Después de tanto tiempo sin tomar el sol y especialmente en esta temporada en la que venimos de un confinamiento en el que hemos vivido muy poco al aire libre, saber protegerse del sol correctamente es muy importante para la salud. Aplicarte el protector solar de la forma adecuada para evitar quemarte no impedirá que tengas un buen bronceado y tu piel estará en perfectas condiciones. Hoy te mostramos cómo hacerlo.
Uso de la crema más apropiada

Una de las cosas más importantes a la hora de protegerse, aunque resulte algo muy básico y sencillo, es escoger el protector solar más adecuado para el tipo de piel que tengas. Las pieles más blancas con tendencia a ponerse rojas necesitarán un factor de protección solar más alto que las morenas. Tendrás que tomar en cuenta también la radiación a la que se va a exponer la piel, ya que cuando los índices de radiación están más altos, será necesario utilizar una crema con un factor mayor.
El tipo de protección que debes escoger lo podrás determinar según la tabla de recomendaciones de la AECC para cada tipo de piel, que indica que debe ser siempre igual o mayor que 15, incluso para los índices de radiación entre 1 y 3. Será más sencillo que elijas un protector cómodo de aplicar y de llevar a todas partes, esto facilitará que lo utilices de la manera más apropiada y que no te resulte tedioso tenerlo siempre a mano.
La aplicación antes de salir

Es muy común esperar a llegar a la playa o a la piscina para aplicarse el protector solar y esta no es la mejor idea, aunque se vaya con prisas es algo que se debe evitar. Lo mejor para que el tratamiento resulte efectivo es distribuirlo por las zonas a las que van a llegar los rayos solares unos 30 minutos antes de exponerse a ellos.
Este es uno de los errores más habituales que se cometen a la hora de utilizar cualquier crema solar. También hay muchas personas que deciden esperar a que el sol pegue más fuerte, a partir de la 12:00, porque tienen la sensación de que no quemará cuando todavía no está en su punto más intenso. Esto no es así, la protección debe aplicarse en cualquier hora del día, y si es posible también en los días de calor que no se vaya a la playa o a tomar el sol pero vayamos a estar por la calle expuestos a él.
Distribución con la piel seca

Es muy habitual darse un pequeño chapuzón y aplicarse la crema justo después, o hacerlo al salir de la ducha con la piel mojada antes de ponerse el bikini. El problema de esta forma de proceder es que las gotas funcionan como una lupa, por lo que el riesgo de que se produzcan quemaduras se multiplica.
Aunque es muy recomendable volver a ponerse un protector solar si se da un baño en el mar o en la piscina (indistintamente de que este sea resistente al agua o no) lo más adecuado es secarse bien con la toalla antes de hacerlo. Esa es la forma correcta y la que evitará disgustos y quemaduras indeseadas.
Aplicar de nuevo cada 2 horas

Cuando la exposición al sol es larga, lo que resulta muy habitual en los días en los que decides pasar la tarde en la piscina o toda la jornada en la playa, además de la primera aplicación 30 minutos antes de llegar a la playa o la piscina, será necesario volverse a echar crema cada 2 horas.
Igualmente durante todo el tiempo que se esté expuesto al sol es necesario evitar riesgos cuando los baños se prolonguen por más de 20 minutos, y aplicar contundentemente protector solar al terminar aunque sea resistente al agua. El hacerlo cada 2 horas no quita de que el baño influya en su efectividad especialmente cuando se está en el agua por un largo tiempo.
El uso de After Sun

El uso After Sun tiene grandes beneficios sobre nuestra piel. Las principales ventajas de este producto son que hidrata y nutre la piel, que refresca y alivia el escozor y el calor provocado por la radiación solar, que previene los signos del fotoenvejecimiento y mantiene la piel más joven y además, hará que tu bronceado dure más y sea más uniforme. Lo cierto es que aunque tomar el sol resulte algo en general saludable, la radiación UV estresa la piel, provocando una pérdida de agua y una consecuente sensación de tirantez y ardor.
Esto puede provocar que las fibras de colágeno y elastina se degraden comenzando el proceso de envejecimiento, por lo que usar todos los cosméticos especializados en la protección solar o el tratamiento de la piel expuesta a las radiaciones será lo más saludable para tu cuerpo, y esto incluye el After Sun. Con él lograrás que la piel recupere su hidratación, bajar la inflamación e incluso reparar el daño oxidativo.