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Las separaciones más dolorosas que ha vivido la familia Campos: el momento convulso del clan

La familia Campos se enfrenta a un duro momento. Una nueva separación ha llegado al clan cuando nadie la esperaba. El hijo de Carmen Borrego se separa de su mujer Paola antes de cumplir los dos años de casados. La mujer que tanto influyó en el conflicto entre la colaboradora y José María sale del núcleo familiar en un momento delicado, todavía superando el dolor por el fallecimiento de María Teresa, con Terelu delicada de salud y Carmen en ‘Supervivientes’.

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Las separaciones que han vivido las hijas de María Teresa Campos

Terelu Campos

Terelu Campos ha pasado por el altar en dos ocasiones. La presentadora tuvo una primera boda con una cámara de televisión de TVE, Miguel Ángel Polvorinos, en 1993. Aunque se casó muy enamorada, el matrimonio llegó a su fin a los tres años. Terelu ha comentado que su madre dejó de hablarle porque no quería que se divorciara. En la actualidad, no tiene relación con su primer marido, pero asegura que guarda mucho cariño por él.

El segundo matrimonio de Terelu Campos fue muy diferente. La presentadora se casó con Alejandro Rubio, el padre de su hija. Para ella fue una boda muy especial y emotiva, que la marcó para siempre. Lamentablemente, se separaron en el año 2003, cinco años después del enlace. A pesar del divorcio, el empresario sigue teniendo muy buena relación con Terelu y es uno de los apoyos más importantes para ella. Para la hija de María Teresa Campos es la única ruptura en la que se precipitó, considerando que podría haber peleado más por ese amor.

Carmen Borrego está felizmente casada con José Carlos. Es su segundo marido y la primera boda de la colaboradora fue con el padre de sus dos hijos. La hija de María Teresa Campos tuvo que hacer frente a una complicada separación en la que perdió la custodia de los pequeños. Una información que expuso Antonio David Flores una tarde en ‘Sálvame’, pero que ella se apresuró a desmentir: “Nunca he tenido una vida oscura ni un pasado del que me tenga que avergonzar. No hay ni una sola sentencia en la que se hable de un pasado oscuro por lo que yo no pueda ejercer la custodia de mis hijos o porque no pueda ocuparme de ellos”, argumentando que no hablaba de su primer marido para no hacerles daño.

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