La reina Letizia es en muchas ocasiones como un libro bastante difícil de leer, y aunque siempre se ha especulado sobre su fuerte carácter, la mayor parte del tiempo ha intentado mantenerlo a raya. Sin embargo, a veces le ha resultado casi imposible forzar la situación y controlar sus impulsos.
Tanto es así, que algunos de sus arrebatos públicos, como el momento en que se enfrentó a su suegra, la reina Sofía, o le negó el paraguas a su marido, el rey Felipe, la han puesto más de una vez en el punto de mira. Pero, en el fondo es muy poco lo que conocemos de su verdadera personalidad, aunque la periodista Pilar Eyre se ha mostrado dispuesta a retratar a la Letizia más desconocida.
El profundo amor que siente por Felipe

> ¿Cómo es la verdadera Letizia? Muchos se hacen esa pregunta, y es que más allá de esa imagen de seriedad, e impenetrable en la que se ha ido escudando los últimos años, hemos podido ver como la reina se iba encerrando cada vez más en sí misma. Hasta tal punto, que cualquier muestra o atisbo de su personalidad se termina convirtiendo en noticia. Sobre este punto reflexiona Pilar Eyre en Lecturas, donde rescata aquellos momentos en los que la reina se ha mostrado siendo ella misma.
Y es tal y como asegura la periodista, todo lo que hay en torno a Letizia es un verdadero misterio, aunque las especulaciones no faltan y están siempre a la orden del día: la relación con su marido, con su suegra, la educación de sus hijas, su aspecto físico… etc. Sin embargo, tal y como asegura Eyre, nadie que la haya conocido en profundidad se ha atrevido jamás a hablar mal en público sobre ella o revelar sus más oscuros secretos.
Justo por eso despierta tanto interés, y es que según cuenta la periodista en Lecturas, al parecer lo de Letizia y Felipe ha sido desde el principio un amor pasional. Tanto, que en los inicios de su noviazgo, no podían siquiera dormir separados. «Cuando aún eran novios, pero vivían juntos en el Pabellón del Príncipe, acudieron a una cacería organizada por Juan Abelló en su finca toledana. Al llegar, vieron que les habían preparado habitaciones separadas. En voz alta, Letizia protestó: ‘¿Qué es esto? ¡Yo me voy!'», relata Eyre en su blog.
Siguiente: El perfeccionismo que Letizia lleva a otro extremo
Perfeccionista y meticulosa hasta la médula

> A todo esto, se suma un aspecto que ya es bastante conocido sobre ella, y es que Letizia es demasiado perfeccionista, hasta tal punto que analiza todo al milímetro y no permite ningún fallo. Algo, que también podemos comprobar con la educación de sus hijas, y es que no consiente que Leonor y Sofía se salgan de los límites de lo protocolariamente correcto. De hecho, incluso puede resultar demasiado exigente con las niñas, según se comenta.
«Modificó tantas veces su vestido de novia en el taller del gran Pertegaz, en la Diagonal de Barcelona, que al final casi no se parecía al diseño original creado por el modisto. El modisto, con todo, acogió estos cambios con la amabilidad que lo caracterizaba. ‘Todas las novias se ponen nerviosas'», relata al respecto Pilar Eyre en su blog.
Además, eso la lleva también a ser excesivamente meticulosa, ya que según puede leerse en Lecturas, en uno de sus primeros veranos de casada, encargó un bikini que llegó a modificar hasta en seis ocasiones para que estuviera perfecto. Y es que Letizia jamás se permitiría enseñar más de la cuenta o salir poco favorecida con tan poca ropa.
Siguiente: Los momentos en los que la sinceridad le ha pasado factura
La sinceridad, uno de sus puntos fuertes o su peor defecto

> Ya hemos visto en muchas ocasiones que a Letizia la sinceridad le ha pasado factura, y es que al mostrarse tal cual es, como cuando intentó imponerse a su suegra, la reina Sofía, durante la famosa misa de Pascua de 2018, la que termina pagando los platós rotos es ella. Sin embargo, eso también puede ser uno de sus puntos fuertes, ya que no se calla cuando de defender una causa justa se trata o incluso a la hora de dar su opinión.
Así lo retrata Pilar Eyre mediante una de sus curiosas anécdotas: «En una comida en Barcelona se sentó al lado una señora que le contó que tenía siete hijos, de lo que Letizia dedujo: ‘Eres del Opus’. La señora le confesó, también, que tenía mucho trabajo preparando la boda de la mayor, a lo que Letizia apuntó: ‘Supongo que viven juntos’. La otra dijo que eso no lo veía correcto y Letizia se horrorizó. ‘Pero ¿cómo? Eso es malísimo. ¡Deben convivir antes de casarse! ¿Cómo va a salir bien el matrimonio si son unos desconocidos el uno para el otro?'», relata la periodista. Y es al parecer Letizia tiene muy claras sus ideas, y esa es una de ellas.
Además, si de algo se la ha tachado también durante todo este tiempo, es de ser una rebelde sin causa que no duda en enfrentarse incluso a sus propios suegros. Y es que la mujer del rey Felipe ya no se achanta ante nada ni ante nadie. Aparte, se le nota demasiado cuando alguien le cae mal. «En 2014 se reunió en Atenas con la familia real griega, su suegra y sus cuñadas. No abrió la boca en toda la comida, con gesto de enfado. Chantal intentó interactuar con ella, pero la dejó por imposible. En los postres, se levantó de la mesa, sacó su iPad y no prestó atención a nadie, hasta que se fueron. ¿Y Felipe? Tranquilo y cariñoso, como siempre», relata Eyre.
Siguiente: A Letizia «le encanta sentirse bien y gustar»
Letizia saca a relucir su lado más coqueto

> Unido a su afán de que todo sea perfecto hasta el mínimo detalle, Letizia también incluye su aspecto físico, y es jamás la vemos lucir poco menos que ideal en cada una de sus apariciones públicas. Así, ella consigue deslumbrar cada vez que aparece en escena y dejar a todos impactados. Algo, que también ha intentado inculcar a sus hijas, Leonor y Sofía.
«Le encanta sentirse bien y gustar. De ser una gran consumidora de barritas de chocolate cuando era periodista, se ha convertido en una experta en nutrición: en su casa no entran productos procesados, azúcar, refrescos, harina blanca, café o alcohol», asegura Pilar Eyre.
Y, respecto a los retoque estéticos, Eyre también opina: «Su única intervención estética ha sido de nariz y es capaz de apartarse el pelo de la cara y enseñar: ‘¿Ves? No tengo cicatrices’. Pero sí utiliza tratamientos ‘antiaging’. Cuando viaja a otra ciudad es capaz de hacer contorsionismo y cambiarse en el coche para no repetir modelo». Además, parece que nuestra reina no tiene problema alguno en interesarse por cualquier detalle referente a lo estético. «Si ve algo que le gusta, pregunta, como cuando se interesó por las pestañas postizas que llevaba una empresaria: ‘¿Son incómodas?’«.
Sin duda, facetas de Letizia que no conocíamos hasta ahora y que arrojan un poco más de luz sobre cómo es en realidad.