Hace apenas una semana, la ‘influencer’ Marina Romero anunciaba en su cuenta de Instagram que está embarazada de tres meses, y que dará a luz en verano. La joven lo comunicaba con una imagen donde aparecía con su pareja y futuro papá, Javier Tudela, mostrando una ecografía e incluyendo un pequeño fragmento de vídeo donde se aprecian los latidos del corazón del feto. De esta forma, Makoke, madre de Javier, se convertirá a sus 51 años en una feliz abuela. La noticia ha entusiasmado a la familia al completo, ya que Marina Romero y su suegra Makoke tienen una relación inmejorable, al igual que con su cuñada Anita Matamoros, a la que considera una de sus mejores amigas.
CUATRO AÑOS DE AMOR
Javier y Marina llevan desde 2017 siendo pareja y al poco de iniciar su relación se trasladaron a vivir juntos al enorme chalet que en aquellas fechas todavía compartían Makoke y Kiko Matamoros, y que se ubica en la exclusiva urbanización La Finca, de Pozuelo de Alarcón en Madrid. Makoke siempre se ha mostrado feliz tener a su nuera en casa y la convivencia parece ser excelente. Además ahora podrá acompañar a la joven en todo el proceso del embarazo, algo que sin duda las unirá mucho más. ¿Qué más sabemos de Marina Romero?

MARINA ROMERO, MODELO E INFLUENCER
Marina Romero es sevillana y es influencer, con más de 200.000 seguidores en Instagram y frecuentes colaboraciones con marcas de moda y cosmética. Comparte profesión con su cuñada Anita Matamoros, de quien es, además de familia política, amiga íntima. De hecho ya se conocían desde antes de que comenzase su relación con Javier Tudela, y fue la propia Anita quien les presentó. El amor surgió rápidamente y la relación también se consolidó pronto. Marina empezó a salir con Javier cuando tenía 20 años y con solo 23 se convertirá en madre.

ES PARTIDARIA DE LA CIRUGÍA ESTÉTICA
Marina se muestra abiertamente a favor de la cirugía estética, y hace un poco más de un año se sometió a un aumento de pecho. La joven, lejos de ocultarlo como hacen otras influencers, compartió en redes el proceso, y publicó algunas fotos cuando estaba ingresada en una clínica sevillana. Recientemente ha vuelto a hablar del tema para aclarar que esta operación no es incompatible con la lactancia materna y que cuando nazca el bebé no tendrá ningún problema para darle el pecho. También parece ser partidaria de otros retoques estéticos, como se puede deducir por algunos cambios que se aprecian en su rostro.

SOCIA DE MAKOKE
Marina ahora mismo está centrada en su trabajo como influencer e imagen para varias marcas, pero en 2018 fue socia de su suegra Makoke en un negocio de manicura que inauguraron en la población madrileña de Majadahonda. También colaboraron juntas en una marca que lanzó una colección de adornos para sujetadores. La joven sevillana también ha trabajado como modelo, gracias a su espectacular figura.

MARINA ROMERO Y LOS TATUAJES
Marina Romero publica en su cuenta de Instagram numerosas fotos suyas donde luce distintos cambios de look. Destaca por su larguísima melena, que va cambiando de color según la temporada, pasando del rubio a su color castaño natural. También la hemos visto con un juvenil flequillo, con rizos, mechas y luciendo prendas de ropa y conjuntos que sirven de inspiración a sus miles de seguidoras. Le encanta viajar y suele compartir fotos de parajes en diferentes lugares del mundo, desde Filipinas hasta Nueva York. La joven tiene varios tatuajes, uno en su hombro que representa una cabeza de indio, la palabra ‘believe’ en el brazo y en la muñeca tiene tatuada la palabra ‘mamá’, en referencia a su propia madre, por quién siente total adoración.

ANITA MATAMOROS ESTÁ IMPACIENTE
La noticia del embarazo de Marina Romero ha llenado de ilusión a sus futuras abuelas, aunque Makoke ha reconocido que le provoca un poco de reparo definirse como tal, siendo tan joven. Pero que la se ha mostrado verdaderamente entusiasmada ha sido Anita Matamoros, que está ya impaciente por ser tía y poder abrazar y consentir a su futura sobrina o sobrino. Dice que la espera se le va a hacer larga, y ya pasa los días pendiente de la tripa de su cuñada, deseosa de sentir las primeras pataditas.
