Doña Letizia ha hecho suya la máxima de que nada mejor que lucir estupenda para conquistar el mundo. La reina se esmera en llevar looks que dejan con la boca abierta al personal. De hecho, se ha convertido en una it girl y las firmas de moda rezan para que luzca sus creaciones. En cuestión de outfits, doña Letizia ya le pasa la mano por delante a Rania de Jordania. Te contamos cuánto gasta la reina en ropa y hasta dónde llegan sus manías en este terreno. No te pierdas lo que viene a continuación.
Letizia y el espejito mágico
Si hasta ahora Rania de Jordania era considerada la reina que más gastaba en ropa, doña Letizia le ha pasado la mano por delante. Y eso que le advirtieron que no siguiera la estela marcada por la esposa del rey Abdalá. Sin embargo, nuestra reina se ha convertido en una fashion victim y de ahí no hay quien la baje. De hecho, algunos alertan que la esposa de don Felipe ha desarrollado una manía que consiste en mirarse y remirarse en todo espejo que encuentra a su paso. Observa todos los detalles y si algo no le convence, corre a cambiarse. Esto hace que se prepare con horas de antelación cuando tiene un acto.
En Vanitatis han hecho una estimación sobre el gasto anual de doña Letizia en ropa y aseguran que invierte el 60% de su presupuesto en moda. La cifra asciende a 80.045 euros. Una cantidad importante que se acerca pero no refleja totalmente la realidad de Letizia. Es posible que desembolse muchos más euros porque también luce piezas de alta costura. Últimamente se ha empeñado en vestir de una determinada firma que poco o nada tiene de barata. Nadie sabe si es que mantiene algún vínculo especial con la firma de alta costura o bien se trata de puro encantamiento por la ropa que diseñan. En este sentido, la reina no escapa a la polémica.
Las contradicciones de la reina
Hace algún tiempo, doña Letizia fue objeto de críticas por la opacidad con que se trata en Zarzuela el tema de los envíos que las firmas de moda le hacen llegar. Se dijo que Eva Fernández había sido contratada para eso pero parece que más bien ejerce de estilista. También se ha convertido en uno de sus grandes apoyos y suele acompañarla a los actos. Forma parte de su grupo de amigos de confianza. Lo que bien podría llamarse la corte de Letizia.
Los años han transformado a doña Letizia en una mujer ocupada y preocupada por su aspecto. De ahí que se la tache de fashion and beauty victim. Es algo que sorprende en ella ya que suele quejarse de que toda la atención recae en el modelito que lleva y no en el acto institucional que protagoniza. La reina pone especial énfasis en recalcar que se prepara concienzudamente los temas a tratar pero que este trabajo pasa desapercibido. Natural si tenemos en cuenta que luce espectacular. Pasan los años y está cada día más joven, glamurosa, elegante y guapa. Difícil concentrarse en otra cosa que no sea su persona.
Letizia, fashion and beauty victim
Otra de las obsesiones de la reina Letizia es mantener el paso del tiempo a raya. A tal efecto, se somete a sesiones de medicina estética para lucir una piel tersa y luminosa. También ha pasado por quirófano para mejorar ciertas partes de su anatomía. Empezó diciendo adiós a una de sus señas de identidad, la nariz, y ha continuado. Sin embargo, ella se empeña en negar lo evidente. También presta mucha atención a su melena. De ella se ocupa Luz Valero, a quien conoció en sus tiempos de TVE. Esta peluquera aplica tratamientos para que el cabello de la reina esté hidratado, sedoso y vitaminado. Se comenta que en el staff de peluquería de doña Letizia hay otra estilista. De momento, su nombre no ha trascendido.
En cuanto al físico, la reina se cuida mucho. Come de forma sana, practica ejercicio y se somete a masajes para tonificar y reafirmar. Con ella utilizan aparatos de estética de última generación cuyos resultados son espectaculares. Ciertamente, al mes se gasta en pico. A esto hay que añadir el tiempo que dedica a estos cuidados.
Suavizando a la reina
Que la reina no logre empatizar con una parte de la sociedad se ha convertido en un problema. Se la percibe alejada de la realidad y subida en una nube de lujo y glamour. Esto ha hecho que en Zarzuela desarrollen un plan para convertirla en una de las nuestras. Se ha dejado ver sin maquillaje acompañando a sus hijas al colegio y vestida con ropa informal. También su melena presenta algunas canas y el maquillaje que luce en los actos oficiales es menos recargado.
Este plan para restar agresividad a doña Letizia incluye también que tenga mayor dependencia de don Felipe. Ha adoptado un perfil más bajo para que toda la atención recaiga en el rey. En algunos actos se ha podido observar que se sitúa unos centímetros tras él. Parece que los días en que la reina soñaba con desarrollarse sola en el ámbito institucional han desaparecido. La suya es hoy una postura de acompañante sin ganas de protagonismo.
La entrega de Letizia a la Corona
La crisis que sufre la monarquía ha obligado a hacer cambios drásticos para mejorar aquello que no funciona. El modelo que doña Letizia quería implantar como reina no ha cuajado. Deseaba que su reinado fuera totalmente opuesto al de doña Sofía. Sin embargo, su impulso y arrojo a la hora de ejercer no ha traspasado. También ha jugado en su contra el querer tener dos áreas bien diferenciadas, la profesional y la privada. Es algo completamente natural. Sin embargo, se ha equivocado al repetirlo hasta la saciedad y ante quien no debía.
Doña Letizia está haciendo un gran esfuerzo para empatizar con la gente. Está siguiendo a rajatabla los consejos de los asesores de palacio. Demuestra que está totalmente comprometida con su papel al hacerlo. Por otro lado, no se le puede poner ni un pero en los actos a los que asiste. Es justo y necesario reconocer que ha evolucionado de forma muy favorable. Gusta y reconforta saber que ha domado algunos aspectos de su personalidad por su compromiso de servicio público. Ciertamente, está llamada a ser una de las mejores reinas de su generación. Es solidaria, inteligente y una mujer comprometida con los problemas reales que azotan a nuestra sociedad. Y sí, nos encanta doña Letizia. ¿Algo que objetar?