora que Iñaki está en prisión, la infanta sufre como nunca el ostracismo. Exiliada de lujo en Suiza, Cristina ve la vida pasar casi sin apoyos. Dinero no le falta pero sí compañía. Y desde su atalaya dorada ha conocido que en Badajoz ya no la quieren. La junta de Extremadura ha tenido que atender a las muchas peticiones que solicitaban que el Hospital Infanta Cristina de Badajoz cambiara de nombre. El clamor popular ha sido atendido y la junta ha decidido que la hija de los reyes eméritos se vea borrada del centro médico, que ahora se conoce como Hospital Universitario de Badajoz.
Giro radical en la vida de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarín
Hubo un tiempo en el que la infanta Cristina e Iñaki Urdangarín eran duques de Palma y vivían felices junto a sus cuatro hijos. Sin embargo, un buen día las cosas cambiaron. En julio de 2010, el juez José Castro abrió una pieza relativa al Instituto Nóos, dentro del proceso por presunta corrupción conocido como caso Palma Arena. El Instituto Nóos se trataba de una fundación teóricamente sin ánimo de lucro de la que fue administrador Iñaki Urdangarín y en cuya directiva se sentó su esposa, la infanta Cristina. Sin embargo, partir de julio de 2010, la vida de los entonces duques de Palma dio un giro de 180 grados y todo fue a peor.
«La justicia es igual para todos». Esas fueron las palabras de Juan Carlos I en su discurso de Nochebuena en 2011. Unas palabras que reflejaban que el entonces jefe del Estado no iba a mover un dedo para intentar proteger a su hija menor y a su yerno de sus problemas con la justicia. Problemas que salpicaron a la infanta Cristina y a Iñaki Urdangarín cuando fueron imputados por presuntos delitos en la actividad de Nóos. Un proceso judicial que duró algo más de cinco años y cuya sentencia condenó a Iñaki Urdangarín a seis años y tres meses de prisión y a pagar una multa de 512.000 euros, mientras que la infanta Cristina fue absuelta pese a ser sancionada con 265.000 euros por responsabilidad civil.
El aniversario más amargo de la infanta Cristina e Iñaki Urdangarín
Hoy, 4 de octubre de 2018, se cumplen 21 años desde que Cristina de Borbón e Iñaki Urdangarín se dieran el ‘Sí, quiero’. Sin embargo, hoy no es precisamente un día de celebración para los ex duques de Palma, quienes tienen que hacer frente a su primer aniversario de boda separados. Un distanciamiento forzoso debido a que el marido de la infanta Cristina se encuentra cumpliendo condena en el cárcel de Brieva por su implicación en el caso Nóos. A pesar de que se habla mucho sobre el estado de salud del ex jugador de balonmano, lo cierto es que más preocupa el de la Infanta Cristina. Apartada de todo, vive sus días más aciagos. Insisten a esta publicación que la infanta llora en privado, harta del ruido que se genera en torno a su figura. ¿Conseguirá salir del pozo en el que se encuentra?
Corría el año 1997 cuando las calles de Barcelona celebraban la unión de la pareja. Desde entonces ha llovido mucho. La infanta Cristina e Iñaki Urdangarín han tenido cuatro hijos, el matrimonio ha disfrutado de momentos felices, pero también han tenido que hacer frente a unos años complicados, en los que ambos se han visto imputados en el caso Nóos. Sin embargo, pese a todas las dificultades que se han encontrado por el camino, el matrimonio permanecido unido y la infanta Cristina acude regularmente a visitar a su marido a la cárcel de Brieva, en la que cumple condena desde el pasado 18 de junio.
Adiós al título de duquesa de la infanta Cristina
En junio de 2015, el rey Felipe VI tomó la decisión de revocar el uso del título de duquesa de Palma a su hermana la infanta Cristina. ¿El motivo? La negativa de la hija menor de los ahora reyes eméritos de renunciar a sus derechos de sucesión al trono de España tras haberse visto involucrada en el caso Nóos. Una petición que en su momento le hizo el rey Juan Carlos I y, después, don Felipe.
La Casa del Rey emitió pues un comunicado anunciando la publicación en el Boletín Oficial del Estado de un real decreto por el cual don Felipe revocaba a su hermana la posibilidad de usar el título de duquesa de Palma. Un título el cual le fue otorgado a doña Cristina por su padre, Juan Carlos I, en 1997, cuando contrajo matrimonio con Iñaki Urdangarín. Con esta decisión, Felipe VI constató una vez más el distanciamiento que mantenía con su hermana desde que se iniciara la imputación de ésta en el caso Nóos por los negocios de Iñaki Urdangarín, lo cual hizo que la imagen de la Corona se viera ensuciada ante la opinión pública.
La familia Urdangarín de Borbón se muda a Ginebra
A finales del verano de 2013, la infanta Cristina se trasladó con su familia a vivir a Suiza, después de que la Fundación La Caixa le encargara coordinar sus programas con las distintas agencias de Naciones Unidas cuya sede se encuentra en Ginebra. Iñaki Urdangarín también se trasladó junto a su mujer y a sus hijos, aunque estuvo viajando con mucha frecuencia a Barcelona para continuar con el procedimiento judicial del caso Nóos. Un cambio de residencia que fue muy bien acogido por los entonces duques de Palma para poder alejar a sus cuatro hijos del foco mediático al que estaban sometidos desde que estallara el caso Nóos.
Un foco mediático del que Iñaki Urdangarín no se escondió, incluso cuando ya se había dictado sentencia por el caso Nóos. A finales de febrero de 2017, el marido de la infanta Cristina salió de madrugada de su domicilio en Ginebra para dirigirse al aeropuerto. La sorpresa se produjo cuando éste salió a pie de su residencia para coger el autobús a las cinco de la mañana. Fue entonces cuando Iñaki Urdangarín coincidió con el periodista de El programa de Ana Rosa Pepe del Real, quien estaba haciendo guardia a las puertas de su domicilio. «Le he dicho que si quería, le llevaba yo al aeropuerto, porque tenía el coche de alquiler aparcado cerca, pero me ha dicho que no», explicó el periodista, quien acompañó al marido de la infanta Cristina a pie hasta la parada del autobús público, donde el cuñado del Rey esperó al autobús durante 20 minutos.
La infanta Cristina, hundida y alejada de la Familia Real
A raíz de que Iñaki Urdangarín fuese imputado en diciembre de 2011 por presuntos delitos en la actividad de Nóos, la vida de la infanta Cristina cambió por completo. Si hasta entonces era habitual verla en actos públicos u oficiales, a partir de esas Navidades todo cambió. En la Fiesta Nacional del 12 de octubre de 2012, Zarzuela aplicó un nuevo protocolo: las hijas del rey Juan Carlos I ya no estarían en la tribuna principal y tampoco en la línea de saludo del Palacio Real. La Familia Real quedó reducida a un núcleo formado por los Reyes, los Príncipes de Asturias y sus hijas.
Desde entonces, la infanta Cristina quedó en un segundo plano. Visitó en el hospital a su padre convaleciente de alguna de sus operaciones y también acudió a alguna ceremonia familiar, pero nunca más a actos oficiales. A pesar de que en junio de 2015 se quedó sin su título de duquesa de Palma, el título de Infanta nadie se lo puede quitar si ella no accede a ello voluntariamente.