Las cosas no están bien en Zarzuela. Algunos funcionarios consideran que doña Letizia quiere sobrepasarse en su papel de reina consorte. Es por eso que le han enviado un fuerte mensaje para que no olvide cuál es su papel. Esto hila con los últimos cambios que ha sufrido doña Letizia. Así están las aguas de revueltas en palacio. Sigue leyendo porque no tiene desperdicio.
Letizia tenía un sueño
Antes de casarse con don Felipe, Letizia Ortiz soñaba con dos cosas: poder seguir desarrollándose como periodista y tener agenda propia como princesa. Ambos deseos fueron descartados por los problemas que planteaban. Imposible mantener el secreto en TVE de que la princesa tenía allí un despacho donde trabajaba, siempre que su agenda se lo permitía, en la elaboración de programas especiales. En cuanto a la segunda petición, también fue descartada porque eso hubiera dado lugar a una bicefalia en Casa Real y los malentendidos hubieran sido muchos.
Doña Letizia tiene muy claro cómo desarrollar su papel de reina consorte. Se trata de un camino totalmente opuesto al seguido por doña Sofía. Nada de inaugurar hospitales o posar con los más desfavorecidos. A ella le van otras iniciativas. El problema es que su trabajo se desdibuja porque toda la atención se focaliza en sus looks y en su maravillosa apariencia física. Cuando era periodista, la reina no estaba ocupada y preocupada por su aspecto, como ocurre ahora. Se cuidaba lo justo. Tan solo hay que ver las imágenes del día de su boda. Su piel luce deshidratada y se nota el paso del tiempo. En cambio, ahora, todo es luminosidad y cero arrugas.
Suavizando a Letizia
A doña Letizia le pasó una gran factura el desencuentro con doña Sofía en la última misa de Pascua. A partir de ese momento, las críticas hacia ella resurgieron con fuerza mostrando una apabullante mayoría a favor de su suegra. Posteriormente, salieron a la luz las confesiones de Corinna y eso hizo que don Juan Carlos fuera apartado de la foto oficial. Se trataba de salvar a don Felipe y para eso había que alejarlo de su padre. La crisis que experimentó la monarquía fue de gran calado entre los dos hechos anteriormente relatados.
Y fue ahí donde la reina perdió una parte del poder que tenía. Se diseñó un plan para reconciliarla con doña Sofía y otro para salvarla de la quema. En esos momentos, su fuerte carácter era ampliamente rechazado. Por tanto, se impuso una política de gestos para que quedara claro que quien mandaba era el rey y que la labor de la reina consorte se circunscribía a la de él. A doña Letizia no le gustó la medida pero tuvo que tragar porque la institución es lo primero. También le desagrada sobremanera el protagonismo de su suegra en la agenda real. Al rey no le ha quedado más remedio que echar mano de doña Sofía por ser el miembro de la familia real mejor valorado y más querido. (Foto: Casa de S.M. el Rey)
El paso atrás de la reina
En Zarzuela han aprovechado el viaje de don Felipe y doña Letizia a Perú para enviar un claro mensaje. El que manda es el rey y la reina se circunscribe a él. A tal efecto han publicado una imagen donde se ve en primer plano a don Felipe y tras él a doña Letizia. La cuestión es que a la reina la han difuminado. Sobre esto, mucha tela que cortar. Queda claro que no desean en palacio que nadie se llame a engaño sobre el papel de Letizia, ni tan siquiera ella misma.
Doña Letizia parece que ya ha asumido que el protagonismo es para su marido y adopta un segundo plano de forma natural. En la foto donde ambos saludan al presidente de Perú y a su esposa, la reina aparece, levemente, por detrás de su marido. Son apenas unos centímetros pero el lenguaje corporal lo dice todo. Idéntico análisis se obtiene de la instantánea donde se la ve del brazo de don Felipe subiendo las escaleras del Palacio de Gobierno. (Foto: Casa de S.M. el Rey)
Letizia, una royal con alma de celebrity
El viaje de los reyes a Perú tiene una duración de tres días y una agenda apretada. De lo visto hasta ahora, queda claro que doña Letizia está mostrando su versión más dulce y menos llamativa. Sonríe con frecuencia y ha optado por un maquillaje más natural que en anteriores comparecencias públicas. La cuestión de chapa y pintura es muy importante para conseguir que la reina empatice con esa parte de la sociedad que la percibe altiva por demasiado sofisticada.
No es casualidad que a doña Letizia se le aprecien canas ni que luzca a cara lavada. Todo forma parte de un plan estratégicamente diseñado para que la gente pueda reconocerse en ella. Algo que sí ha conseguido doña Sofía no haciendo excesos en cuanto a apariencia. En el caso de la reina, ha sido una equivocación apostar tanto a la carta de la moda porque eso la ha convertido más en celebrity que en royal. (Foto: Casa de S.M. el Rey)
Elena y Juan Carlos, enfadados con Felipe
No será hasta el próximo viernes, 16 de noviembre, que doña Sofía vuelva a la vida pública. La reina se ha tomado un descanso y ha puesto rumbo desconocido. Probablemente, haya divido sus días entre Grecia y Londres. Le encanta visitar su país de origen porque allí vive su hermano Constantino, que, a pesar de sus problemas de salud, acompañó a su hermana en la celebración de su ochenta cumpleaños. En cuanto a Londres, doña Sofía disfruta perdiéndose en los grandes almacenes. Puede pasar horas mirando y remirando. Y sí, le gusta comprar, así lo aseguran personas de su entorno. En Londres se siente muy bien porque disfruta de un anonimato que le permite moverse libremente.
Quien sigue sin tener actos públicos es la infanta Elena. Hace unos meses, tuvo un par de compromisos pero las cosas con don Felipe están muy tirantes. El rey no confía en ella porque no ha seguido sus premisas en temas de vital importancia. Tanto apoyo a Cristina le ha pasado factura a Elena, que está completamente volcada en su padre. Ambos forman una piña que nada quiere saber de don Felipe. Don Juan Carlos está molesto porque considera injusto que ni se le reconozcan los méritos de la Transición. Su hija mayor le apoya de forma incondicional y eso hace imposible recomponer la relación con el rey.