Es el más desconocido y también al que todos más protegen. Por eso es más que reseñable que en las últimas horas su nombre esté empezando a tener mayor importancia. Y es que todos quieren saber cómo vive David, el hijo de Antonio David Flores y Rocío Carrasco, la separación de su madre. Lo que nadie pensó es que él también iba a protagonizar un grito de auxilio.
El niño sensible
> Si algo destaca en David Flores Carrasco en su extrema sensibilidad. Es en lo que coinciden quienes le conocen y le han tratado. El joven, al que todos consideran un ángel especial, está muy unido a su familia. Desde que empezó a vivir con su Antonio David, las relaciones con el núcleo paterno se han estrechado. De hecho son muchas las ocasiones en las que le hemos podido ver en compañía de él, Olga y el resto de la familia. Tal vez una de las personas que más le ha protegido siempre es Rocío Flores, su hermana mayor, con la que tiene una relación muy sincera. Tanto, que incluso la joven ha asegurado que decidió participar en Supervivientes para garantizarle su futuro. Lo que nadie podía imaginar es que se iba a convertir en el protagonista de las últimas horas. Y es que, para muchos, su grito de auxilio es más que evidente.
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El grito de auxilio de David Flores
> Aunque sucedió hace algunas semanas, es ahora cuando todo el mundo parece prestar especial atención a la carta que David Flores envió a su hermana mientras ésta se encontraba en Honduras. Y es que las palabras de Carmen Borrego contando la verdad sobre el pequeño, han hecho que todos analicen hasta el extremo las palabras que escribió. Los más emocionales concluyen que más que una misiva, aquello fue un grito de auxilio directo a su madre: «Hola Tata, te echo muchísimo de menos, eres la mejor hermana que he podido tener. Eres nuestra ganadora. Para mí eres una madre, llevas cuidándome desde que nací. Lo del jueves me pareció de una niña con mucha fuerza y con muchos sentimientos por su hermano». Una madre. Se trata, pues, de una forma de llamar la atención de su propia madre. Lo que nadie sabe es que Rocío Carrasco ha intentado, siempre, estar cerca de su hijo. Incluso el día de la boda con un traje para él.
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El traje de boda que David nuca pudo vestir
> A pesar de que son muchos los que aseguran que Rocío Carrasco no quiere -ni ha querido- recuperar a sus hijos, es evidente que ha hecho infinidad de movimientos para estar cerca de ellos. Como cuando contrajo matrimonio con Fidel Albiac. Rocío comunicó a Antonio David Flores -mediante el cauce legal habitual- su intención de que sus hijo acudiera a la ceremonia. Nunca obtuvo respuesta. De hecho, Cotilleo.es ha podido saber, además, que Rocío Carrasco tuvo preparado, hasta el último momento, un traje para que su hijo luciera perfecto durante el enlace. Un hecho que lo cambia todo y que refiere, por tanto, las buenas intenciones de Rocío. Y más ahora que se ha conocido toda la verdad de los motivos del distanciamiento. Actuaciones que están judicializadas pero que descubrimos a continuación.
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La verdad del distanciamiento entre madre e hijo
> «Está judicializado, está todo demandado». Con estas palabras Carmen Borrego explicaba, por primera vez, el motivo por el que Rocío Carrasco no tiene relación con su hijo. Y es que según la hija de María Teresa Campos, Antonio David no le devolvió a su hijo en la fecha en la que estaba previsto (tenían custodia compartida) y esto evitó, entre otros asuntos, que el menor pudiera acudir a la boda con Fidel Albiac. Borrego asegura que fue muy doloroso para Rocío tener que prescindir de sus hijos en un día tan importante y que, con esta información, se demuestra que David dejó de tener relación con su madre por circunstancias ajenas a su voluntad. Sin embargo, esta versión no ha gustado mucho a algunos de los amigos de Antonio David que no han dudado en contar todo lo contrario.
Es cierto. Es un fotoreportaje que da vida a esta sequía informativa que resulta soporífera. Las instantáneas hablan por sí solas. Y lo que dicen no me gusta demasiado. Me da miedo. Tal vez porque la escena me obliga a viajar a través del tiempo en ese tren de los corazones rotos. Más que deseo, percibo tristeza, rebote, falsa resiliencia y necesidad de demostrar una felicidad que parece forzada, estudiada, autoimpuesta. Tengo la sensación de que Diego se ha dejado llevar por esas corrientes que invitan a festejar la pena aparcándose en otros cuerpos o por esa filosofía (sic) que induce a huir hacia adelante para vencer no sé a qué o a quién. Pobre.
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